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Entrevista a SIARHEI RUTENKA

Entrevista a SIARHEI RUTENKA

En esta ocasión viajamos a la lejana Bielorrusia de donde es originario nuestro protagonista de la sección “BalonmanoVeteranos.com entrevista a…“, uno de los cracks mundiales como es Siarhei Rutenka.

Un jugador que lo tenía absolutamente todo en sus casi 2 metros de estatura… fuerza y potencia, talento y técnica, polivalencia y efectividad, pero ante todo un carácter ganador muy marcado y determinante. No tuvo una vida fácil y todo lo vivido de joven en Bielorrusia acabó por forjar un ganador nato que es ya toda una leyenda en el planeta balonmano y reconocido como uno de los grandes de nuestro deporte.

Tuvimos la enorme fortuna de poder disfruta de él durante los 10 años que jugó en España. Primero en aquel Ciudad Real de los galácticos que dominó Europa, y con posterioridad en el FC Barcelona al que contribuyó en la recuperación de su hegemonía. Jamás negoció con el esfuerzo, con la implicación y con el trabajo, y pocas veces se ha visto a un jugador más entregado en un 40×20, con independencia del partido que fuera, la competición que fuera o el rival que fuera.

Posee un palmarés espectacular con 4 Ligas de Eslovenia, 3 Copas de Eslovenia, 7 Ligas ASOBAL, 4 Copas del Rey, 8 Copas ASOBAL, 4 Supercopas de Europa y sobre todo…  6 Copas de Europa conseguidas con 3 equipos diferentes, lo que hace de su relación con esta competición, algo realmente especial.

En la actualidad reside en su país de origen, donde es un hombre de negocios. Ha estado vinculado a la Federación Bielorrusa de Balonmano hasta hace pocas fechas, y seguro que en un futuro cercano volverá a ostentar un cargo importante dentro del mundo del balonmano. Sería ciertamente interesante porque personas como Siarhei Rutenka, por su experiencia, sabiduría y talento, son imprescindibles en nuestro deporte.

Tras ese aspecto frío y distante, hemos descubierto a una gran persona, extremadamente educada y atenta, que nos ha facilitado el trabajo y con el que ha sido un enorme placer charlar. Un verdadero fuera de serie como persona, al igual que lo es como jugador.


TRAYECTORIA

2000-01 Gorenje Velenje
2001-05 RK Celje
2005-09 BM Ciudad Real
2009-15 FC Barcelona
2015 Catar Lekhwiya SC
2016 SKA Minsk


PALMARÉS

4 Ligas Eslovenia
3 Copas de Eslovenia
7 Ligas ASOBAL
4 Copas del Rey
8 Copas ASOBAL
6 Copas de Europa
4 Supercopas de Europa


MÉRITOS Y DISTINCIONES
2 veces Máximo goleador Copa Europa
Mejor jugador Supercopa de Europa 2005
Máximo goleador Supercopa de Europa 2005.
Máximo goleador en el Campeonato de Europa de Balonmano 2006
Mejor jugador Supercopa de España 2009
Mejor Lateral Izquierdo de la Liga ASOBAL 2013

Preguntas

Has sido uno de los grandes de la historia del balonmano, un jugador de una excelente técnica pero sobre todo de un carácter ganador como pocos han demostrado en un 40×20. ¿Uno nace con ese carácter o se forja a lo largo de la vida?

Bueno, en primer lugar agradecer el adjetivo de “grande” del balonmano, pero nunca me he sentido tan grande como decís. Respecto al carácter ganador, creo que eso es como un diamante sin tallar, que solamente es una piedra que luego tienes que trabajar para que se transforme en un diamante tallado. En mi caso he trabajado mucho con los entrenadores para llegar a donde llegué. Todas las situaciones que he tenido en la vida me han exigido no bajar los brazos. Todas estas situaciones, deportivas y extra deportivas, me han formado en este aspecto. Muchos entrenadores han trabajado conmigo en este aspecto, y han visto la posibilidad de hacerme un ganador.

Precisamente ese carácter ganador te llevaba al límite en los partidos, sacando siempre tu mejor versión pero además siendo capaz de desquiciar a cualquier rival. ¿Cómo afrontabas los partidos, sobre todo los importantes, y de donde nace esa facilidad para influir en los rivales hasta ponerles tan nerviosos?

