Entrevista JONAS KÄLLMAN - BalonmanoVeteranos.com

Cuando tenía 13, 14, 15 años jugaba en el lateral junto a un compañero mío en mi primer equipo en el que jugué, pero en el primer año de juniors mi compañero estuvo jugando mejor que yo de lateral y el entrenador me acabó poniendo de extremo. Hacíamos algunos cruces para que yo llegara a la posición de lateral y lanzar desde fuera, pero jugando en el extremo. Con 17 años firme por un equipo de la primera división sueca, pero también firmaron un polaco para el lateral izquierdo, y me volvieron a poner en el extremo. Y desde entonces ya no salí de la posición de extremo (risas).

Por el tamaño y la altura que tengo, puedo defender en el segundo y eso ayuda mucho al equipo. La mayoría de los conjuntos tienen un central pequeño o un primera línea que no defiende tan bien, y yo puedo defender en el segundo aportando más y dando más opciones y variantes al entrenador.

Tengo muy buenos recuerdos de cuando era pequeño. Empecé con 8 años a jugar, todos mis compañeros jugaban  y si no quería quedarme solo tenía que apuntarme (risas). Todos los niños jugaban a balonmano o futbol en Suecia así que había que elegir. Los primeros años en el balonmano sueco es mucho jugar, luego, poco a poco, se meten muchas pesas y el correr mucho. Por eso la mayoría de los jugadores suecos son muy fuertes y aguantan muy bien en la pista. En el trabajo formativo, España está mucho más por delante en cuanto a conceptos tácticos. A mi me gusta más el planteamiento que se tiene en España y que desarrollan los entrenadores españoles. Es una forma muy buena de jugar al balonmano bajo mi punto de vista. Tácticamente la escuela española es muy buena, y la escuela sueca tiene sus cosas buenas y es que hace jugadores muy fuertes y muy resistentes.

Respecto a cuando empecé a pensar que el balonmano podría ser mi forma de vida, creo que fue cuando fui a la selección junior en Portugal. Allí pude jugar contra los mejores jugadores de mi edad, y ahí si empecé a pensar que podría haber posibilidades. Un par de años más tarde, con 18-19 años, cuando empecé a entrar en la selección absoluta, ya si que pensé que podría ser mi trabajo y mi forma de vida.

Fue gracias a Juan de Dios Román. En esa época era el seleccionador y él estuvo en el mundial junior de Suiza donde me vio jugar. Era mi último mundial junior y jugué espectacular marcando muchísimos goles… desde fuera, en contrataque, desde el extremo, desde el pivote. Y también jugué muy bien en defensa. Acabamos terceros aquel mundial, nos salió un torneo casi perfecto y Juan de Dios, cuando regresó a casa hizo que llamaran a mi representante y me propusieron llegar a Ciudad Real. En ese año en el que llegué a Ciudad Real fue además cuando él llegó.

No conocía absolutamente nada de Ciudad Real. Con mi familia no viajé mucho en vacaciones y yo empecé a volar cuando jugaba con la selección junior, pero antes de venir a Ciudad Real no había estado nunca en España, y mira que es típico en los suecos haber ido a Canarias o Mallorca (risas). Miré en el mapa a ver dónde estaba Ciudad Real… ahí, un poquito más abajo de Madrid, una ciudad pequeñita. Tampoco conocía a los jugadores, a Talant si, pero poco más.

La ciudad no me llamó la atención mucho en la primera impresión (risas). Paramos en el Ave llegando de Madrid, todo un poco oscuro, no había nadie, fuimos en coche a un hotel e incluso llegue a tener algo de miedo. La ciudad no es algo fuera de lo normal, hay muchas ciudades y pueblos en España muy bonitos en comparación con Ciudad Real. Pero después de los años vividos allí tengo un cariño muy especial por la ciudad. Me encanta Ciudad Real, pero el primer momento, minuto y hora, fue algo muy extraño y muy diferente a lo que yo estaba acostumbrado en Suecia.

La convivencia fue algo impresionante. Tantos jugadores que eran los mejores del mundo, un equipo impresionante durante muchos años. Es ahora, tras el paso del tiempo y cuando estás fuera, cuando me doy cuenta de lo bueno que era el equipo y de los fantásticos resultados que tuvimos. Cuando estaba ahí, no apreciaba eso. Ahora si lo aprecio. He tenido grandes compañeros, grandes entrenadores, una ciudad con muchos amigos… y es ahora cuando me doy cuenta de que aquello era algo fuera de lo normal.

Nosotros ganamos un montón de partidos y títulos, y en los últimos años no se apreciaba tanto, empezando por mí y siguiendo por los aficionados. Parecía algo fácil pero no era tan fácil conseguir lo que conseguimos. Incluso a día de hoy te das cuenta de que aquello fue algo excepcional.

Talant es una gran persona, un gran entrenador, uno de los mejores que he tenido. Le tengo muchísimo aprecio, me ayudó muchísimo dentro y fuera de la pista. Sigo hablando con él de vez en cuando y le admiro un montón. Le estoy muy agradecido porque soy el jugador que soy, en gran parte gracias a él.

Sí que es muy exigente y muy duro, pero muy buena persona. También nos dejaba disfrutar cuando tocaba. Pero cuando tocaba entrenar, se entrenaba y todo el mundo iba a 120% al igual que cuando había partido. Pero a la hora de disfrutar también te dejaba hacerlo al 120%. Para mí, uno de los mejores entrenadores que he tenido.

