Más de 15 años como deportista de élite, pero pudieron haber sido más si no hubiera sido por las lesiones. ¿Hasta dónde crees que podrías haber jugado? ¿De qué manera afecta a la personalidad de uno las malditas lesiones?
Pues como bien dices, las malditas lesiones. En esta profesión como en cualquier otra, te expones a determinados riesgos. En el caso del deporte, a las lesiones que, en mi caso, me apartaron y tuve la obligación de retirarme. Ha sido un placer jugar en la máxima categoría y estoy contento hasta dónde llegué, pero siempre quedan títulos pendientes a los que todo deportista le gustaría llegar.
Cuando algo que no depende de ti como son las lesiones, te apartan de tu pasión, de tu trabajo, afecta y mucho mentalmente, tienes que ser fuerte para recuperarte cuanto antes. En algún momento estás bajo de moral porque no puedes hacer lo que te gusta y no puedes ayudar a tu equipo para conseguir los objetivos, pero son gajes del oficio, lo que toca es recuperarse lo antes posible.