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Nuestro talento femenino… Oro Mundial

Nuestro talento femenino… Oro Mundial

Pues ponemos el punto y final a esta espectacular semana dedicada íntegramente a nuestras jugadoras, y lo queremos hacer acordándonos de todas las que ya han salido en nuestra sección de entrevistas, además de hacer público, una vez más, nuestra intención de seguir invitando a todas nuestras grandes jugadoras a ser entrevistadas y recuperar sus mejores recuerdos deportivos.

Hemos querido rescatar una pregunta de cada una de sus entrevistas, la que nos ha parecido más significativa e interesante, o que encarna mejor todos los grandes valores que estas guerreras tienen… no ha sido fácil porque todas y cada una de las entrevistas encierran tesoros en forma de respuestas.

Muchísimas gracias a todas, las que han salido y las que están por salir, por vuestro esfuerzo, tesón, sacrificio… y por supuesto, éxitos.

 


Cada vez que se producía un penalti todos sabíamos que era tu turno y estábamos muy tranquilos porque tu efectividad es del 83% en la línea de 7 metros. ¿A qué se debe? ¿Alguna práctica especial? ¿Cómo preparas y entrenas esa disciplina?

Suelo entrenar unas o dos veces por semana los lanzamientos desde los 7 metros. A veces incluso más. Intento variar lanzamientos, armados, tiempos de lanzamiento, pero sobre todo intentar observar a la portera, su pierna de apoyo, si tiene tendencia a bajar los brazos, deslizarse hacia un lado, adelantarse demasiado rápido, saltar…

 


Todos te recordamos como una jugadora intensa, de carácter, ganadora y sobre todo comprometida con el grupo. ¿Cuáles consideras que fueron tus mayores virtudes y características como jugadora?

Haciendo un resumen y echando la vista atrás, pienso que mi mayor virtud fue ser fuerte mentalmente. Fuerte para poder superar todos los obstáculos que me fui encontrando a lo largo de mi carrera deportiva.

 


Eres todo un referente del balonmano nacional y dentro de la Selección, el espejo en el que se miran las más jóvenes que empiezan y de quien deben aprender. Pero, ¿hay margen para seguir aprendiendo? ¿Qué aprendes o que te aportan las más jóvenes?

Parto de la base de que siempre aprendemos algo nuevo. Todos los días me llevo algo diferente cuando me voy a casa al salir del entrenamiento. Esto es un aprendizaje constante, todos nos reflejamos en todos y todos aprendemos de todos. Las jóvenes tienen un espíritu que contagian y eso es maravilloso, además de la calidad que demuestran día a día.

 


Durante toda tu carrera deportiva has sufrido lamentablemente muchas lesiones, pero de todas ellas te has recuperado con mucho esfuerzo y trabajo. ¿Cuál ha sido la más dura a nivel emocional? Y ¿a nivel físico?

La más dura a nivel emocional fue la lesión que me impidió ir a los JJOO de Londres. Pero también te digo que esa lesión es la que más fuerte me ha hecho porque al final me pilló en un momento de cambio en el que marchaba a Hungría donde tenía que adaptarme a toda mi nueva vida, y es de la que más he aprendido y la que más me ha hecho cambiar.

Siempre digo que las lesiones me han aportado más cosas positivas que negativas y me reitero. Me han hecho evolucionar como jugadora y ver el deporte de otra manera. A nivel físico, he tenido dos lesiones de cruzado. La segunda fue la que me obligó a cuidarme mucho más, a saber lo que tenía que hacer y lo que no tenía que hacer, lo que me venía bien y lo que no me venía bien. Y eso me ha hecho aprender a saber orientar mi vida y mi entrenamiento diario.

 


Con la Selección Española conseguiste cosas muy importantes como la Medalla de Plata en Macedonia, Bronce en el Mundial de Brasil de 2011 y en los JJOO de Londres en 2012. ¿Qué significó para ti ganar ambas medallas?

La más importante quizás fue la de Macedonia 2008, siendo la primera conseguida con España y supuso abrir el camino en creer que se podía. Al año siguiente estuvimos muy cerca, terminando en la cuarta plaza en China … y después a por las siguiente. Para mi fue un camino claro de que… “si crees se crea”.

 


Especial atención a tu relación con la Selección Española, y es que TVE no ha fallado cuando se trata de la Selección. ¿Qué destacarías del espíritu de la selección y del ambiente que generan el grupo de amigos que la componen? ¿Se nota esa cercanía de nuestros internacionales, sobre todo en comparación con otras disciplinas donde los egos tienen mayor protagonismo?

Siempre he dicho que el balonmano es un deporte especial porque la gente es especial. Los valores que se transmiten, la sencillez de los jugadores, el trato y el respeto por mi trabajo siempre que he estado con ellos, el cariño con el que te tratan…es difícil encontrarlo en otro ámbito. A mí siempre me han tratado de maravilla. Nunca jamás he tenido una mala experiencia con el balonmano. Sois diferentes.

