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Entrevista a RUBÉN RUIZ

Entrevista a RUBÉN RUIZ

No podía faltar en esta sección de entrevistas el último gran capitán del Balonmano Puerto Sagunto, y es que la figura de Rubén Ruiz traspasa lo meramente deportivo para convertirse en todo un icono en el balonmano de la ciudad y el ejemplo real de que desde la cantera se puede llegar al primer equipo.

Un canterano que fue creciendo junto al club, quemando etapas juntos aunque sus trayectorias se separan en dos ocasiones. La primera fue en 2004 cuando decidió fichar por el Vamasa Valencia de Liga Asobal y demostrar que estaba capacitado para jugar entre los mejores. Y la segunda fue en 2007 cuando fichó por Vinarós por 2 temporadas en las que terminó de consolidarse como jugador importante. Su regreso a Puerto Sagunto en 2009 fue vital para que el equipo se proclamara campeón de División de Honor B y lograr el ansiado ascenso a Liga Asobal.

Las últimas 8 temporadas en el club han sido todas ellas disputando la máxima categoría de nuestro balonmano, y en 2018, tras una trayectoria de 18 temporadas con 15 de ellas defendiendo los colores rojiblancos de Puerto Sagunto, tomó la decisión de retirarse como jugador profesional, pero no de la práctica activa de nuestro deporte.

Actualmente es miembro del equipo de veteranos del club, donde comparte vestuario con amigos y con compañeros y disfruta de un balonmano totalmente diferente, sin egos, sin presiones, por el simple placer de seguir disfrutando del 40×20. Y aunque la categoría sea Veteranos, ha descubierto que la competitividad y el orgullo de ganar no se pierden.

Nuestra intención no es sólo conocer un poco más a un excelente jugador como lo ha sido y lo es Rubén Ruiz, sino sobre todo homenajear a este tipo de jugadores tan imprescindibles en nuestro balonmano. Jugadores que tienen una marcada concepción grupal de este deporte y que no buscan focos ni protagonismo. Que trabajan de manera incansable para crecer y poder aportar en cualquier momento y posición que el equipo necesite. Que no solo se dejan el aliento en la pista sino que también son esenciales en la cohesión de un vestuario. En resumen, jugadores en mayúsculas que todos quisiéramos tener en nuestra plantilla.

 


TRAYECTORIA

2000-04 Club Balonmano Puerto Sagunto
2004 -05 Vamasa Valencia
2005-07 Club Balonmano Puerto Sagunto
2007-09 Club Balonmano Vinaros
2009-18 Club Balonmano Puerto Sagunto

Preguntas

Metidos aún en medio de esta pandemia del Covid19, no podemos empezar de otra manera que interesándonos por cómo estás tú, tu familia y amigos y como llevas esto del confinamiento teniendo además críos pequeños

Bien, bien… de salud todos bien. Por suerte no hemos tenido ningún problema en ese sentido, otra cosa es en qué condiciones nos ha “pillado” el confinamiento, con 2 niños pequeños, de 5 y 2 años, en casa, sin salir, con toda la energía que ellos tienen y con las ganas que tienen de quemarla. Se ha hecho duro.

Fruto de la cantera del propio Balonmano Puerto Sagunto, no solo llegaste a ser parte importante del primer equipo sino que además has sido capitán durante muchos años. ¿Cómo de especial resulta vivir todas estas experiencias en el equipo de casa? ¿Cómo resumirías el sentimiento de pertenencia al Balonmano Puerto Sagunto?

En los deportes de equipo los éxitos y los fracasos se viven más intensamente cuando lo conseguido lo consideras tuyo. Generalmente los que son grandes profesionales se sienten involucrados con el club en el que están, pero por mucho que esto sea así, nada es comparable a la intensidad con la que se vive cuando las alegrías y tristezas se llevan a cabo en el club que te ha visto crecer, que te formó como jugador y persona, que te trasmitió los valores… En mi caso lo he vivido desde sentimientos extremos. En parte por mi forma de ser, siempre me he llevado las victorias y derrotas a casa, la felicidad o apatía de la semana dependía de cómo había ido la jornada.

