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Entrevista a XAVI O´CALLAGHAN

Entrevista a XAVI O´CALLAGHAN

Toca cruzar el Atlántico y viajar hasta la ciudad que nunca duerme para hablar con nuestro protagonista de la sección “BalonmanoVeteranos.com entrevista a…“, y es que es en Nueva York donde reside en la actualidad el genial y polivalente Xavi O´Callaghan.

El jugador con el que todo buen entrenador sueña. Un jugador sumamente listo e inteligente, capaz de hacerlo muy bien en cualquier posición de ataque y defensa, y siempre con la premisa clara de que el grupo está por encima de las individualidades. Una pieza muy valiosa dentro de aquel FC Barcelona de la década de los 90 que dominó Europa y donde fue capaz de darle equilibrio, orden y muchísima entrega a un equipo legendario.

Pero sus virtudes no acaban ni mucho menos ahí, y es que siempre ha sido y continua siendo una persona tremendamente humilde que nunca precisó de los focos que suelen demandar el protagonismo y el ego. Su ejemplo fue el del talento al servicio trabajo diario e incansable, la capacidad de adaptación y flexibilidad a lo que necesitaba el equipo en cada momento, y una facilidad para reinventarse continuamente. Solo así se explican los casi 20 años como jugador de uno de los equipos más exigentes del planeta balonmano como es el FC Barcelona y que el club retirara su mítico dorsal 4.

Su historial es infinito y en el destacan 7 Copas de Europa, muchas de ellas logradas de manera consecutiva, siendo historia y leyenda de nuestro deporte. Un jugador que también tuvo su presencia y protagonismo en nuestra selección nacional, donde pudimos disfrutarlo en distintas competiciones internacionales como los Juegos Olímpicos de 2000 y 2004.

Y como Xavi O´Callaghan es un perfecto espejo en el que mirarse, no podemos dejar de mencionar su esfuerzo para compaginar el deporte de élite con la formación, y es que no dudó en pasar por la Universidad e incluso renunciar a alguna convocatoria con la selección para poder terminar sus estudios. Aquellas decisiones han tenido su consecuencia en el futuro y de ahí que Xavi O´Callaghan venga ocupando puestos de responsabilidad para los que se ha preocupado de estar formado.

Un jugador increíble y una persona excepcional que nos ha regalado una entrevista fantástica que esperamos que disfrutéis tanto como nosotros.

Un verdadero placer Oka!!!


TRAYECTORIA
1986-05 FC Barcelona


PALMARÉS
8 Ligas ASOBAL
7 Copas de Europa
2 Recopas de Europa
1 Copa EHF
5 Supercopas de Europa
6 Copas del Rey
10 Supercopas de España
5 Copas ASOBAL
Medalla Bronce en Juegos Olímpicos 2000.

Preguntas

Un total de 19 temporadas como jugador profesional y todas ellas en el exigente FC Barcelona. ¿Cuál ha sido el secreto de tu éxito para estar tantos años a ese nivel de exigencia y haber rendido siempre tan bien? ¿En alguna ocasión barajaste la opción de jugar en otro club distinto, dentro o fuera de España? ¿Dónde crees que radican los diferenciales del Barça respecto de otros equipos y clubes de balonmano?

La verdad es que sólo hace falta leer la mayoría de entrevistas de vuestra página para poder responder a esta primera pregunta, casi todos los jugadores contestan que una trayectoria larga en la élite requiere de trabajo y esfuerzo. Sin estas dos características es imposible durar en el tiempo por mucho talento y calidad que uno tenga. En el caso del FC Barcelona, todo se complica un poco más, puesto que el nivel de competencia es mayor al ser un equipo que siempre lucha por intentar ganar todos los campeonatos que juega y aspira a tener los mejores jugadores del mundo. Yo siempre tuve muy claro cual era mi papel en ese equipo, sabía que no era un crack y que si quería poder estar allí debía pensar más en el equipo que en mi. Si había que jugar de extremo, pues a muerte, que tocaba jugar sólo en defensa, pues a tope, que tocaba jugar de central, bingo! Que tocaba de pivote, pues a  rezar…Pocos jugadores poseían esa cualidad y si además el entrenador valora tu forma de trabajar y de comportarte, te puedes llegar a hacer un sitio entre los mejores.