 


Jugadora potente y fuerte, con un gran lanzamiento y unas prestaciones físicas impresionantes. ¿Cuánto hay de genética y cuánto de trabajo, esfuerzo y sacrificio en la Nely Carla jugadora? ¿De qué manera preparas tu cuerpo para tanto esfuerzo y exigencia física?

En mi caso la genética me sirvió para llegar a primera muy rápido y sin gran esfuerzo. Por eso no valoraba como debiera donde estaba, ni veía la importancia del esfuerzo. Por suerte madure y mi profesión junto con mi vida empezaron a ir de la mano. Se convirtió en una filosofía de vida en la que mi vida privada estaba enfocada a estar lo mejor posible para mi vida deportiva. Esto incluía nutricionista, preparador físico, físio, reposo… Si no hubiera cambiado no hubiera conseguido todo lo que he conseguido y con 36 años no aguantaría el ritmo de chicas de 20 años.

Mi cambio vino tras una trombosis e infarto pulmonar en un partido europeo en Rusia cuando jugaba en Itxako. Mi vida corrió peligro y lo normal era que si salía adelante me quedaran secuelas y no volviera a jugar. Ahí me di cuenta que todavía tenía cosas que decir en el balonmano e iba a luchar a tope por conseguirlo. Esa fuerza que me dio el accidente me ha acompañado el resto de mi carrera.

 


Tras tu retirada, iniciaste tu actual etapa como entrenadora. ¿Tenías claro que querías seguir vinculada al balonmano en primea línea de batalla? ¿Qué es lo que más te costó asimilar y aprender de tu nueva vida tras la línea de cambios?

Desde mucho antes de mi retirada ya tenía claro que quería seguir vinculada al balonmano. De hecho, mis estudios los enfoqué a ello. Y ya no sólo eso, si no de que intenté que, de todos los entrenadores que pasaron por mi vida, quedarme con todo aquello que desde mi punto de vista, era interesante y podía aportar mucho a la forma que yo tengo de ver el balonmano.

Lo más difícil de todo fue conseguir mi primera oportunidad como entrenadora. Y eso se lo debo a Tati Garmendia. Después de intentarlo con varias personas y clubes, ella hizo una apuesta arriesgada por mí y siempre le estaré agradecida por ello.Lo primero que aprendí como entrenadora fue que se vive muy bien como jugadora: llegas al entrenamiento y haces lo que te dicen (siempre intentando mejorar como jugadora a nivel individual y colectivo, evidentemente), pero como entrenadora, hay un trabajo detrás para unas 20 personas, a las que tienes que saber gestionar y sacar el máximo rendimiento de todas ellas.

 


Estas considerada una de las mejores jugadoras de balonmano a nivel internacional. ¿Cómo llevas esa etiqueta? ¿Supone más presión o más responsabilidad que la gente tenga esa valoración y por consiguiente unas elevadas expectativas sobre tu rendimiento?

No lo veo una etiqueta, lo veo como la recompensa por todo ese esfuerzo dedicado y rendir a máximo nivel aportando tus mejores cualidades como jugadora. Para mí no es una presión, para mí es la mayor motivación para seguir superándome. Algo que valoro es poder estar en un club que participa en la Champions League que es uno de los alicientes muy motivador para poder sacar lo mejor de mí en el juego e intentando aportar lo máximo posible al equipo añadiendo mi experiencia vivida durante mi carrera.

 


Llama mucho la atención ese enorme grado de concentración que tienes siempre que estas en pista, la seriedad de tu rostro y la forma tan efusiva de celebrar cada parada. ¿De qué manera trabajas la concentración? ¿De qué particular manera trabajas el cuerpo? ¿Cómo ha evolucionado el trabajo de vídeo a la hora de preparar los partidos?

A la vez que tengo que estar feliz y disfrutando tengo que estar muy concentrada para que esa felicidad salga y yo empiece a disfrutar de ella. Para ello no soy de reír y hacer muchas bromas cuando estoy preparando un partido. Necesito aislarme para estar metida en lo mío y no pensar en nada más. Preparo los vídeos mirando lo que le gusta más a cada jugadora pero nunca cerrada en ello porque es un nivel en que las jugadoras son capaces de cambiar el lanzamiento, por lo tanto es importante para mí estar preparada para esos cambios también. Si estoy muy cerrada solamente a los vídeos puedo perder el control de una jugadora si ella empieza a cambiar sus lanzamientos. Y como me gusta hacer una lectura a tiempo real del lanzamiento, no es bueno para mi tener tan cerrado lo que una jugadora hace. Preparar los estímulos para parar a los lanzamientos es lo más importante hoy en día. Es como saber cómo mejor puedo hacer para parar un cierto lanzamiento. Esos estímulos ayudan a que respondas a la lectura de forma eficaz, que te ayude más a parar. Cada portero tiene formas mejores de parar, su individualidad. No es solo saber dónde lanza una jugadora, sino también cuáles son los mejores gestos que puedo hacer para parar ese lanzamiento.

 


Jugadora total, fuiste capaz de defender y atacar con solvencia, pero… ¿dónde te sentías mejor: como defensora o como atacante? ¿Qué crees que aportabas en cada una de las dos facetas?