El Club balonmano Puerto Sagunto es un club que tiene detrás una gran historia, una gran masa social que vas comprobando partido tras partido, cuando sales a la calle, cuando hablas con su gente, las historias que te cuentan sobre años pasados… Yo lo mamé desde pequeño y forman parte de mis valores, pero todo aquel que ha venido a jugar aquí sabe de qué hablo, familiar y cercano, es un club especial, que te involucra fácilmente y en el que te sientes identificado.

No eres el único miembro de la familia que ha destacado en el balonmano, y es que tu hermano Sergio también ha sido un enorme jugador que se inició en el Naranco, desarrolló toda una carrera en Alemania y regresó a España de la mano del Balonmano Aragón antes de retirarse. ¿Cómo era la rivalidad fraternal en casa de niños? ¿Algún momento especial de rivalidad máxima en alguna ocasión? ¿Hubiera sido bonito haber coincidido en algún momento de vuestras trayectorias, sobre todo en Valencia?

Somos 3 hermanos en la familia. El mayor es el que nos guió en este deporte en el colegio, luego poco a poco fue abandonándolo hacia otras inquietudes. Mi hermano Sergio se fue muy joven a Oviedo, con 19 años, por lo que yo tenía solo 15, y no pudimos “disfrutar” como tal de una rivalidad. A esas edades se nota mucho la diferencia, pero lo que si recuerdo es compartir entrenamientos en verano, bueno, él, como buen hermano mayor y “abusón” que era me obligaba a ponerme de portero mientras practicaba con su zurda… siendo diestro. Luego esa zurda dio sus frutos, lógicamente gracias al portero con el que practicaba (risas).

Lo habíamos hablado varias veces, incluso antes de que él se retirase oficialmente, la posibilidad de poder jugar un año juntos, aquí en el Puerto, donde ambos crecimos. Pero no se dieron las circunstancias, generalmente porque los últimos años sufrió un par de lesiones que le impidieron posteriormente jugar.

Un total de 3 etapas en el club, que suman la cifra estratosférica de 15 años defendiendo los mismos colores. ¿Cómo resumirías el devenir, el crecimiento y el desarrollo del club? ¿Quiénes consideras las personas clave en todos estos años, ya sea en la dirección, la parte técnica o deportiva? ¿Cómo valoras tu aportación personal en la historia del club?

El club ha ido creciendo conforme los ascensos de categoría lo exigían, pero por suerte o por desgracia sigue siendo un club pequeño, semiprofesional en todos sus ámbitos y estructuras, por lo que para dar ese salto definitivo que permita aspirar a objetivos mayores debería de reestructurar el mismo. Evidentemente para esto se necesita recursos económicos, el gran caballo de batalla, y generalmente estos no dependen de uno, por lo que siempre estamos a expensas de que el tejido empresarial decida apostar por este deporte.
Dejando de lado la evidencia clara de que la capacidad económica es fundamental para el desarrollo de un club, el balonmano Puerto Sagunto ha crecido hacia un nuevo modelo de gestión interna y de estructura, donde el valor de los equipos base se hace indispensable. Se ha estructurado de forma notable las bases para conseguir ser un club de cantera e intentar crecer en base a ella. Para la supervivencia del club a largo plazo este debe de ser el camino a seguir.

En todo este proceso y desarrollo de los últimos 20 años sin duda alguna la junta directiva que inicio el camino, y que continua en él, ha resultado clave, son los que apostaron por un nuevo proyecto ambicioso y los que lo han hecho crecer, siempre bajo el rigor económico, hasta la situación actual. Ahora falta el último peldaño para alcanzar cotas mayores, seguramente ese es el déficit que hasta ahora ha tenido el club.

¿¿Mi aportación?? Resulta difícil valorarse uno mismo sin ser subjetivo. Para una valoración real deberían ser el resto de implicados quien lo definiese, pero quiero pensar que he sido una parte importante en todo este proceso. Lo he vivido todo muy intensamente y siempre he querido que mis compañeros que llegaban vivieran el club de la misma manera. A su vez, digamos que he podido ser aquel en quien poder fijarse para todos aquellos chavales que empezaban, que desde el trabajo, sacrificio e ilusión se consiguen los objetivos.