Nunca me planteé irme del FC Barcelona, sabía que estaba en el mejor club del mundo y además era culé de toda la vida. Si el Barça me quería, yo siempre estaría a disposición.  En el caso de que hubiese sido cortado por el club, sólo hubiese valorado la posibilidad de jugar en el extranjero, por aquello de vivir una temporada fuera y aprender idiomas… Yo siempre decía que era un ERASMUS frustrado, puesto que el balonmano me impedía ir a estudiar un año en algún lugar de Europa. Lo que tenía muy claro era que no dejaría de estudiar en ningún caso. Los estudios debían ser mi seguro de vida una vez acabada mi carrera profesional, fuese ésta más o menos larga.

El Barça sin duda es un equipo diferente, sólo hay que remitirse a todos aquellos jugadores que han pasado y lo explican en estas entrevistas. La capacidad que tiene el Barça en todos los aspectos, no sólo el económico, es incomparable a la que tienen la mayoría de clubes de balonmano debido a su relación con el fútbol. Esta situación de privilegio le permite fichar a grandes jugadores, pero eso solamente no explica el éxito, es sólo una parte. El Barça tiene tal nivel de organización y de calidad en los profesionales que trabajan, que te permite centrarte únicamente en jugar y en hacerlo bien. No te debes preocupar por nada más. Dicho esto, también hay que destacar otra vertiente… la exigencia. No hay lugar más exigente para jugar que el FC Barcelona.

En 2010 el FC Barcelona decide retirar ese mítico dorsal 4 que durante tantos años luciste a la espalda. ¿Cómo se vive un momento así? ¿Qué pasa por la cabeza cuando uno de los clubes más importantes y laureado de la historia tiene ese gesto con uno?

Mi agradecimiento al club es infinito, no sólo por este gesto sino por todo lo que he aprendido y como me han ayudado a formarme, tanto personal como profesionalmente.  Pero específicamente sobre la retirada del número yo siempre digo que es el reconocimiento más grande que he tenido y explica qué tipo de club es el FC Barcelona. Que un jugador como yo pueda tener una camiseta retirada no es habitual. Para mi es el reconocimiento a 19 años de trabajo diario, de esfuerzo, de compromiso, de una forma de ser y trabajar, que muchas veces no es pública ni notoria, y que acompañada por unos méritos deportivos incuestionables, te permite tener el mejor premio posible al acabar tu carrera deportiva. Aprecio mucho que en el Barça no sólo se valore la calidad deportiva del jugador, sino que se mire la carrera deportiva como un todo. No hay muchos jugadores que hayan ganado tanto, que sólo hayan jugado en el Barça, que lo hayan hecho durante 19 años, que se hayan formado aquí, que hayan llegado a ser internacionales y que se retiren en este club. Todos los que lo han hecho tienen la camiseta retirada.

La parte divertida de esta historia fue el tiempo que transcurrió entre el día que se hizo público que se retiraba la camiseta y el momento en que se realizó la ceremonia. El número se retiró inmediatamente y ya nadie más lo llevó, pero la ceremonia la debía organizar la sección de balonmano del club la temporada siguiente… Como yo pasé a gestionarla justo 6 meses después de retirarme, nunca quise hacerla, puesto que pensaba que parecería que yo me organizaba mi propio homenaje. Así pues se quedó en “standby”, hasta que pasados casi 5 años el director de las secciones profesionales, en aquella época Francesc Solanellas, sabiendo que él no seguiría en el club, lo organizó todo a mis espaldas antes de irse. Después de trabajar 5 años juntos, él ya sabía que yo no lo organizaría nunca y se quiso ir marcándose un gran detalle y cerrando una carpeta que llevaba 5 años abierta. La verdad es que a mi, con saber que el número estaba retirado me bastaba, la parte pública siempre me ha costado y todo el tema de la ceremonia me daba mucho apuro.

Tu palmarés asusta… 8 Ligas, 6 Copas del Rey, 5 Copas Asobal, 10 Supercopas de España, 5 Supercopas de Europa, 2 Recopas, 1 EHF y nada más y nada menos que 7 Copas de Europa. ¿Acaba uno por no valorar los títulos cuando gana tantos? ¿Cómo mantenías la motivación y la ambición cuando lo habitual era ganar?  ¿Dónde y cómo guardas tal cantidad de trofeos?

