Historias de Héroes Anónimos… D. Julián Ramón
Ahora que dan “medallas” a todos los que terminan cualquier carrera, que se califica de héroes a los que sólo tienen que permanecer en la comodidad sus casas ante una pandemia, o se engaña a la gente afirmando que cualquiera es capaz de lograr lo imposible solo con desearlo, precísamente ahora, es cuando más valor recobran aquellas personas que durante toda su vida nos enseñaron a trabajar, a esforzarnos, a querer superarnos, a tener metas ambiciosas y hacer todo esto con respeto y solidaridad con los demás entendiendo que la derrota y el fracaso son realidades que hay que saber gestionar. Porque si bien todo el mundo es único, no todo el mundo es excepcional y siempre ha habido y habrá gente admirable a la que tratar de imitar y de quien poder aprender.
Julián Ramón es una de esas personas extraordinarias, pero además es un apasionado del balonmano desde su juventud y su pasión se mantiene tan viva como cuando derrochaba talento en el 40×20. Como jugador fue un portento físico y técnico, y quienes pudimos verle jugar alguna vez, no olvidamos un jugador potente y habilidoso pero ante todo de equipo. Como entrenador fue un verdadero maestro, capaz de encontrar la velocidad adecuada de aprendizaje de cada jugador para sacar de él su mejor versión sin perder la ocasión de formar en valores. Y como defensor de nuestro deporte fue vital en la ciudad de Guadalajara trabajando sin descanso por su promoción en edad escolar y sumando igualmente en el desarrollo del balonmano de élite.
Muchos tuvimos la enorme fortuna de haber sido alumnos suyos en el Colegio Público María Cristina donde coincidió con un grupo irrepetible de grandísimos profesores. Otros lo conocerían en su etapa anterior en La Aneja o la posterior en El Doncel, pero sería muy difícil encontrar un solo alumno que no lo recuerde con cariño y admiración.
Un homenaje éste, que debiera haberse producido hace mucho tiempo porque es innegable la labor y la trascendencia que su figura ha tenido para que el balonmano en nuestra ciudad está donde está, y tenga detrás la historia que tiene. Fue jugador destacado en el Caja Provincial de Guadalajara, fue entrenador de cientos de niños y niñas y fue directivo también, sin perder un ápice de su carácter, de su seriedad a la hora de hacer las cosas y de su compromiso absoluto con los proyectos en los que se embarcaba.
Cierto es que nos hubiera gustado contar con el relato de su historia en primera persona, pero Don Julián es así: humilde, modesto y reservado. No dudó en agradecernos mucho el recuerdo, pero argumentó que “los momentos deportivos en la vida de una persona tienen un final, y hay que dar paso a la información que sea atractiva para los lectores“… argumento que no compartimos en absoluto fundamentalmente porque le conocemos en primera persona y sabemos que su historia tiene mucho interés y además contarla servirá de inspiración y motivación para muchos, además de ser un humilde homenaje más que merecido.
Si que nos emplazó a que, “cuando volvamos a la antigua normalidad, nos tomemos un café y disfrutemos hablando de tiempos pasados con la ilusión que pusimos en practicar y descubrir nuestro deporte”.
La última frase que nos dedicó… “mi historia y mis recuerdos no son para compartirlos porque no podrían entenderlos“, fue precisamente la que nos inspiró a encontrar la fórmula perfecta para que, por un lado se conozca una parte importante de su historia, y por otro y más interesante aún, todos entiendan la relevancia de su figura.
Es por ello por lo que hemos pedido a distintas persona que nos hablaran de él, de su forma de ser, de su forma de entender su trabajo, de la pasión que ha puesto en el balonmano y de como ha sido clave en del desarrollo del deporte y del balonmano en la ciudad.
Por supuesto que hay cientos de personas que podrían haber participado y haber aportado sus experiencias, vivencias y aprendizajes con él, y pedimos disculpas por no tenerlos a todos aquí, pero creemos que con la muestra seleccionada conseguimos una fotografía muy, muy aproximada…
JOSÉ JAVIER PERDICES
Antiguo alumno y jugador de Don Julián primero en el C.P María Cristina, y compañeros en la docencia después en el C.P El Doncel.