Estuviste una temporada en el Vamasa Valencia y otra en el Balonmano Vinarós. ¿Cuáles fueron las razones de aquellos fichajes y como se fraguaron después tus regresos a Puerto Sagunto? ¿Qué te aportaron aquellas experiencias tanto a nivel deportivo como profesional?

Claramente fueron motivos distintos. El fichaje por el Vamasa Valencia lo hacía desde la ilusión, la de poder competir en la que era la mejor liga del mundo, conseguir el objetivo por el que todo niño sueña cuando empieza a andar en este deporte, alcanzar la máxima categoría y competir en ella… Por desgracia, la crisis económica ya estaba afectando al club. Éramos un equipo joven y con problemas económicos, por lo que al año siguiente el club desapareció pero yo viví aquel año de forma muy especial, crecí como jugador y como persona.
Con la llegada al club balonmano Vinaros quería sentir una nueva experiencia deportiva, un nuevo club con el que vivir nuevas situaciones con las que seguir creciendo. Era un club muy cercano, el cual agradecí desde el primer momento. Hicimos una gran “familia”, guardo grandes recuerdos de aquellos años, tanto deportivos como personales.
Sin duda fueron 2 grandes experiencias que me ayudaron a conocerme mejor.

Jugando en la primera línea, básicamente en la siempre complicada posición de central… ¿Cómo te definirías como jugador? ¿Dónde crees que radicaron tus fortalezas para que los distintos entrenadores que has ido teniendo contaran contigo para disputar minutos importantes?

Evidentemente jugando, principalmente en la posición de central, tienes que tener una visión más global del partido, del ataque, ya que se presupone la capacidad de jugar y hacer jugar. Al fin y al cabo las condiciones físicas de cada uno van a determinar que fortalezcas unas cualidades u otras. En mi caso, mis fortalezas eran la capacidad del cambio de ritmo, de dirección, la velocidad de encontrar los huecos en la defensas por los que colarme hasta 6 metros. Evidentemente capacidades a sumar al juego al que se le presupone a un “central” como es el la visión del partido y de gestión del ataque.

En cierta manera mi fortaleza era llevar el partido a un ritmo de juego en el que yo obtuviera ventajas, acelerar el partido al ritmo que por mis condiciones de juego pudiéramos salir ganando el ataque frente a la defensa rival.

Siempre tendemos a mirarnos en espejos, a imitar a grandes jugadores que nos deslumbraron. ¿Qué jugadores fueron los que te marcaron de más joven? ¿Cuáles destacarías como los jugadores más increíbles y espectaculares a los que te has enfrentado? ¿Qué jugador, quizá no tan conocido, fue el que más te llamó la atención?

Hay un jugador por encima de todos que me marcó cuando era joven, y no era otro que Rafael Guijosa. Por la intensidad que ponía en los partidos, la emoción con que los vivía… En cierta manera me imagino que por mi forma de ser me identifique rápidamente con él. Ahora desde los banquillos he visto que vive el balonmano de la misma forma, muy pasional.

No es fácil destacar a unos pocos de aquellos contra los que me he enfrentado. Por suerte llegue a vivir una época gloriosa del balonmano español, donde llegó a ser la mejor liga del mundo con los mejores jugadores. Sin duda deberían estar los Olafur Stefansson, Talant Dujshebaev, Alberto Entrerrios, Juanín Garcia, Ivano Balic… y uno de mi generación que al parecer aun seguirá peleando un año más, Raul Entrerrios.

Uno de los históricos del Balonmano Puerto Sagunto es, sin lugar a dudas, la leyenda de la portería David Bruixola. ¿Cómo era entrenar con él y hasta qué punto podía llegar a desesperar a un lanzador? ¿Qué otros grandes porteros destacarías de entre todos a los que has tenido que lanzar? ¿Qué 3 grandes porteros destacarías como los más determinantes del balonmano mundial de las 2 últimas décadas?