Nunca tuve problemas para preparar los partidos, no tenía un tratamiento especial, simplemente escuchaba un poco de música, desconectaba del mundo sin hablar con nadie y me centraba en lo que tenía que hacer durante el partido. Pero no necesitaba mucho rato, un día antes del partido me centraba en el partido para no quemarme. Si le das demasiadas vueltas a un partido, esto influye y acabas saliendo desquiciado.

Nunca he pensado que tuviera capacidad de influir al rival. Lo importante era pensar en mí, en lo que tenía que hacer. Siempre que pensaba en el rival, nunca me salían bien las cosas. Cuando me centraba en mí, las cosas salían mejor.

Podríamos definirte perfectamente con la palabra polivalencia, y es que eras capaz de jugar, y muy bien, tanto en la primera línea como también de pivote, algo bastante poco habitual sobre todo en la élite. ¿Cómo, cuándo y por qué desarrollas esa versatilidad y esa facilidad para sumar desde cualquier posición?

Creo que en este aspecto me ayudó mucho la lucha. Antes del balonmano entrené lucha sambo y aquellos movimientos me ayudaron sobre todo para el juego en el pivote. Desgraciadamente hay aspectos que no se entrenan en el balonmano, sobre todo de jóvenes. Cuando empecé a jugar de pivote era muy delgado, unos 70 kilos con 1,98 de altura. Con este poco peso era difícil jugar de pivote, pero lo importante era saber dónde y cómo poner el cuerpo. Hay muchas cosas que no se explican a los jugadores de balonmano en este sentido y que ayudarían enormemente.

De primera línea, me podían las ganas de ganar, de engañar al contrario y “jugar” con él. La suma de todos estos momentos me ayudó a ser tan polivalente como decís.

Aunque sabemos que siempre es complicado hablar de uno mismo… ¿cómo te definirías como jugador? ¿Cuáles crees que han sido tus puntos fuertes?

La verdad es que no me gusta hablar de mí, pero para responder diría que siempre intentaba dar el máximo, ya fuera jugando en los mejores equipos del mundo o jugando con selección bielorrusa o eslovena. Me motivaba jugar contra los favoritos como por ejemplo Francia, Dinamarca, España, Alemania… me daba igual que yo estuviera en un equipo con menor potencial o menos posibilidades de ganar. Lo importante antes de salir al campo, antes de empezar el partido, era prepararme para dar el máximo. Cuando sales del campo perdiendo o ganando, la pregunta siempre es saber si habías hecho todo o no. Antes que ganar un partido en el que no lo había dado todo, prefería perder pero dejando toda el alma en el campo. Cuando lo das todo y pierdes, solo tienes que felicitar al rival.

Era habitual que me defendieran fuerte o que intentaran sacarme del partido poniéndome nervioso o provocándome, también con insultos o pitos desde la grada, pero todo ello lo que de verdad provocaba en mi era motivarme aún más y tener más ganas de ganar.

Un total de 16 años como jugador profesional de balonmano. ¿Qué valoración haces de tu carrera deportiva tanto a nivel deportivo como personal?

Lo más grande que he conseguido estos 16 años han sido los amigos y las amistades. Esto lo aprecio más que los títulos. La gente con la que aún sigo en contacto, que me llaman o yo puedo llamar, eso es lo mejor para mí. Todos los títulos son importantes, pero lo máximo, lo máximo son las personas y gracias a Dios estoy en contacto con ellos o los veo en eventos de balonmano. Poder quedar a comer es lo mejor que hay.

Ciudad Real y Barcelona fueron tus dos clubes en España, dos potencias que se disputaron la hegemonía del balonmano nacional en esos años. ¿Qué diferencias y similitudes encontraste en ambos clubes? ¿Qué destacarías de cada uno de ellos para ser imitado en otros clubes?

Similitudes, seguramente la misma forma de afrontar las temporadas, siempre con la obligación de ganar todos los títulos. Los dos clubes estaban hechos para estos objetivos y por allí han pasado los mejores jugadores del mundo.

Las diferencias, pues probablemente que el Barça como institución deportiva, con todas sus secciones, posee una estructura máxima a nivel mundial. Y Ciudad Real era solo un club de balonmano, pero he de decir que en Ciudad Real los triunfos se vivían mucho más intensamente que en Barcelona. Es cierto que el balonmano se vive más intensamente en las ciudades pequeñas, y no tiene nada que ver cuando se lleva una Copa de Europa a una ciudad pequeña que a una grande, desgraciadamente para nuestro deporte. Esperemos que la cosa cambie para en un futuro cercano.

Tanto Barcelona como Ciudad Real tiene un hueco especial en mí, son etapa llenas de recuerdos que nunca olvidaré.