En estos días tan especiales que casi te obligan a mirar hacia tu interior, afloran esos momentos tan únicos que han forjado tu persona y han aportado a tu yo actual. Sin duda alguna, el deporte en general y el balonmano en particular, han marcado un sinfín de momentos que se ven reflejados en el ahora.
Si buscas tus primeros pasos y referentes, hay dos personas, que sin lugar a dudas aparecen ahí. Me refiero a D. Augusto, el “profe de gimnasia” que descubre para ti ese deporte cuando apenas diferencias el tipo de balón, ya que todos sirven para darle patadas. Esos primeros pases y “tiros” en el Colegio Público La Aneja servirían como catapulta para lo siguiente.
Ya en el Colegio Público María Cristina, “Las Cristinas” para todos, aparece otro profesor con el balonmano en vena: D. Julián. Jugador y precursor de este deporte en su colegio. Allí consiguió realmente que descubriéramos nuestra pasión, nuestro compromiso y nuestras ganas de llevar el balonmano hasta donde quisiéramos.
En aquella época, campeonatos provinciales y regionales nos permitieron creer y afianzar las bases tanto personales como deportivas de nuestro“yo” futuro. Aprendimos valores tan comunes y a veces tan difíciles de adquirir, como el respeto, el compromiso, la competitividad y sobre todo, esa seriedad que impregnaba esa enseñanza, y que hacía que nunca olvidases que “los 6 metros no se pisan”.
A lo largo de los años he tenido la oportunidad de compartir con él, ya en diferentes ámbitos, esa personalidad tan particular y abrumadora que llena cualquier estancia y en la que prevalecían esos valores tan suyos que te valían para jugar y para vivir.
JOSÉ ANTONIO DÍAZ THOVAR
Antiguo alumno y jugador de Don Julián en el C.P María Cristina
Mucho que decir sobre D. Julián en lo que respecta al balonmano en Guadalajara y a que esta ciudad tenga a su equipo en una de las mejores ligas del Mundo.
Tuve la suerte de ser su alumno en la asignatura de Educación Física en el Colegio Público María Cristina, colegio referente en el balonmano alcarreño y regional, con permiso de otros importantes colegios como el Giovanni Farina y el Alcarria.
Confío en que recuerde aquellos partidos de categoría cadetes cuando nos jugábamos plaza para disputar el Sector Regional. Un año llegamos a disputar el Campeonato de España en Bilbao, todo un hito para nuestro equipo.
Pero el mayor mérito de D. Julián fue la capacidad para inculcarnos esos valores del deporte que tanto nos han servido después para nuestras vidas tanto en lo familiar como en lo profesional. Es una de esas personas a las que el respeto y la admiración se perpetua en el tiempo, y que cuando tienes la oportunidad de encontrártelo, te sigue inspirando seguridad y tranquilidad, y es que con pocas palabras lo dice todo.
También tuve la suerte de verle jugar en el equipo Caja Provincial, en cuyos descansos salíamos los pequeños a jugar, y era y es un portento físico, con una clase como pocos y como bien dije antes, con unos marcados valores de deportividad, compañerismo y honestidad que demostraba en cada partido.
Es y será un referente en el Balonmano Alcarreño en el que nos ha hecho soñar a tantos jugadores.
JUAN MUÑOZ
Amigo personal, han compartido muchas vivencias y experiencias en el desaparecido Club Balonmano Guadalajara
Julián Ramón Martínez es una persona clave en la ciudad de Guadalajara por su dedicación a la enseñanza, su trabajo con los niños y su aportación al crecimiento del deporte local, con mayúsculas. Nosotros lo reverenciamos por su aportación al balonmano, tanto en su faceta de magnífico jugador, capacitado para haber jugado en la máxima categoría de entonces, como en la de directivo y en la actualidad como un aficionado más… bueno, más no pues sus análisis de los partidos, jugadas y jugadores son sencillamente magistrales… eso es de un profesor.