En defensa disfrutaba una cosa bárbara. Sentía esa necesidad de atacar a quien estaba atacando. Me sentía muy cómoda, disfrutaba tanto robando balones, cortando pases, haciendo cambios de oponente, llegando a todo y creo que hacía sentir seguras a las jugadoras que tenía al lado. Siempre tenía muy en mente que el primer ataque empezaba en la defensa y no me importaba a quien tuviera en frente, cuanto más grandes mejor. Hubo momentos que se me erizaba la piel  después de una acción defensiva,  sufría y disfrutaba tanto a la vez.

Atacar me gustaba, pero era consciente de mis carencias cara a puerta y sobre todo el rol que yo tenía en el equipo y ese no pasaba por ser la cañonera. Yo creo que mi mayor virtud en ataque fue jugar siempre para el equipo, para que la compañera fuese mejor, meter mis 3 o 4 golitos por partido de 5 lanzamientos

 


Estas intentando terminar tus estudios y ya acabaste otros… ¿Cuánta dificultad encontraste para poder formarte mientras eras deportista profesional?

Pues estudiar durante mi carrera deportiva no ha sido fácil. Cuando marché a Itxako había terminado Delineación Industrial hacía un par de años y había comenzado Ingeniería mecánica en la Universidad Gijón. La exigencia de la competición jugando miércoles y sábado, los viajes, los entrenamientos mañana y tarde más compaginar todo esto con la selección hacía imposible poder seguir ninguna carrera y más aún cuando cada vez se han ido haciendo más presenciales y con más carga práctica. Alguna locura hice, como ir 2 veces a la semana a Gijón a 4 horas en coche para dos horas de prácticas y volverme otras 4 horas. La carrera decidí abandonarla para hacer auxiliar administrativa a distancia, los exámenes los hacía en verano. Cuando me retiré decidí empezar Fisioterapia y ya casi estoy terminando.

 


Eres miembro de ese grupo fantástico que consiguió enganchar al público al balonmano femenino y al que se os puso el calificativo de “Guerreras”… ¿Qué encierra ese término para vosotras? ¿Qué representa y cómo lo vives tú en primera persona? ¿Sois conscientes de lo que lograsteis con todo ello, además de los metales?

Sí, creo que la clave del éxito fue el grupo. Había muy buen rollo dentro y fuera de la pista y esa fue la clave de las Guerreras. También fue vital el cuerpo técnico, nos dejaban  libertad, confiaban en nosotras y cuando nos poníamos el mono de trabajo nos dejábamos todo.

 


Se ha comentado en repetidas ocasiones que tu mejor partido fue el de ida de octavos de final de la Copa EHF ante el Kuban Krasnodar ruso en el que anotaste 10 goles además de los pases al pivote, y todo ello con solo 20 años. ¿Crees que fue tu mejor partido o destacarías algún otro? ¿Qué aspectos son necesarios para considerar como muy bueno un partido además de los goles?

Guardo un recuerdo muy bonito de aquel partido, no solo por mi actuación personal, que quien me conoce sabe que para mí los goles nunca han sido importantes, sino por lo que para el club significaba por el momento de crisis económica que estábamos viviendo.

 


Un palmarés sencillamente impresionante a nivel de clubes, con todos los títulos nacionales habidos y por haber, la mayoría de ellos conquistados varias veces y con distintos clubes. ¿Una ganadora nace o se hace? ¿Cómo mantenías tú el espíritu competitivo y las ganas de superación durante tantos años? ¿Qué título es el más especial para ti? ¿Qué la espinita de no haber podido conquistar algún título internacional?

La pasión es lo que te pone en el camino para llegar a conseguir un objetivo. Pero creo firmemente que el trabajo y la constancia es lo que te acompaña en ese camino para ser ganadora. Por lo tanto una mezcla de ambas… se nace y se hace.

Todo deportista de alta competición lleva intrínseco el gen competitivo. Solo en el momento en que me di cuenta que fue desapareciendo fue cuando decidí retirarme. Además, ya notaba que los balones me dolían más de lo normal (risas).

Todos los títulos los valoro como importantes, hay mucho trabajo detrás de ellos y no es fácil conseguirlos. Aunque no fue un título pero lo valoro como si lo hubiera sido, es cuando conseguimos por primera vez, y por méritos propios, clasificarnos para los JJOO de Atenas 2004. Fue ante la todopoderosa Noruega. El sentimiento de aquel partido aun lo tengo intacto en mi memoria.


 

Pero el talento no solo está ligado a los títulos, los focos y los medios de comunicación. También hay mucho talento menos visible pero igual de importante, y aquí vamos tratando de hacernos eco como ya lo hemos hecho con jugadoras increíbles como Pepa Moreno, Elia García Cañabate o Tere Tur (podeis encontrar sus historias en la sección de noticias)… y muchas más que irán saliendo porque sus vidas vuelven a ser ejemplo de todos esos valores que encarnan nuestras jugadoras.

A todas… GRACIAS!!!

 

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