Los títulos se valoran todos, evidentemente en mayor o menor medida en función del esfuerzo y de la complejidad que supone ganarlos. El tópico te dice que ganar aburre, pero no es cierto, para llegar a la élite hay que tener carácter ganador, sin eso es imposible. En todos los años que estuve en el FC Barcelona, se jugase a lo que se jugase, se tenía que ganar. Desde la partida de cartas, pasando por el futbito, la carrera, cualquier juego de calentamiento, etc. Siempre se iba a muerte a ganar y por lo tanto un campeonato oficial no iba a ser menos! Ganar estaba en el ADN de todos los equipos por los que yo pasé en el FC Barcelona.

Recuerdo un par de anécdotas, en las que este impulso por ganar fue más allá de lo racional, llegando a asumir riesgos de lesiones por ganar pequeñas apuestas internas, incluso antes de partidos o competiciones muy importantes. Pero en ese momento no hay control posible y el gen competitivo te lleva a lo irracional.

Actualmente no guardo ningún trofeo a la vista, no soy nada sentimental y no necesito tener a la vista los trofeos que gané en su momento.

No queremos pasar por encima de esas 7 Copas de Europa, y es que es la competición con la que todo jugador sueña y que la mayoría no consigue. ¿Qué significa la Copa de Europa para ti? ¿Qué recuerdos guardas de aquellas finales míticas contra el Badel Zagreb? ¿Cuál es la más especial para ti y cuál es la que más costó ganar?

La Copa de Europa es a nivel de clubes el título más importante que existe, especialmente por la dificultad que supone ganarla. Hay que recordar que hasta el año 1990 nunca un equipo español la había ganado y que nadie lo había hecho más de dos veces seguidas. Cuando casi ningún equipo repite título, significa que hay mucha igualdad y que por lo tanto es muy complicado ganar. Que aquel equipo mítico enlazase 5 seguidas, fue algo extraordinario. Curiosamente, también la gané en mi primer año como profesional y en el último. No se puede tener mejor despedida.

De los partidos contra Zagreb se puede hablar largo y tendido. Hay multitud de anécdotas y de recuerdos. Desde ir escoltados por la policía del aeropuerto de Zagreb hasta el hotel sin parar en ningún semáforo ni cruce, pasando por la lluvia de monedas y mecheros en el Dom Sportova, hasta el amago de invasión de campo cuando un aficionado saltó al campo y le quitó el silbato al árbitro. Del Palau, recuerdo el ambiente y la presión que se generaba cuando estaba lleno hasta arriba. Incluso la zona sin visibilidad estaba a rebosar; de hecho viendo algún video parece que las escaleras ni se vean de la gente que había. A nivel deportivo, destacaría la extrema dureza que hubo, se jugó al límite por los dos lados. De todas formas estábamos a tal nivel que Zagreb nunca tuvo ninguna opción de ganar, e incluso diría que no llegamos a perder ningún partido contra ellos en esa época.

Para mi la final más especial fue la de la quinta copa de Europa consecutiva ganada en el 2000 en el Palau. Más que por el hecho en sí, por cómo nos costó ganarla contra un equipazo repleto de estrellas como era el THW Kiel. A nivel personal también fue el mejor momento deportivo de mi carrera, con 28 años aúnas la experiencia de 10 años en el FC Barcelona con un físico que todavía está en todo su esplendor. En esa final fue definitivo el jugar la vuelta en casa y poder remontar el marcador adverso que trajimos de Kiel. Piensa que en aquel equipo Alemán entrenado por Noke Serarducic estaban Perunicic, Lovgren, Jacobsen, Olsson, etc. Recuerdo haber leído alguna crónica que decía que había sido uno de los mejores partidos jugados hasta ese momento.

Un jugador polivalente y versátil, capaz de jugar en distintas posiciones y de hacerlo además muy bien tanto en ataque como en defensa. ¿En qué puesto disfrutabas más? ¿Quién es el responsable de que fuera un jugador tan aprovechable en tantas facetas del juego? ¿Llegaste por convicción o por obligación?

Para mí no había nada como jugar de central, ese era el lugar donde más disfrutaba, pero para llegar ahí tuve que pasar por el extremo y defender. La historia es sencilla y lógica… en los equipos formativos del FCB jugaba de lateral izquierdo y defendía siempre en sistema abiertos, pero cuando subí a hacer la pretemporada con el primer equipo estaba tan lejos a nivel físico que todo lo que podía hacer era ayudar de extremo y defender de último.