¿Qué destacarías de tu etapa en el Bm Ciudad Real en cuanto a equipo, compañeros, entrenador, afición… y también de la ciudad?

Destacaría la vida conjunta es decir, desde mi punto de vista Ciudad Real  o Celje, donde estuve antes de estar en Ciudad Real, eran ciudades pequeñas donde todos viven por este deporte. Todos te apoyan antes del partido, toda la ciudad piensa en apoyar al equipo.  También de vez en cuando este influye como aspecto negativo porque los jugadores se ponen nerviosos, piensan más en el partido que en su vida y en las ciudades pequeñas no puedes escaparte de esto.

Respeto de los compañeros, eran todos buenísimos. Me acuerdo que nos llamaban “galácticos” y es que nos juntamos casi los mejores jugadores del mundo en todas las posiciones. Internacionales de todas las selecciones pero que éramos una familia de verdad. Tuvimos un ambiente tremendo y también fue gracias a los directivos del club y el cuerpo técnico que influyeron mucho en este aspecto. El cuerpo técnico no solo trabajaba sobre los jugadores sino también se preocupaban sobre cómo vivían las familias, y este es un punto más que nos hacía fuertes. La afición era el séptimo jugador y nos ayudaba a ganar partidos.

¿Qué destacarías de tu etapa en el FC Barcelona en cuanto a equipo, compañeros, entrenador, afición… y también de la ciudad?

Barcelona es un referente a nivel mundial.  Cuando llegué allí me quedé muy sorprendido al ver tanta gente trabajando en el club y unas instalaciones tan espectaculares. Todo era muy grande y no era nada habitual para un jugador de balonmano ver algo así, así que todo eso me impresionó muchísimo. Barcelona ha sido la primera ciudad con la que me planteé irme a vivir allí una vez me retirara del balonmano.

Tengo que decir de la afición que aunque en la mayoría de los partidos no llenábamos el pabellón, cuando tocaba un partido importante o una remontada, la afición se ponía detrás a empujar y nos ayudaba muchísimo. La gente en la grada es un reflejo de como juega el equipo y yo llegué en un momento al Barça que no era el mejor de su historia y nos tocó demostrar a la afición que teníamos ganas de ganar títulos y de devolver el cariño y el apoyo que teníamos.

Conseguimos llenar poco a poco más el pabellón, que nos ayudó muchísimo en los partidos importantes siendo un jugador más. También he de decir que tuve grandísimos compañeros, un vestuario buenísimo al que me costó un poco al inicio entrar al llegar de un rival directo como era Ciudad Real, pero sigo muy en contacto y tengo muy buenos amigos. Ellos me ayudaron a pasar esas primeras semanas y gracias a todo el vestuario, especialmente a Barrufet, me integré rápidamente.

Eres un auténtico coleccionista de títulos, y es que has ganado prácticamente todo lo que se puede ganar como jugador de club, pero destacaríamos esa relación tan especial tuya con la Copa de Europa, donde tienes varias en tus vitrinas. ¿Qué representa para ti la Copa de Europa? ¿Cómo conseguiste no cansarte de ganarla tantas veces y en tantos equipos?

La Copa de Europa, a nivel de club, es el máximo título que se puede ganar. Desde pequeño soñaba con participar en esa competición, no tanto en ganarla. La ruptura de la URSS provocó una situación difícil en Bielorrusia donde no se invertía en deporte y los clubes pasaron una época muy difícil que llevaba a los jugadores a irse fuera para ganarse la vida. Yo fui uno de ellos, y marché con el sueño de llegar a un club que compitiera en Copa de Europa, no que la ganara. Pero cuando gané mi primera Copa de Europa con 22 años,  cuando me pusieron la medalla me apareció  la pregunta en la cabeza de… ¿Ya?. No esperaba ganarla tan pronto y no sabía cómo eso me iba a afectar.

En Bielorrusia tenemos un gran jugador de todos los tiempos como es Yakimovic que ganó todos los títulos y que era un ejemplo para todos nosotros, y me marqué el objetivo de superarle a nivel de títulos de club porque a nivel de selección no podría porque él jugó con la URSS.

También es verdad que no me imaginaba compitiendo en alguna competición sin las ganas de ganarla. Si hubiera jugado algún trofeo en el que no me hubiera importado ganar, me hubiera retirado. Con la Copa de Europa imagínate, disputaba cada partido como una final, también el resto de los campeonatos, siempre quería ganar.

