Míticos e Históricos… El Burgui
Pocos personajes tan icónicos y queridos se pueden encontrar en la ciudad de Guadalajara como José Luis Burgos, el Burgui. Conocido por casi todo el mundo ya sea por su faceta como deportista, como hostelero de la noche, como incondicional peñista en Ferias o como empresario local, resulta prácticamente imposible encontrar alguien que pudiera decir algo negativo de él… y eso en si, habla mucho y muy bien del tipo de persona que es.
Toda una referencia local con una historia estrechamente ligada al balonmano que empezó en su niñez y llega hasta el día de hoy. No en vano fue hijo del más destacado Presidente del desaparecido Club Balonmano Guadalajara y portero del primer equipo del club durante muchos años, portero después del Club Balonmano Alcarreño, actual Directivo del Bm Guadalajara y como no, integrante de los Veteranos del Bm Guadalajara que disputa la Liga de Veteranos que organiza la Federación Madrileña.
Junto a ilustres de la portería como Lorenzo Rico, Jaume Fort o Manolo Gutierrez
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Pero es que además, durante décadas, fue uno de los animadores mas significativos de la noche alcarreña, primero desde el denominado “templo de la pachanga”, La Volvoreta, y desde El Macareno después. Un tipo capaz de contagiar su alegría a todos a base de pinchar a Los Pecos o Camilo Sesto, tocar su singular saxofón hecho de tuberías o de aparecer disfrazado de Betty Misiego. Incombustible también en la semana de Ferias y Fiestas de la ciudad siendo uno de los más insignes y antiguos miembros de la peña Agapitos.
Tenemos la enorme fortuna de tenerlo y de que además siga muy vinculado a nuestro deporte. Esta es su historia deportiva… contada por él mismo, aunque en tercera persona:
“De la quinta del 68, comenzó a jugar a este bendito deporte en el colegio, como la mayoría de los de la época, cuando el deporte escolar era dónde todos se curtían y los duelos entre coles eran antológicos. Eran de La Aneja, colegio público dónde hacían las prácticas los profesores de magisterio… y digo profesores porque no era mixto. Las profesoras lo hacían en el ala de las chicas. Gracias al profesor de Gimnasia, D. Augusto Castillo, el gusanillo del balonmano cautivó a la mayoría de los alumnos del colegio, consiguiendo buenos resultados en las ligas escolares… ¡sin campo para entrenar!
Al igual que la gran mayoría de chavales de la época compaginaba varios deportes. En su caso fútbol y balonmano, pero con 14 años tuvo que elegir. La portería grande de fútbol en el Deportivo Guadalajara o la pequeña de balonmano en el incipiente Caja Guadalajara. Pues al balonmano de cabeza!!!
Allí jugó en las categorías inferiores, disputó 3 juegos castellano-manchegos y jugó con la selección regional en el torneo de objetivo 92, dónde les mandó para casa la selección de Madrid. Siendo juvenil ya estaba en la primera plantilla del equipo gracias a Paco Nogueira que confió en el chaval, dónde jugó hasta el año 91, coincidiendo con entrenadores míticos como el recientemente fallecido Ernesto Enríquez y Manolo Laguna, y con jugadores como Rafa Guijosa, David Hernández, Luigi Cruz, además de formar parte de la base alcarreña del equipo en sus inicios en primera junto a los Cebrián, Román, Aybar, Taravillo, Vioque, Abascal, Javi Hernández, Aguilar, Ruiz… y de jugar con los primeros foráneos que pasaban por aquí: Komucski y Markovic.
Tras la etapa en el Guadalajara, juega varios años en el Alcarreño, dominando la categoría regional con solvencia y jugando 3 años consecutivos la fase de ascenso a 1ª nacional, lo que hoy sería la B. Además lo compagina con el futbol sala, a nivel provincial e incluso nacional. De forma paralela, arbitra categorías inferiores y se forma como monitor primero y luego como entrenador territorial.
Es uno de los primeros que se toma en serio el balonmano femenino en la ciudad, consiguiendo ir con un equipo cadete al Campeonato de España de la categoría en Zaragoza y manteniendo el equipo hasta la categoría senior con prácticamente el mismo bloque.
Tras pasar la travesía del desierto que supuso la desaparición del Bm Guadalajara en la época anterior, se vincula al nuevo proyecto como directivo, además de retomar la faceta de entrenador, y actualmente se encuentra muy vinculado al trabajo con la base y fundamentalmente con la parte femenina de la misma.
Una persona del balonmano, que sigue aportando lo que puede a su deporte y transmitiendo la pasión por él a las nuevas hornadas de practicantes, y que se quita el mono a base de agujetas bajo los palos del equipo de veteranos del club, junto a otros ilustres aunque más jóvenes, del balonmano alcarreño”.
Un tipo fantástico y entrañable al que es imposible no querer. Una persona única capaz de sacarte una sonrisa en tu peor día, y con la memoria a pleno rendimiento para rememorar batallas deportivas pasadas y anécdotas simpáticas de un tiempo pretérito y casi pluscuamperfecto.
Por mucho Burgui y por muchos años.
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