Historias de Héroes Anónimos… JAVI LARREA
Javier de Larrea, o Javi Larrea como se le conoce en el mundo del balonmano, es un imprescindible del balonmano vallisoletano. Nada más y nada menos que una leyenda de talla mundial de nuestro deporte como es el palentino Chema Rodriguez, es el que escribe el prólogo sobre nuestro héroe. Fantásticas palabras que reflejan con extrema nitidez la calidad humana de Javi:
“Javier Larrea un crack, un maestro, una leyenda y un amigo.
Un crack porque pertenece a una generación de galácticos junto a Pisonero, Fernando Hernandez, Gallego, Mario de las Heras…… que hicieron historia ganando un Campeonato de España; desde el patio de colegio de La Salle hasta una final contra el todopoderoso FC. Barcelona, haciéndonos creer a todo un colegio, a toda una ciudad, a todo el mundo del balonmano, que con trabajo, ilusión, pasión y muchísimo talento todo es posible.
Un maestro porque consigue cada día, y consiguió en su día, que unos niños aprendiéramos uno de los deportes mas bonitos que existen. Que aprendiéramos a respetarlo y amarlo, pero sobretodo nos enseño todos sus valores: trabajo, esfuerzo, compañerismo, humildad, compromiso, diversión, amistad…. Valores que nos acompañan en nuestro día a día y que siempre serán su legado.
Una leyenda porque no hay quien no sepa de su gran trabajo, de su dedicación, de su pasión, de su amabilidad, de su sinceridad, pero sobretodo porque no hay un solo niño o niña que haya pasado por el patio del colegio de La Salle y que ahora como adultos no le estemos eternamente agradecidos por ser una parte de lo que somos, parte de nuestra personalidad, por habernos enseñado y dado tanto a cambio de tan poco.
Y por último un amigo, porque ante todo eso es lo que es Javi para todos nosotros, el amigo que siempre esta a tu lado, el amigo que siempre te apoya, el que te escucha, en el que puedes confiar, el que te guía, el que te exige, el amigo al que admiras….
Por esto y mucho mas me siento agradecido y afortunado de ser su amigo.”
Fdo: Chema Rodriguez.
El mismo Javi Larrea nos cuenta su dilata relación con nuestro deporte… prepárense para disfrutar!!!!
“1982, el año del fútbol en España, aquí empiezan las andanzas en el mundo balonmano de quién suscribe, alguien que tiene nada de héroe y mucho de anónimo.
Mis inicios en nuestro deporte fueron por casualidad, o suerte, o como a mi me gusta decir “por que ellos llegaron primero”. Finalizaba el curso 1981-82 en el Colegio La Salle de Valladolid, y el grupo de amigos de clase nos alzábamos con la victoria en la liga interna de balonmano. Esto no tendría demasiado mérito si no fuera por que no habíamos tocado un balón de balonmano en nuestra vida y que competíamos con alumnos hasta tres años mayores. Imagino que tuvo algo que ver, el hecho de que en aquel equipo hubiera nombres como Mario de las Heras, David Pisonero, o un zurdo que no lo hacía del todo mal, un tal Fernando Hernández. Aquella “gesta” no pasó inadvertida para el entonces responsable del balonmano Lasaliano, Juan Carlos Rodríguez, y al término de la final nos reunió, y lanzó la pregunta a bocajarro: “¿Queréis hacer un equipo de balonmano?”. El primero (y único) en hablar fue Piso, dijo “Sí” y a todos nos pareció bien. No dejo de pensar como habría cambiado la historia si hubiera dicho que no, no olvidemos que La Salle Valladolid tiene una gran historia de baloncesto también.
Y con estos precedentes echa a andar el equipo en Octubre de 1982, pero claro, no podía ser sencillo, todavía no teníamos la edad, y por entonces no existía la liga benjamín, conclusión, arrancamos contra equipos que nos sacaban uno o dos años, menudas “chostas” nos comimos el primer año. Fueron pasando los años, y el equipo del patio de cemento, de las heladas y de los entrenamientos bajo la lluvia (sí, entrenábamos lloviendo, como muchos que estáis leyendo esto) iba cogiendo velocidad de crucero, siempre bajo la atenta mirada del Hermano Saturnino Corral “Satur”, imposible entender el deporte en La Salle sin él.
Así llegamos la temporada 1988-89, la que pone a un pequeño colegio de Valladolid en lo más alto del balonmano nacional. El equipo de Segunda Nacional se alza con el título, y consigue un brillante ascenso a Primera Nacional (de aquellas no existía la DHB), mientras que el equipo cadete, con los antes mencionados e incorporaciones de campanillas como Fran Gallego se planta en la Fase Final del Campeonato de España en Leioa (Vizcaya). Aquello daría para un libro en si mismo, pero lo resumiremos (para no aburrir más), en que los chavales que entrenaban en la calle a las ordenes de Manuel Vecino ayudado por Juan Carlos Rodríguez, se proclamaron campeones de España, venciendo en la final al FC. Barcelona, no sin antes haber ganado por primera vez a nuestros archirivales (y sin embargo amigos) de Maristas de León, comandados, como no podía ser de otra forma por el muy querido y recordado Hermano Tomás.
Nos situamos en Septiembre de 1990, y este anónimo tiene que ponerse a trabajar, primero en Murcia y posteriormente en Palencia, y el balonmano pasa a un segundo plano. No dura mucho mi divorcio con nuestro deporte, ya que la temporada siguiente recibo la llamada de Manuel Vecino para formar parte del equipo de Segunda División del Bm. Aula, junto a algunos de los más destacados jugadores vallisoletanos, tales como Cristóbal de la Mano, Pablo Lesmes o Miguel Caminero. Paralelamente, mi colegio, mi casa, confía en mi para dar mis primeros pasos como entrenador, poco criterio creo que tienen, ya que 30 años después sigo allí, esta vez intentando coordinar el deporte del Colegio.