Bruixola es un “cabronazo”… lo digo desde el cariño, eh? (risas). Tiene la “habilidad” de conseguir desesperarte, hablando quiero decir. Tiene la gracia para conseguirlo, hay que reconocerlo, así que mientras entrenamos él puede pasarse el entrenamiento “jugando” contigo, para desestabilizarte… pero el sigue parando igual. Generalmente tú te desesperas y él se crece… La mejor virtud de David es lo listo que es en la portería. No era de estudiar mucho a los lanzadores previamente, sino de confiar en su propio instinto para parar. Podía llegar a desesperar gracias a que los analizaba en el propio partido.
No cabe duda que en los últimos 15 años en Asobal han pasado de los mejores porteros del momento, hablamos de los que me he enfrentado como Sterbik, Hombrados, Perez de Vargas, Barrufet… Si tuviera que destacar a los 3 que más me han impactado en los últimos 20 años serian: David Barrufet, Arpad Sterbik y Niklas Ladin al comienzo de la última década.

Has vivido años relativamente buenos de nuestro balonmano, con enormes crisis y épocas de grandes problemas. ¿Cómo recuerdas como los años más complicados para nuestro deporte?

Creo haber vivido la mejor época y la peor. Sobre 2005, cuando teníamos en nuestra liga a los mejores jugadores del mundo, posibilidades económicas, España campeona mundial por primera vez en su historia… y a los pocos años, allá por el 2010, tras la crisis ya afectando, todo eran dificultades para mantener ya no digo a los mejores, si no para la supervivencia de los propios clubes. Año a año desde aquel momento, rara era la temporada que algún club no desparecía: impagos en la mayoría de equipos, jugadores que emigraban… Fueron años difíciles, de gran incertidumbre presupuestaria que afectaba a la propia liga. Llegaban las fechas de junio y julio y aun no existían certezas de que equipos compondrían finalmente la correspondiente temporada en Asobal, si podrían mantener su presupuesto… Fue duro ver como el balonmano se descomponía.

Tendemos a no darle toda la importancia que tiene la figura del entrenador, pese a que vemos que en el resto del mundo se alaban a nuestro técnicos, que además lo conquistan todo. ¿Qué grandes entrenadores destacarías de entre los que has tenido en tu trayectoria deportiva? ¿Quién destacarías por sus dotes de liderazgo y cuál por su capacidad estratégica? ¿Qué crees que debe tener un buen entrenador para llegar a serlo?

Es una máxima del deporte. Generalmente cuando las cosas no van todo lo bien que se esperaba la culpa suele recaer en el entrenador, pero cuando es lo contrario a los que se les “aplaude” son a los jugadores. Cuanto más veterano te haces más cuenta te das de la importancia que el entrenador tiene en el equipo, mayor que cualquiera de la plantilla, y a su vez, la dificultad que entraña poder llevar ese cargo. Los jugadores tendemos a ser egoístas, sobre todo cuanto más joven eres y el entrenador es quien debe de encargarse de que el colectivo prime a lo individual. Dicho así parece sencillo, pero hay muchos egos dentro de un vestuario profesional.
He tenido buenos entrenadores, seguramente, de las capacidades que tenían unos y otros, de sus puntos fuertes, saldría el entrenador ideal.
¿Qué debe de tener un buen entrenador? Bajo mi criterio… Lógicamente tiene que disponer de riqueza táctica, debe conocer las peculiaridades que se producen en cada partido para darle solución, ser flexible a la hora de establecer estrategias, ya que es posible que a los 5 primeros minutos de un partido tengas que modificarla… Pero por encima de todo esto, que es fundamental y se le presupone a un entrenador de calidad, debe de ser “psicólogo” del vestuario. Debe saber qué es lo que necesita su equipo en cada momento. No puedes ir siempre con el látigo, ni siempre con la mano izquierda. Hay momentos en los que necesitas presionar más al equipo y momentos que menos e incluso hay jugadores que necesitan ser presionados y otros que todo lo contrario. Exigir la entrega y el trabajo del equipo de forma natural, haciéndoles ver que eres el líder y el responsable de las decisiones. En definitiva, no ser “rígido” en su forma de entrenar, momentos y situaciones distintas necesitan soluciones diferentes, mantener el equilibrio adecuado entre la estrategia, la exigencia y la empatía con el jugador.