Así pues, empecé a jugar de extremo en los entrenamientos del primer equipo y, me defendí más que bien. Luego, como siempre en la vida, tuve la suerte que se necesita muchas veces… En la temporada 90-91 siendo jugador junior tenía sitio en el primer equipo por esa condición, mayoritariamente jugué de tercer extremo y en los entrenos ayudaba de vez en cuando en la primera línea. Una vez se gana la primer copa de Europa, Juan Sagalés se retira y Valero Rivera decide que en lugar de fichar a alguien me quedo yo de segundo extremo. Ahí está mi gran oportunidad y me aferro a ella trabajando como un loco.

Así pasan las temporadas 91-92 y 92-93, en los que me acabo adaptando a esa posición, pero no disfruto todo lo que quisiera… principalmente me faltaba procesar información, echaba de menos el estar todo el rato pensando mientras jugaba… Así llegó el año 1993 y Valero se convirtió en seleccionador Español y me convocó para jugar el Mundial de Suecia. Debuté en Suiza, en un partido de clasificación del Europeo jugando de pivote. Me salió un buen partido y Valero confió  en mí y en el Mundial empecé a jugar muchos minutos, algunos de primera línea. Físicamente estaba más hecho, pero en el Barça había mucho jugadores de calidad en la primera línea y no había hueco para mi. La temporada 94-95 fue la última en la que jugué mayoritariamente de extremo y cuando faltaba algún primera línea, ahí aparecía yo. Recuerdo mucho un día en que el segundo entrenador del Barça Toni Rubiella, después de jugar un rato de primera línea me dijo…”Ahí sí que se te ve reír y disfrutar…”

De nuevo la suerte se tuvo que volver a cruzar en mi camino, esta vez en forma de sistema de juego. Si algo no funcionaba, Valero siempre lo cambiaba…El jugar en 6:0 no nos funcionó y Valero decidió empezar a jugar el 5:1 en defensa, con un ritmo de juego muy elevado y ahí yo encajaba a la perfección.  Podía defender de avanzado y no tener que ir al cambio  en defensa por mi estatura limitada. Yo siempre digo que soy hijo de un sistema de juego que se adaptaba a mis cualidades y que encima nos permitió ganar. Sin ese sistema, yo no hubiese sido el jugador que fui.

Como he dicho, sobretodo disfrutaba mucho jugando de central, pero nunca pensé que defender de avanzado en el 5:1 hubiese sido tan divertido como lo fue. Normalmente ser defensor te obliga a ser reactivo y para mi la gran novedad de jugar de avanzado fue poder llevar la  iniciativa y condicionar el juego de ataque del otro equipo. Había que pensar mucho para leer el juego y entender qué hacer en cada momento. La sensación de dominio y de control de partido que nos dio ese sistema, especialmente los 3 primeros años, fue brutal. Costó mucho tiempo el encontrarle el truco a esa defensa, y a medida que pasaba el tiempo Valero le introdujo variaciones y mejoras que nos permitieron alargar ese dominio durante 5 años.

Todo este rollo era para poder intentar decir que ni llegué a ser un jugador polivalente por convicción, ni por obligación… Yo diría que más bien fue por casualidad. Los responsables para que esto pasase fueron evidentemente los entrenadores que tuve en mi etapa formativa ayudándome a desarrollar mis capacidades técnicas y tácticas, sobre todo en ese momento Xesco Espar y por supuesto el entrenador que más confió en mí y me permitió disfrutar del juego en su máxima expresión, Valero Rivera.

Disputaste los Juegos Olímpicos de 2000 y 2004 defendiendo la camiseta de la Selección Nacional consiguiendo una medalla de Bronce en los primeros. ¿Qué significó para ti jugar en la selección y acudir a citas de tanta envergadura? ¿Cómo fue aquella renuncia a jugar con la Selección para formarte cara a tu futuro después de las pistas?