PEDRO VALDÉS
Fue entrenador del equipo filial del Club Balonmano Guadalajara donde heredó muchos jugadores formados por Don Julián
Mi primer recuerdo sobre Julián Ramón viene a mi mente de cuando bajaba al Municipal a ver los partidos del Balonmano Caja Guadalajara. Allí vi a un jugador que me impresionó, no era muy alto pero tenía una suspensión tremenda y un brazo muy potente, además era un duro defensor y muy calmado en la pista.
Después tuve la suerte de entrenar con él en mi etapa de juvenil en el Club y vi la versión humana en el vestuario y su influencia en el equipo. Jamás daba nada por perdido y jamás perdía los nervios. Era un referente indiscutible……
Pero también es una persona clave en el desarrollo de nuestro deporte en la ciudad, no se puede entender el balonmano aquí sin los partidos ni entrenamientos en los campos de cemento del Colegio de las Cristinas y posteriormente en el Doncel. Apoyó sin reparos a la base y gracias a su ayuda, entrega y pasión, muchos jóvenes jugadores pudieron disfrutar de este deporte.
Cuando acabo su trayectoria como jugador siguió empujando al balonmano desde los despachos, buscando recursos para el primer equipo pero siempre con un ojo, o los dos, en lo que le gusta realmente, el balonmano de base…
En mis tiempos de entrenador coincidí y entrené a muchos de los jugadores salidos del Colegio de las Cristinas, formados por Julián, y debo decir que la experiencia fue magnifica: él ya había hecho todo el trabajo y yo simplemente recogí lo que el había sembrado. En esta época era un asiduo a los partidos del filial del club, equipo formado por gente joven que él había formado, porque Julián no entrenaba…formaba personas y jugadores. De hecho, siempre al acabar los partidos preguntaba, se interesaba y me daba su opinión al respecto. Jamás criticó y siempre apoyó. Esos jugadores, hoy con cuarenta y pico de años le siguen llamando Don Julián….algo dejo en ellos seguro…
Este es el recuerdo que tengo de él en esa etapa de mi vida, posteriormente Julián confió en mi para otros proyectos… pero eso es otra historia…
Desde aquí me gustaría darle las gracias por todo lo que aportó como balonmanista y como persona.
AUGUSTO CASTILLO
Compañeros de profesión y ambos personas clave en el desarrollo del deporte en Guadalajara
Julián Ramón es un pilar indiscutible del balonmano en nuestra ciudad. Una persona ejemplar y repleta de valores, que además siempre estaba dispuesta a ayudar. Cuando hubo que montar la Federación en Guadalajara, allí estuvo para ayudar y colaborar de manera desinteresada y alejado de cualquier tipo de protagonismo. De igual forma lo hizo en cualquier momento y ocasión, porque el balonmano ha sido y es, una de sus grandes pasiones.
Y como no, destacar por encima de todo la labor educativa que siempre ha desarrollado de manera brillante, y es que el deporte y el balonmano, fueron grandes herramientas con las que formó a grandes personas.
PABLO CABELLOS
Antiguo alumno y jugador de Don Julián en el C.P María Cristina
Hablar de Don Julián y de mi experiencia personal, de mis primeros años de balonmano, y hacerlo además en pocas frases, va a resultar francamente complicado debido a la larga trayectoria de Julián Ramón “Don Julián”, nuestro protagonista, profesor, tutor, entrenador, ídolo… mío y de muchos afortunados y afortunadas.
Hace más o menos 35 años, yo con muchos compañeros y amigos de colegio, chicos y chicas, pudimos disfrutar de la entrega desinteresada y repartida por igual para todos de Don Julián montando los antiguos equipos de colegio, los que ahora son las escuelas y equipos de base de los clubes de ahora… pero antiguamente eran gratis. Un trabajo dedicado por y para el desarrollo del balonmano, por supuesto sin dejar de lado las demás disciplinas del colegio, pero centrando el balonmano como principal deporte.