Esos primeros años fueron especialmente buenos, tuve la suerte de entrenar a quién a día de hoy es una leyenda de nuestro deporte, el señor (por que ya es un señor) Chema Rodríguez. Junto a él una generación extraordinaria de jugadores, siendo loas más destacados (y todavía en activo) Manuel Rodríguez y José Luis Velasco, solo la diferencia de goles en el último sector nos privó de pasar nuevamente del cemento de la Calle Santuario a la fase final del Campeonato de España. No puedo dejar pasar la oportunidad de dar las gracias a mi amigo Julio de Fuentes, su trabajo con aquel equipo fue vital para poder llegar tan lejos.
Nos acercamos al final (si es que no te has dormido ya), y lo hacemos abriendo la parte más larga de mi vinculación con el balonmano y una de las más queridas, la travesía desde la liga provincial a la segunda división.
Año 1994, recibo la llamada de Carlos Ruiz “Chivo” para formar parte del equipo de Parquesol de la liga provincial de Valladolid. Fueron años de un balonmano más “social”, más relajado, sin la presión de la competición pura y dura. Aún así, y pese a que ningún año optásemos al título de “trabajadores del año”, conseguimos un récord impensable en aquellos tiempos, ganamos 6 ligas consecutivas, las 3 primeras en Parquesol y las 3 siguientes en Viana de Cega, localidad que nos acoge con los brazos abiertos y donde fundamos nuestro propio club.
Aquí debo hacer un paréntesis para hablar de una temporada inolvidable. Una leyenda del balonmano vallisoletano, Carlos Colmenero me llama para formar parte del Balonmano Lourdes de segunda nacional, solo estuve un año, lo suficiente para lograr el ascenso a primera, gracias a un grupo extraordinario que trabajó a destajo para lograr el sueño del ascenso.
Retomando el traslado a Viana, este supuso poner un punto y seguido muy importante en mi relación con el balonmano, un grupo de amigos (de buenos amigos) que se vieron obligados a fundar un club para poder seguir jugando. Liderados por Julio de Fuentes, y sus fieles escuderos, Abel González, José Antonio La Salle, Miguel Sevilla, Francisco Sánchez y Oscar del Olmo entre otros nos atrevimos a dar el salto a Segunda Nacional. Fueron solo dos temporadas, intensas, heroicas, inolvidables. No había presupuesto para autobuses (ni para nada), así que viajábamos en coches, entrenábamos dos días a la semana a las órdenes de Arancha Martín Soria, extraordinaria entrenadora, que no sé de que forma consiguió liderarnos para lograr el objetivo de no descender en ninguna de las dos temporadas, en una liga en la que por ejemplo estaba el Bm Zamora de Jortos y compañía.
Pese a no descender aquello era insostenible, demasiado desgaste y demasiados años, así que volvimos a la liga provincial, esta vez en la cercana localidad de Boecillo. Tras todo este periplo, llegamos a los “tiempos modernos”, tiempos en los que junto a varios de los anteriores, y con nuevos imprescindibles como Carlos Mínguez, Carlos Morales, Adolfo Domingo o Diego Velasco, nos aventuramos a crear el Club Balonmano Veteranos de Valladolid (Veteranos de La Salle). Nacemos con la idea de poder participar en algún Torneo de vez en cuando, y poco a poco, y con mucho esfuerzo, hemos conseguido organizar uno de los Torneos más importantes de España, Torneo que en su tercera edición (siempre a finales de Junio) contó con 16 equipos en categoría masculina y 8 en categoría femenina.
Y con esto llegamos al día de hoy (si has llegado hasta aquí sin pasarte al Marca de verdad, eres un héroe). En la actualidad me siento un poco “Hombre orquesta”. Continuo ayudando en lo que puedo en los Veteranos de La Salle, sigo “descordinando” el deporte en el colegio que me lo ha dado todo. Además ayudo como segundo entrenador en el equipo cadete femenino Bravo de Handvall, donde juega Alejandra (gracias Carras y Raúl por la oportunidad), estoy descubriendo el balonmano femenino y la verdad, engancha, son increibles. También ayudo a Paco Ollero y Carlos Mínguez en el equipo de veteranas del Atlético Valladolid “Las cañeras”. He respondido a la llamada de un currante del balonmano, el Presidente de la Federación de Castilla y León de Balonmano, Carlos Sainer y estamos y estamos sacando adelante junto a los clubes la primera liga Federada de balonmano veterano de Castilla y León.
Por otro lado, intento seguir el ritmo a mi razón de ser, a la que da sentido a todo, a mi pareja María Morán, lo suyo es el rugby, y tiene una historia detrás que esa sí que daría para un libro, imposible hacer más y mejor por un deporte, es mi referente.
Y esto es todo,demasiado, lo sé y pido perdón. Pero es que el balonmano me ha dado mucho, me lo ha dado todo, y a día de hoy sigue siendo mi segundo motor tras la familia. Seguiré disfrutando de él mientras pueda, como hace dos años, cuando las ranitas de Handvall con mi hija entre ellas, y lideradas (nunca la palabra líder tuvo tanto sentido) por un imperial David Verdugo, se proclamaron terceras de España, forjando una unión inquebrantable entre todos los que vivimos aquello.
Gracias BalonmanoVeteranos.com por darme esta oportunidad, que no será la publicación más leída (ni de lejos), por que como dije al principio, de héroe tengo nada y de anónimo mucho.”