Debutar con la selección absoluta en el año 1993 fue una sorpresa. Yo había pasado por todas las selecciones inferiores, e incluso había jugado dos mundiales juniors, cuando por edad era sumamente difícil, sólo mi buen amigo Samuel Trives y yo estuvimos ahí de nuestra generación.  Pero llegar tan pronto a la absoluta no era lo lógico. Evidentemente uno no puede decir que no a jugar un Mundial, y así lo hice… pero en esa época ya estaba cursando la carrera universitaria y entre el Barça y la preparación del Mundial con la selección no me pude presentar a los exámenes de Febrero. En esos tiempos no había ningún tipo de ayuda para deportistas, yo era uno más en mi clase de la Universidad.

Después del mundial, Cruz Ibero, nuevo seleccionador en lugar de Valero,  me llamó para jugar los “goodwill games” en Junio… Eso significaba no hacer los exámenes de Junio y ahí me di cuenta de que si entraba en esa rueda nunca acabaría la carrera. Tenía muy claro que el Barça era mi prioridad, puesto que me ganaba la vida, que el futuro pasaba por tener una carrera universitaria y que la selección era mi tercera opción. No lo podía hacer todo a la vez, así que decidí ir por partes y centrarme en el Barça y en acabar la carrera. Hablé con Juan de Dios Román, director técnico de la Federación en ese momento y le expliqué la situación. Le dije que quería finalizar mis estudios para asegurarme un futuro mejor y que para hacerlo no podía jugar con la selección.  Envié un escrito explicando mi renuncia y dejando muy claro que una vez finalizada la carrera, si la Federación volvía a contar conmigo, yo estaría encantado de volver a la Selección.

Sabía que sería muy difícil el regreso y no optar a los juegos de Atlanta me supo muy mal, pero acabé la carrera y en el año 98 decidí volver ponerme a disposición. Volví a jugar con la Selección ese mismo año 98, con Juan de Dios de seleccionador y pese a no ir al Mundial del 99, contó conmigo para los JJOO del 2000. Siempre he pensado que el hecho de poder jugar en varias posiciones, me ayudó mucho en esa convocatoria, ya que las plazas en los equipos para los JJOO se reducen por exigencias de espacio en la Villa Olímpica y tener jugadores polivalentes tenía mucho sentido. Eso y que el Dr. Gutierrez, médico del Barça, le habló muy bien a Juan de Dios Román de mi, sabiendo que había una duda en si me llevaban o no.

Jugar los juegos fue un sueño hecho realidad. Poder vivir esa experiencia desde dentro y no sólo con la gente de tu deporte, fue increíble. Si encima te llevas una medalla, pues imagínate… A nivel de evento deportivo, nada se parece a unos JJOO, son incomparables.

Todo el siguiente ciclo olímpico lo realice con César Argilés, una magnífica persona. Con él jugué un Mundial, dos Europeos y otros Juegos Olímpicos, los de Atenas, con unos malditos penaltis en los ¼ de final contra Alemania.

Visto en perspectiva, aquella decisión de acabar la carrera universitaria, ha sido de las mejores que he tomado en mi vida, puesto que hoy en día puedo trabajar en la industria del deporte y al final no hipotecó mi carrera deportiva con la Selección.

Has jugado con los mejores jugadores de tu época pero también te has enfrentado a una generación de jugadores legendarios. ¿Quiénes destacarías por calidad tanto física como técnica o táctica, de entre tus compañeros y tus rivales?

Uf aquí tendría que hablar mucho rato… Déjame empezar por los rivales.

Te hablaré de los que yo sufría más… Los que eran como yo! Pepelu, Raúl González, Jackson, Ivano, Talant, estos eran los que me volvían más loco cuando los defendía, con ellos lo pasaba realmente mal. Prefería mil veces más a un jugador lento y muy fuerte que a uno más listo que yo.  Otro jugador que me impresionó y con el que ahora tengo una magnífica relación fue Stefan Loevgren. Lo tenía todo, físico y cabeza. Se dejaba la vida en la pista y era y sigue siendo un “gentelman”. Luego había otros monstruos del juego por kilos, velocidad, o fuerza pero yo siempre me quedo con los listos.

Como compañeros he jugado con los mejores del mundo en cada época y de todos guardo algún detalle que otro.  Kalina, Vujovic, Vuckovic, Portner, Serrano, etc. pero te daré detalles de los que marcaron mi carrera deportiva y con los que de no haber coincidido, seguro que no hablaríamos en los términos en los que lo hacemos ahora.

