Homenajes Merecidos… NACHO NEBOT
Nada como tener un sueño que perseguir, y nada mejor que alcanzar ese sueño y convertirlo en realidad. Éste puede ser un buen resumen de lo que ha supuesto la trayectoria deportiva del valenciano Nacho Nebot. Pero que nadie se lleve a engaño porque el proceso no ha sido un camino de rosas sino toda una suma de esfuerzos, sacrificios y mucho, mucho trabajo.
Hijo de un ex jugador del mítico Marcol Valencia, campeón de Copa y además prestigioso cirujano y hasta jefe de los servicios médicos de la Selección Española, Nacho vivió el balonmano desde su niñez y emergió en él las ganas de disfrutar del 40×20 como anteriormente lo hizo su padre.
Desde los Dominicos al Vamasa Valencia y el Balonmano Castellón hasta por fin llegar al Balonmano Puerto Sagunto donde se hizo un hueco durante todas estas temporadas a base de trabajo, trabajo y más trabajo. Siempre tuvo dura competencia por delante, desde los fichajes extranjeros a jugadores con más capacidades, pero donde nunca nadie pudo superarle fue en la fe y la creencia en sus propias capacidades.
Con una envidiable concepción del balonmano como deporte colectivo, no ha dudado en supeditar sus intereses personales a los grupales, ocupando la demarcación que haya sido necesaria en función de las necesidades del momento y dejándose la piel en cada acción para poder sumar al conjunto.
Pero el hecho de que remarquemos durante todo este prólogo su condición de trabajador incansable no se circunscribe únicamente al aspecto deportivo y es que entre tanto entrenamiento, viaje y partido, fue capaz de cursar los estudios universitarios de Publicidad y de compaginar en sus últimas temporadas su vida profesional con su vida deportiva.
Un gran ejemplo de seriedad a la hora de forjarse un futuro, y de pasión por un hobbie que convirtió también en profesión… FELICIDADES !!!
Es el propio Nacho Nebot quien nos relata su trayectoria para que conozcamos un poco mejor su vida…
“Empecé a jugar con 8 años en mi colegio, los Dominicos de Valencia, toda una potencia en el balonmano valenciano hasta que irrumpió el futbol sala. Siendo cadete de segundo año disputé el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas, proclamándonos Terceros de España en Torrevieja. Aquella selección la entrenaba Nolasco y tenía nombres que han llegado lejos en nuestro deporte como Carlos Grau, Emilio Esteban, Eloy González, Aitor Borrás o Adrián Sifré. Aún recuerdo una frase del mister en aquella época que me hizo reflexionar: “Nacho, juegas en un colegio donde entrenáis dos veces por semana, y tus compañeros lo hacen cuatro. Si quieres jugar a esto tienes que irte a un club”.
Al año siguiente fiché por el Club Balonmano Marni, filial del Vamasa Valencia, y comencé a jugar con el Juvenil B. Esa misma temporada 2002-03 acabe jugando en el Juvenil A donde recalaban los jugadores de tercer año, pese a que yo lo era de primero. En ese equipo compartí vestuario con los gemelos Guardiola, Isaías y Gedeón, y con otro valenciano destacado como es Ángel Romero. Nos proclamamos campeones autonómicos y en el Campeonato de España quedamos en la séptima posición. Esa temporada tuve la oportunidad, junto a Eloy y Carlos Grau, de ir al Campeonato de España de Selecciones Autonómicas de Ferrol, enfrentándonos a jugadores como Víctor Vigo o Carlos Ruega.
Siendo todavía juvenil, comencé a entrenar con el primer equipo de Asobal y el filial de segunda nacional, llegando incluso a debutar en partidos amistosos con el primer equipo. Ese año nos proclamamos Campeones de Selecciones en Madrid, con el mismo equipo de cadetes, enfrentándonos a jugadores de la talla de Alberto Val, Pepe Novelle, Cristhian Ugalde, Resina, Cañellas, Alfonso de la Rubia, Ángel Pérez de Inestrosa, Turrado…
En el sector juvenil del Campeonato de España de clubes disputado en Barcelona, me lesioné de gravedad en el partido frente al FC Barcelona juvenil: rotura de ligamento cruzado anterior y menisco de la rodilla izquierda. Estaba en mi mejor momento y para mi fue un duro golpe enterarme de que Fernando Barbeito estaba allí con la intención de convocarme para la selección nacional juvenil.