Muchos años en el mismo club, coincidiendo muchos de ellos con el mismo núcleo duro que acaba forjando grandes amistades. ¿Quiénes destacarías como tus grandes amigos del balonmano? ¿Cómo seguís en contacto a día de hoy y cuántas batallitas acabáis contando al compartir velada o cervezas en un bar?

Al llevar tantos años en un club he vivido diferentes generaciones, en todas ellas guardo grandes amigos, muchos de ellos amigos íntimos para siempre…
En la última época hemos convivido durante muchos años un grupo de jugadores, el núcleo del balonmano Valenciano que quedaba. Hablo de Bruixola, Tarrasó, Nebot, Ángel Fernández, a los que se nos unió Pocholo, Juan… Grandes amigos que después de tantos años tenemos un sinfín de anécdotas, aunque siempre estamos contando las mismas y riéndonos de la misma forma que el primer día (risas).
Con esto de la tecnología y las redes sociales es imposible no estar en contacto de una u otra forma. De hecho estamos en varios grupos de Whatsapp diferentes. Siempre que las circunstancias lo permiten intentamos juntarnos.

En 2018 tomaste la decisión de afrontar la retirada. ¿Cómo fue en tu caso esa toma de decisión? ¿Qué factores incidían en seguir jugando y qué otros lo hacían en sentido contrario? ¿Te has arrepentido en algún momento del momento de tomar esa decisión?

Nunca hay un solo motivo que te inclina a tomar una decisión, pero evidentemente el motivo principal fue el hecho de que naciera mi segundo hijo y de lo poco que estaba en casa para ayudar. Y la decisión lógica que ha de prevalecer es la familia frente al deporte. Lógicamente el cuerpo ya no me respondía de la misma forma que 10 años atrás, Los dolores eran habituales, la fatiga, la recuperación… con los años se pierden las capacidades físicas y a mí ya me iban abandonando.
Lo que más me costó a la hora de tomar la decisión es lo convencido que estaba de lo que iba a echar de menos ese día a día. Era el estilo de vida que conocía y ahora sería como empezar de “nuevo”.
Arrepentirme como tal no. A veces la toma de decisiones lógicas caen por su propio peso, era una decisión natural, lo que no quita que en determinados momentos eche de menos la competición, la exigencia, la concentración del día del partido…

Echando la mirada atrás… ¿Qué te ha aportado el balonmano a nivel personal? ¿Qué cosas de la competición y de la élite de todos estos años utilizas en tu día a día a nivel profesional?

Al fin y al cabo el deporte no es más que un ejemplo de lo que te encuentras en el día a día fuera de él: ilusión, entrega, trabajo, sacrificio, recompensa… Son conceptos que cualquier persona necesita en la vida, pero en el deporte y en el balonmano los necesitas para avanzar, para crecer, así que te aportan una serie de valores fundamentales desde bien pequeño.
Aprendes a valorar al grupo por encima de lo individual, empatizas con los compañeros y amigos, facilita las relaciones personales y de amistad con el resto.

Tu retirada no fue el cierre definitivo de tu relación con el balonmano y formas parte del equipo de veteranos de Puerto Sagunto, que además sois los actuales campeones de la competición en la Comunidad Valenciana. ¿Sirven los veteranos para matar el gusanillo del balonmano? ¿Se acaba echando de menos más competitividad, más exigencia o más intensidad?

Si, para matar el gusanillo si, sirve… pero sin duda, al cambiar de un año para otro, al ser el cambio tan rápido se echa de menos el balonmano tal como comentas, con más intensidad, mayor nivel de exigencia… Pero por el contrario ganas justo lo que ibas buscando, compadreo, diversión, risas, volver a compartir pista con aquellos que jugaste en tus inicios, amigos y compañeros que te encontraste en el camino con los que vuelves a coincidir.
Lo único que no ha perdido el balonmano veterano es cierta competitividad, lógicamente desde el fair play, pero en los primeros meses con ellos me echaron la bronca porque me había relajado demasiado (risas). Actualmente el Puerto Sagunto Veteranos somos los vigentes campeones de la Comunidad Valenciana.

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