Rafa Guijosa: La mentalidad personificada y la mano en el lanzamiento.
Enric Masip: animal competitivo y un verdadero líder dentro de la pista.
Patrick Cavar: puro talento.
Mateo Garralda: un jugador hecho a sí mismo a base de trabajo  y constancia.
Iñaki Urdangarin: de esos jugadores que siempre hacen mejor a un equipo.
Antonio Carlos Ortega: el más listo de cuantos haya jugado.
Andrei Xepkin: el secreto de aquel equipo mítico.
David Barrufet: la inteligencia en la portería.
Tomas Svensson: la profesionalidad y la velocidad entre los tres palos

Seguro que esta es una de las porterías de más nivel en un mismo equipo en toda la historia. Todos ellos eran la base de un equipo irrepetible.

Valero Rivera es uno de los mejores entrenadores de la historia y uno de los más exigentes, al que tuviste durante muchísimos años. ¿Qué destacarías de su forma de entrenar, de preparar los partidos, de gestionar vestuarios plagados de estrellas y de mantener siempre viva la llama de la ambición?

Valero es y será siempre un entrenador único, especial. Es súper exigente con sus jugadores, especialmente con aquellos que pueden dar más, ser una estrella en un equipo entrenado por Valero supone demostrarlo cada día, no hay espacio para la relajación. Es un entrenador que cree en lo que ve cada día, tanto en el entrenamiento como en el partido. Los hechos hablan para él, no las palabras.

De sus entrenamiento recuerdo su intensidad, salvo el calentamiento todo era a máxima intensidad. Prefería entrenar poco y muy intenso a mucho y sin intensidad. La exigencia en el entreno era igual o mayor a veces que en según que partido. De hecho la tensión siempre existía en la dinámica del equipo, como él decía…”hay que estar al aparato”. De entrada, la puntualidad era sagrada, yo cobraba las multas del equipo y no se ingresaba casi nada por llegar tarde!

Los partidos se preparaban al detalle, sin importar el nivel del rival. Era muy exhaustivo y desgranaba al máximo el juego del rival, tanto en defensa como en ataque; era tal el nivel de detalle, que te hacía tener que pensar lo justo durante el partido. En ataque se partía de un bloc de jugadas, pero la mayoría de ellas eran formas de iniciar y en las que la toma de decisiones era muy importante. Para Valero, este aspecto era vital, de hecho, podía poner como un error en un video una jugada que acababa en gol, puesto que la decisión en su realización a su entender no había sido la correcta.

La gestión del vestuario siempre fue muy estricta, pero funcionaba porqué sus equipos ganaban y actuaban como tal, y eso estaba por encima de todo. Nadie estaba por encima del equipo. Evidentemente todo el mundo tiene sus opiniones y seguro que hay gente que no compartía alguna de sus formas de llevar al grupo, pero con el transcurso del tiempo todo se relativiza. No es sencillo llevar un grupo de grandes jugadores, todo tenemos un ego. Pero hay que decir que las reglas estaba muy claras y conocías muy bien qué cosas no se podían hacer y cuales no… te podía gustar más o menos, pero sabías a qué atenerte.

No es casualidad, que allí donde ha ido y ha tenido tiempo y confianza máxima, haya funcionado. Ya sea el Barça, la selección Española o la de Qatar, los resultado hablan de su capacidad como entrenador y como bien dices, lo sitúan entre los mejores de la historia.

Viviste la época dorada de nuestro balonmano y has visto también el declive en forma de pérdida de inversiones e interés en la Liga Asobal. ¿Qué destacarías de aquella Liga que era la envidia de toda Europa y de la actual? ¿Qué crees que sería necesario para regresar a esas posiciones privilegiadas dentro de las ligas europeas? ¿Por qué no somos capaces en España de vender un buen producto como es el balonmano en nuestra sociedad?

De la ASOBAL de mis tiempos destacaría el nivel deportivo, los mejores jugadores del mundo estaban aquí. Yo siempre decía que deportivamente, era la mejor pero a nivel de marketing éramos la segunda detrás de la Bundesliga.

Actualmente ASOBAL es una excelente liga formativa de jugadores, los entrenadores españoles son un referente y debido a la falta de recursos para fichar extranjeros, hay minutos para los jóvenes. Hay que explotar esta oportunidad para generar jugadores de categoría que vuelvan a levantar el nivel deportivo. Se necesita tiempo y paciencia.