Habiendo terminado mi etapa juvenil, tras mi recuperación de la lesión, empecé jugando en el segundo equipo donde nos quedamos subcampeones autonómicos y a las puertas de subir a primera nacional en el sector. En esa misma temporada debute en Asobal frente a la Juventud Deportiva Arrate. En la temporada 2005-06 desapareció el Vamasa Valencia y todos tuvimos que buscarnos la vida. En mi caso, fiché por el CD Castellón de Primera Nacional que me permitía compaginar con mis estudios en la Universidad de Valencia. Encuadrados en el Grupo D, viajábamos a Andalucía, Castilla la Mancha, Murcia y las ciudades Autónomas. Estuve entre los 10 máximos goleadores de la liga con 108 goles y fue una gran experiencia porque el nivel era impresionante con jugadores de la talla de Chispi, Rafa Baena, Pérez Inestrosa, el histórico Jordi Fernández, Alejandro Paredes…
En la temporada 2006-07 fiche por el Alser Puerto de Sagunto y fui además convocado en dos ocasiones para la Selección Nacional Júnior y me quedé a las puertas de ir al Mundial de Macedonia entrando dentro de la lista de reservas. Nos proclamamos campeones de grupo pero nos quedamos a las puertas en el sector para subir a División de Honor B. Al año siguiente y de la mano de Ramón Belenguer y con un gran equipo, ascendimos en el último sector celebrado en Guadalajara. Comencé a especializarme un poco más en tareas defensivas para poder entrar en la rotación. El primer año de División de Honor B la temporada fue muy irregular, pecamos de inexperiencia y quedamos a mitad de tabla. El año del ascenso, formaron un equipazo con Latorre, Polakovic, Tim Bauer… y fue una temporada casi perfecta gracias a la experiencia del año anterior.
Y llegó el sueño de jugar la Liga Asobal… El primer año, con Goran Dzokic en el banquillo, había un gran presupuesto y el fichaje de Prce nos aportó tanto que para salvarnos lo hicimos con comodidad. Personalmente fue una buena temporada ya que disfruté de bastantes minutos en ataque debido a las lesiones de varios compañeros. El segundo año no se acertó con los fichajes, Goran ya no estaba tan motivado y fue finalmente destituido. Bajamos, pero nos salvaron por las renuncia de Torrevieja y Atlético de Madrid, creo recordar.
El siguiente inquilino del banquillo fue Vicent Nogués, y debido a la crisis se armó un equipo bastante cohesionado, con grandes trabajadores para no volver a sufrir. Ese año fue cuando alcanzamos la “final four” de la Copa del Rey en Logroño. Pese a todo, fue mi peor año… no congeniaba con el entrenador.
Tras Vicent llegó Patxi Martí. Ese año fue el más complicado porque tan solo pudieron fichar a Apelgreen, Carlos Grau y el entonces desconocido pivote Nacho Plaza. Sufrimos, pero creo que fue un gran año ya que todos entrabamos en las rotaciones y pudimos aportar. El segundo año con Patxi, gracias al fichaje de Roland y Aidenas, nos permitió mirar un poco más arriba de los puestos de descenso. El tercer año se dejó notar cierto cansancio y falta de afinidad con el entrenador, el equipo perdió confianza, los resultados negativos se acumularon y acabaron destituyéndo a Patxi e incorporando a Milos, con quien hicimos una buenísima segunda vuelta. Al final de temporada decidí dejar el equipo. eran ya muchos años y notaba el cansancio de tanto trabajar, entrenar, jugar y viajar.
La siguiente temporada, el club sufrió la marcha de Pacheco y decidieron llamarme y confiar de nuevo en mi. Volví a mitad de temporada y personalmente creo que aporté al equipo en una temporada que fue de más a menos. La segunda temporada de Milos no hubo acierto en los fichajes. La base del equipo eramos los valencianos de la casa y dependíamos mucho de los fichajes para que nos dieran ese salto de calidad, pero no acertaron. No conseguimos cohesionarnos y el equipo lo notó. La conclusión fue la destitución de Milos y la llegada de Sergio Berrios, quien no acabó por solucionar los problemas internos de la plantilla que ocasionaron ser un lastre para todos.
Después del descenso, regresó de nuevo Vicent Nogués con la idea de renovar la plantilla, y pese a no ser un veterano, decidieron que era el momento de empezar trabajar solo con jóvenes y profesionales, con la excepción de David Bruixola, así que vi como el club prescindía de mi. Personalmente me dio muchísima pena por la afición, y es que no pudimos devolver al equipo donde se merecía, lo que se ha convertido en una buena espinita clavada.
Me gustaría hacer un pequeño inciso para hablar y destacar a los entrenadores que he tenido: De Ramón Belenguer me quedo su conocimiento, su forma de trabajar y su forma de entrenar al equipo. De Patxi Martí me quedo con su cercanía y la forma de llevar a los jugadores. De Milos su disciplina táctica cuando más la necesitábamos. De Sergio Berrios sus conocimientos y ordenación táctica a pesar de heredar un equipo y no tener tiempo para trabajarlo.
Creo que mis mejores años en Asobal fueron el primero con Goran por la ilusión, con Patxi porque todos teníamos un papel importantísimo en el equipo, y los años de Milos, que pese a las dificultades siempre era muy agradecido a todos los jugadores que nos dejábamos el alma entrenando.
Siempre me he considerado un jugador de club. He estado cuando me han necesitado, he aportado donde me han pedido, jugando en cualquier posición, y he dado siempre lo mejor de mi. Tuve siempre el handicap de mi apellido, y es que tuve que escuchar muchas veces que estaba ahí por mi padre, el Doctor Nebot. Pero creo que supe disipar las dudas a base de trabajo y más trabajo, junto a los resultados deportivos. Nadie me regaló nada y los que han jugado a mi lado lo saben, y estoy orgulloso de mi carrera deportiva.”
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