Don Julián no nos dijo que había sido un gran jugador profesional de balonmano, tampoco nos dijo que era un buen entrenador y formador, nos lo demostró día a día. Siempre recordaré como los mejores partidos de mi vida los partidillos de entrenamiento en las que él se ponía con alguno de los dos equipos. No perdía detalle, tenía balones para todos, filigranas y como no, el zambombazo al larguero conmigo bajo palos y con el siguiente comentario dedicado… “Pablo despierta, que estamos aquííííí!!!”.
No puedo negar que es y será un referente para mí y estoy seguro que es el sentimiento de todos los que han podido disfrutar de su dedicación y es que recuerdo la envidia que nos tenían los demás equipos por tener de entrenador a Don Julián… es que era un lujazo. Esta dedicación suponía echarse a la espalda la responsabilidad de poner en marcha un montón de equipos, lo que supuso imagino, otra jornada laboral dedicada al deporte y en concreto al balonmano.
Por supuesto era siempre imprescindible disfrutar con el balonmano, con la ambición no solo de enseñar sino enseñar bien, siempre con ganas de transmitir, con ganas de escuchar, con ganas de ocuparse de los demás. Esto hacía que todos fuéramos importantes, que nos sintiéramos parte del equipo y claro, todo pasaba por el respeto y la deportividad.
Para mi es uno de los pilares del balonmano en Guadalajara y es que ayudó a la escalada del interés por nuestro deporte en nuestra ciudad. Hemos sido muchos los chicos y chicas los que pasamos por el balonmano de Don Julián, y creo que hablo en nombre de todos al decir… Gracias Don Julián!
MUJER E HIJAS
La familia como eje y pilar fundamental de su vida, el apoyo necesario para triunfar
No podemos recordar cuando cogimos el primer balón, pero sí sabemos que fue pronto….Desde muy pequeñas, papá nos ha rodeado de deporte haciendo que éste sea un eje fundamental en nuestras vidas. Los valores del deporte y la importancia de la práctica de actividad física como estilo de vida, nos iban acompañando mientras crecíamos. No fuimos las únicas a las que sirvió como modelo. La dedicación como maestro y su pasión por el deporte, hicieron que otros muchos niños conocieran y amaran el balonmano.
La Aneja, el María Cristina, El Doncel al igual que otros centros recordarán siempre a “Don Julián” por el deporte. Allá donde iba sembraba la semilla del balonmano en la base fomentando la participación y el disfrute de los alumnos. Contagiaba a niños y adultos su pasión por este deporte, combinando su faceta de deportista con la de docente. De ahí vienen nuestros recuerdos de los sábados por la mañana… ¡era imposible dormirse! La emoción de ir al cole para entrenar y jugar con los profes y compañeros se convertía en el día más esperado de la semana. Horas y horas de dedicación han hecho posible competiciones, entrenamientos y partidillos que llenaban el colegio de valores, de risas y alegrías, y en ocasiones también aceptación de derrotas o momentos de frustración. Estos momentos nos han ayudado a crecer y a prepararnos para la vida. Jugábamos a balonmano, éramos todos un equipo y aprendíamos a ser un poquito mejores.
Además de su implicación con el deporte base, “Ramón”, conocido bajo este nombre por sus amigos, se embarcó junto con otras glorias del balonmano en un proyecto para llevar a este deporte hasta la máxima categoría en Guadalajara. Esta apuesta, no solo significaba la posibilidad de disfrutar de este deporte como espectáculo, sino la trascendencia que tiene un equipo a esos niveles en el impulso de la base.
“Papá” y el balonmano han estado siempre unidos. Respeto, compañerismo, igualdad, superación, esfuerzo, liderazgo, éxito, perseverancia… son algunos de los valores que le caracterizan y que ha conseguido transmitirnos durante toda nuestra vida. Gracias papá, no podemos tener un mejor ejemplo a seguir.
Ojalá tuviéramos más medios para homenajear como se merece a una figura imprescindible del balonmano y la docencia alcarreña, pero en esencia creemos que el reportaje retrata con exactitud a nuestro querido y admirado protagonista.
Por muchos más Don Julián en nuestro deporte… y en la sociedad.
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