Para volver a ser una liga de referencia, y ya a lo decía cuando estaba en España y me reafirmo ahora que estoy en los EEUU, hay que profesionalizar las estructuras no deportivas de los clubes. La Liga femenina de los EEUU, tiene un límite salarial de 421.500 dólares para un máximo de 20 jugadoras. No te puedes gastar más que eso en salarios, pero obligatoriamente debes tener una estructura mínima de 8 personas, que no tiene tareas a nivel deportivo y no tiene límite en el importe que pueden cobrar,  para llevar el día a día de un club.

Hay que tener profesionales que rindan cuentas y que por su interés profesional puedan llenar el pabellón, vender patrocinio, crear contenido para los fans, ofrecer una experiencia el día de partido, llevar las cuentas con rigor y dar servicio a los aficionados. Sé que el modelo para operar franquicias americanas y el europeo es muy diferente, pero estoy convencido que sin estructuras profesionales nunca seremos sostenibles en el tiempo y viviremos de los ciclos expansivos de la economía, como ha venido pasando hasta ahora. Hay que adaptarse.

Dicho esto, y conociendo la realidad que ha existido, me quito el sombrero por todos aquellos que han sostenido el balonmano en tiempos complicados como los que han acontecido, hay gente que ha perdido dinero personal para aguantar equipos y esto no se cuenta.

Otro problema actual, es que competimos en un mundo global, con una oferta de entretenimiento constante y sin horario, prácticamente a demanda. En los noventa y principios del dos mil no existía todavía este concepto globalizado de entretenimiento y el poder de atracción del deporte era mucho mayor. Este escenario ha cambiado y ahora se complica mucho más poder atraer de nuevo a la gente joven.

El evento por excelencia de nuestro deporte es la Final Four que desde hace unos años viene disputándose en Colonia y donde la gente no sabe que tienes una parte importante de responsabilidad. ¿Cuéntanos como cristaliza aquel proyecto y se convierte en la realidad que hoy es y cuál fue tu papel en todo aquello?

Las primeras conversaciones para cambiar el formato de la Champions empiezan en 2007 más o menos. Peter Vargo, director de marketing de la EHF en aquel momento, es la primera persona que me habla de la idea. El razonamiento desde su punto de vista era súper lógico, pasar de un evento local a uno global y controlarlo mucho más para dotarlo de valor añadido; debería ser una fiesta del balonmano global y no la de un par de clubes. Mi postura fue contraria en un principio, puesto que la parte deportiva tenía mucho peso para mi club.

En 2008 se produce una cena, en la que estamos Uwe Schwenke (manager del THW Kiel) y yo, como representantes de los clubes en el comité de Marketing de la EHF, junto con Michael Wiederer (entonces Secretario General de la EHF) y Peter Vargo. El motivo, discutir el cambio de modelo e intentar contar con el apoyo de los clubes. El Kiel tampoco quería perder una final de ida y vuelta, imagínate el ticketing que tenían en una final y que perderían.

La conversación tuvo ya muchos detalles de cómo se quería hacer la Final 4, qué tipo de contenido extra habría, cómo se controlaría la producción de TV, finanzas del evento y cómo compensar a los equipos que no jugaban la final en su pabellón. Fue una presentación del concepto muy bien hecha que nos abrió los ojos y por primera vez se nos permitió ser parte de la toma de decisión y compartimos nuestras ideas en la realización del proyecto.  Había que pensar en el balonmano a largo plazo y no en nuestros clubes a corto. La verdad es que el proyecto era increíble, pero había que “venderlo”, primero en nuestros clubes y luego al resto, a través de la asociación de clubes europeos.

Yo tuve la suerte de contar con un club que tuvo visión de futuro, y entendió que había que crecer como deporte, la parte deportiva con Enric Masip y Xavi Pascual tuvieron un gesto increíble al no poner objeciones. Sabían que jugar una Final 4 en Colonia era casi una condena a no ganar, y la Junta Directiva con su directivo responsable Jaume Ferrer, aceptó la idea.