En esa época el nivel era altísimo, no como ahora donde el FC Barcelona domina las competiciones nacionales sin rival. Pero en los años de Ciudad Real estaba Portland, Barcelona, Ademar, Valladolid, Zaragoza… 6-7 equipos muy buenos sin olvidar a los demás como Galdar, Torrevieja, Teucro, Pilotes… Había muy, muy buen nivel y era muy difícil ganar. Nosotros ganamos un montón de cosas ante grandes rivales, y es ahora cuando lo valoro. No eran tan fáciles las cosas que ganamos.

Fue muy duro para todos… club, jugadores, directiva. Entrenábamos en Ciudad Real y jugábamos en Madrid. Teníamos que viajar por la mañana el día de partido, dormir siesta en un hotel y vuelta en bus a casa. Muchos miércoles que jugábamos por la tarde en Madrid no llegábamos hasta las 3 de la mañana a Ciudad Real. Eso fue una carga muy grande para todos los jugadores, y fue todo muy, muy difícil. El segundo años nos trasladamos a vivir a Madrid, pero ya nada fue igual que cuando se llamaba Bm Ciudad Real.

: El vestuario estaba bien y nosotros estuvimos luchando como siempre y dándolo todo en la pista. Recuerdo el primer partido de SuperCopa ante el Barça en Madrid, en Vistalegre, con el pabellón lleno, que además fue uno de los mejores partidos que he jugado. La afición fue algo impresionante, algo que pocas veces se vive en las canchas de balonmano. Un ambiente espectacular donde solo puedo dar las gracias a la gente del Atlético de Madrid. Fueron dos años muy duros por temas familiares, viajes, etc… pero la afición se portó genial y tengo recuerdo inolvidables.

Es algo diferente. Vine de un equipo donde ganábamos casi todo siempre y llegué a un equipo donde los dos primeros años estaba en un buen nivel pero no como Ciudad Real. El club está mejorando en todos los aspectos y ahora mismo es un club muy, muy bueno, muy profesional. Se nota la mano de Pastor y Krivokapic. Con Talant y Raul aprendí un montón y sigo aprendiendo mucho ahora con Pastor. Llevo 5 años  en el club y hemos ido creciendo, ahora estamos entre los 8 mejores clubes de Europa en este momento. Buena plantilla, muy buena gente alrededor del club, un proyecto de tener un nuevo pabellón en breve… El primer partido de pretemporada tuvimos el pabellón lleno, para que veas la ilusión que hay alrededor del proyecto.

La plata de los JJOO es un buen recuerdo para mí. No es algo malo. Como selección no habíamos conseguido los títulos de la época de Wislander, Svensson, Olson… nosotros solíamos quedar séptimos o novenos y logra una plata fue importante. Además yo siempre digo que nosotros ganamos la plata, no la perdimos. Nadie pensaba que íbamos a llegar a la final y estuvimos luchando todo el verano para llegar hasta allí. Francia nos ganó con justicia y la plata fue justa. Pero… ¿cuánta gente ha ganado una plata? Pocos, así que yo le doy mucho valor a lo conseguido.

Hombre, aquella época fue impresionante. Yo los veía por la tele y eran los héroes del país. Eran muy, muy grandes. El futbol y el hockey hielo están por encima del balonmano en Suecia, pero en aquella época el balonmano estuvo rozando la importancia de futbol y hockey. El cambio generacional se dejó notar y no tuvimos el mismo éxito. Pasamos 4-5 años de muchos problemas donde incluso no nos clasificamos para Europeo y Mundial. Pero poco a poco fuimos recuperando sitio aunque no llegamos a conseguir nada hasta los JJOO de Londres en 2012.

A nivel de club estaba acostumbrado a ganar y al estar en la selección fue duro porque no jugaba igual y no lográbamos cosas importantes. Pero toca seguir luchando porque nada viene fácil a día de hoy. Hay que trabajar más que los que están alrededor tuyo y aunque nunca llegamos a un nivel parecido al del Ciudad Real, pero es que aquel nivel era muy difícil de alcanzar.

He hecho el curso de entrenador en Suecia este año, por lo que ya podría entrenar en la Liga Asobal o la primera sueca. Me falta el Master Coach, que lo sacaré. Yo voy a intentar seguir jugando algunos años más, mi cuerpo puede aguantar, estoy bien físicamente, ya no estoy como cuando tenía 20 y salto un poquito menos que antes (risas), pero las lesiones me han respetado, tengo 38 y ganas de seguir aun. Me gustaría aguantar más pero no sé hasta cuándo porque ahora tengo que entrenar más, descansar más, comer mejor… pero me gusta seguir y lo más importante, creo que aún puedo dar algo al equipo. Si viera que no, sería el primero en irse.

Sobre ir a vivir a España, hay que hablarlo con mi mujer y esa pregunta no la se responder aún (risas). A mí me encanta España, tiene muy buena gente, muy buena comida, muy buena temperatura… Yo me fui de Suecia con 20 años y llevo viviendo más años fuera de mi país que en Suecia. Yo ya soy más español que sueco (risas). Además mis hijos hablan perfectamente español y muy poco sueco. No hay prisa por ir a vivir a España, además tenemos casa en Alicante donde siempre vamos en verano. Cuando acabe mi vida profesional y esté viejo (risas) seguro que acabaré viviendo en España.