Te retiraste como jugador profesional en 2016 tras jugar una última temporada en el club de tu ciudad natal Minsk. ¿Cómo fue el proceso para tomar esa decisión? ¿Qué factores fueron los definitivos para decidir retirarse?

Los factores fueron muchos. Jugué la última temporada en Minsk por 2 razones, la primera es que siempre había querido jugar en ese club pero nunca antes se dieron las circunstancias para hacerlo. Y la segunda, tuvimos un acuerdo con el presidente de la Federación Bielorrusa para que jugara con la selección hasta 2016. Tras cumplir estas dos promesas, la primera conmigo mismo y la segunda con la Federación, decidí retirarme. Toda mi vida he luchado por llegar al máximo nivel, y según ibas cumpliendo años tu carrera va hacia abajo porque es ley de vida.

Pensando en qué hacer después del balonmano, en 2016 apareció el proyecto que lidero, que está fuera del deporte y con el que disfruto cada día. Es verdad que podría haber jugado 2-3 años más, pero no al nivel que yo quería y me gusta jugar, y sólo hubiera retrasado el final de mi carrera y quizá estropeando la imagen que había creado ya.

Otra de tus peculiaridades es que tienes una triple nacionalidad, por un lado eres bielorruso, pero también esloveno y español aunque con la única selección con la que no jugaste de las 3 es la española…

Pasado el tiempo puedo hablar de manera más abierta sobre este tema. Bielorruso soy porque nací allí y me formé como jugador allí. Cuando me fui a Eslovenia fue porque la situación en mi país era muy complicada y difícil de explicar incluso. Los eslovenos me ayudaron muchísimo, y contribuyeron mucho a que llegara a ser el Rutenka que soy. Cuándo no me llamaron en la selección Bielorrusia por haberme ido del país, que estuve 3 años sin jugar, los eslovenos se interesaron porque jugara con ellos. Mis amigos en mi país entendían mis razones y sabían que no era ningún traidor, y entendieron también que me nacionalizara esloveno para jugar con su selección. Jugué 4 años con Eslovenia con la intención de devolver al pueblo esloveno todo lo que hicieron por mí.

Cuando llegué a España, en Ciudad Real éramos muchos extranjeros y nos preguntaron a los jugadores con contrato largo si cabría la posibilidad de coger la nacionalidad española y no ocupar plaza de extranjero. En principio no se habló de la posibilidad de jugar con la selección pero también es verdad que en España no sentí el mismo apoyo que en Eslovenia para que jugara con la selección. En España es el primer país en el que me escupieron a la cara unos aficionados, allí se vive el balonmano de otra manera y eso me costó. Como tampoco sentí esa intención de que jugara con España, no se llegó a plantear esa opción. Pero que quede claro que me gusta mucho España, no tengo nada en contra de la gente, todo lo contrario. Pero es verdad que el aficionado español es muy bueno, pero también hay alguno que pasa ciertos límites. Estoy muy agradecido a España, a los clubes en los que he jugado, a las ciudades… eso no cambia pese a todo.

Después de 10 años en España, estamos seguros de que tienes muchos amigos aquí. ¿Vienes de visita con alguna frecuencia? ¿Cuándo te veremos de nuevo por aquí?

Lo mejor que me ha dado nuestro deporte son los amigos y personas que he conocido. Gracias a Dios tengo muchas personas en España que visitar, precisamente este verano estaré cerca de Barcelona donde celebraré mi cumpleaños. Me gusta mucho España, me gusta mucho su gente, y me gustaría ir a visitar más a menudo pero de momento no tengo mucho tiempo libre para para poder pasarme más tiempo allí.

Somos de la opinión de que uno es jugador hasta el final de sus días, este o no retirado… ¿Has vuelto a jugar algún partido ya sea homenaje, veteranos o benéfico? ¿Cuándo te veremos de corto en alguno de los muchos torneos de veteranos que se organizan en España?

El proyecto en el que ando metido ahora me exige mucho tiempo. De momento no encuentro el hueco para ir a entrenar o pasar por el gimnasio, pero tengo que empezar a entrenar un poco porque voy a estar en el partido de homenaje a Uros Zorman y Luca Zvizej en octubre o noviembre. Será el primer partido en el que voy a pisar el campo desde mi retirada.

Aquí en Bielorrusia me han llamado muchas veces para partidos de veteranos, pero de momento no tengo ganas tanto por tema de lesiones como por tema de tener poco tiempo libre. Es algo bastante importante para mí poder disfrutar mi tiempo libre, así que espero ir a España no a jugar veteranos, sino a ver a mis amigos (risas).

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