Siempre me gusta explicar, que en 2009, justo después de perder la final de la primera Final4 de la historia con el THW Kiel, lo primero que hizo Xavi Pascual en la rueda de prensa fue felicitar a la EHF por el evento que había organizado. Ese día Pasqui se ganó el respeto de mucha gente importante en la EHF. Yo respiré muy aliviado el segundo año, cuando la ganamos por primera vez en el nuevo formato. El tiempo nos dio la razón al apoyar esa apuesta y hoy en día la Final 4 es un referente de los deportes indoor a nivel Europeo.

Pasaste de ser jugador de la sección del Barça a ser directivo. ¿Cómo se produjo aquel paso? ¿Cómo lo viviste y cómo lo vivieron los que habían sido tus compañeros tan solo unos meses antes? ¿Es más complicado ser jugador o directivo? ¿Ayuda haber sido antes jugador a la hora de tomar ciertas decisiones a nivel directivo?

Más que a directivo, pasé a ser el gerente de la sección. No fue un paso estudiado, de nuevo la suerte y la casualidad estuvieron de mi lado. El gerente de la sección en aquel momento y muy buen amigo,  Joan Marín, dejó el club y emprendió una aventura en Ciudad Real. Su lugar quedó vació. Yo hacía 6 meses que me había retirado y estaba trabajando de “controler financiero” en el Club. Francesc Solanellas, el director de secciones, me propuso como candidato a la posición a pesar de mi inexperiencia y yo no dudé ni un segundo en aceptar. Esa fue la parte fácil!

La difícil fue la de gestionar mi relación con mis ex compañeros de equipo. Yo ahora debía defender los intereses del Club. Darle una mala noticia a un amigo, no es agradable. Ahí comprobé lo complicado que es gestionar según que situaciones, en las que por mucho que tu quieras hacerlo bien, la interpretación de la otra parte es muy diferente a la tuya. De hecho, a partir de ese momento decidí limitar mi relación con los jugadores, no quise trabar amistad con ninguno para no volver a pasar por esas situaciones. Evidentemente hay que tener buena relación con ellos y la tuve siempre, pero manteniendo una distancia prudencial para evitar malos entendidos.

Ser ejecutivo es más complicado que jugar y más aburrido! Cuando juegas todo depende más o menos de ti. En un puesto ejecutivo dependes de mucha más gente para que tu trabajo salga.

Haber sido jugador ayuda muchísimo a gestionar, sabes perfectamente cómo piensan y te da muchas pistas sobre cómo actuar. Sin duda alguna es un valor añadido.

Desde hace un tiempo resides en la ciudad que nunca duerme, Nueva York, siendo el embajador del balonmano en tierras norteamericanas. ¿Cuánto se conoce y se practica el balonmano allí? ¿Qué tipo de acuerdos has venido cerrando? ¿Sería posible un desarrollo del balonmano allí como para que USA acabara teniendo presencia notable en competiciones de relevancia?

El balonmano aquí es un desconocido, sólo lo juegan los expatriados o emigrantes europeos en las grandes ciudades como NY o Chicago y en algunas bases militares. Uno de los mayores problemas que hay es la falta de instalaciones adecuadas. Parece mentira, pero los pabellones están hechos para baloncesto y no cabe una pista de balonmano. Por otro lado cuando hay un espacio suficientemente grande, no hay líneas ni porterías! Los de NY entrenan con porterías desmontables que no tienen postes duros y con marcas provisionales en el suelo…

La IHF tiene un proyecto para intentar promocionar el balonmano en los EEUU, de hecho la federación americana ha nombrado un nuevo CEO y se han añadido un par de trabajadores más para un plan de crecimiento. Es sólo el principio y les queda mucho por hacer….

Yo no tengo ya relación profesional con el balonmano, trabajó para el club en otras áreas, pero evidentemente si puedo aportar alguna cosa para promocionar el balonmano, lo haré.

El balonmano suele ser bastante adictivo, incluso cuando uno se retira tras casi 20 años como profesional. ¿Tras tu retirada has vuelto a vestirte de corto en algún partido homenaje? ¿Cuándo veremos de nuevo al 4 del Barça jugando alguno de los muchos torneos de veteranos que hay en España?

Yo diría que desde que me retiré, habré jugado como mucho 4 o 5 partidos de veteranos, el último hará un año y medio. Pero no me verás jugando nada que tenga pinta de partido oficial. Hay que aceptar la realidad de cómo estamos.  Ahora me gusta verlo como espectador y disfrutar de él.

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