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Entrevista a RAQUEL CAÑO

Entrevista a RAQUEL CAÑO

Talento, velocidad, trabajo y sacrificio desde el extremo derecho el que recibimos hoy en la sección de entrevistas, con una grandísima jugadora como ha sido la leonesa Raquel Caño.

Un total de 18 temporadas en la élite de nuestro balonmano femenino, repartidos única y exclusivamente entre el equipo de su ciudad natal, Cleba León, y el de su ciudad de adopción, Balonmano La Calzada de Gijón. Hecho que nos permite corroborar que es una jugadora de club, comprometida con los proyectos al 100% tanto en los buenos como en los malos momentos.

La calidad de su muñeca derecha junto a sus enormes prestaciones físicas le llevaron a vestir también la camiseta de la selección nacional absoluta en 15 ocasiones, y aquella experiencia (cómo bien nos cuenta en la entrevista), le permitió descubrir otra disciplina donde también ha brillado con luz propia: el balonmano playa.

Ha sido un fijo de la selección española de balonmano playa durante muchos años, logrando el hito histórico de la medalla de oro en el Mundial de 2016. Pero es que con el equipo de playa de Málaga ha ganado multitud de torneos siendo más que habitual verla en las playas españolas volando en espectaculares flies o giros.

La pandemia no le permitió despedirse de su pasión en las pistas y las playas, pero la huella que deja resulta impresionante y se convierte en todo un ejemplo para las más jóvenes practicantes de nuestro deporte.


TRAYECTORIA

2002-17 Cleba León
2017-20 Bm La Calzada (Gijón)


PALMARÉS MÁS DESTACADO

Bm Pista
Copa de la Reina (2018)

Bm Playa
Medalla de Oro en Campeonato del Mundo 2016

Preguntas

Un 2020 muy significativo para ti donde han pasado muchas cosas, pero la primera pregunta es obligada… ¿Cómo estás de salud y como están los tuyos? ¿Cómo viviste el confinamiento y cómo vas llevando el tema restricciones y normas de convivencia en tiempos de pandemia?

Tanto los míos como yo, gracias a Dios, de momento estamos bien. Es una situación de incertidumbre y de lejanía de mi familia y de León que intento vivirla con la mayor paciencia y optimismo posible. Las restricciones son más duras cuando no te puedes desplazar para ver a tus seres queridos pero intentas mantener el contacto y sobre todo la cabeza ocupada, y adaptarte a los cambios en todo momento. Sabemos que es una situación muy delicada en el que cuidarnos para también proteger al prójimo es primordial. Con solidaridad y calma, no creo que todo vaya a salir bien, pero si que llegue un día en el que por fin podamos decir que hemos salido de esta.

Precisamente la pandemia y la suspensión de las competiciones obligaron a que tu retirada no fuera donde tenía que haber sido, en el 40×20. ¿Cómo fue la siempre complicada decisión de cerrar una carrera deportiva profesional? ¿Qué motivos te llevaron a tomarla viéndote en plena forma como siempre y con tan solo 36 años?

Es una decisión que tenía ya tomada y meditada, la pandemia solo adelantó el momento. Es verdad que duele que no pueda ser en las pistas, nunca lo había imaginado así, duele no tener el calor de tu gente en ese último momento tan importante para un deportista. El motivo no fue más que el desgaste, el cansancio de viajar, de posponer siempre momentos, nuevas actividades, fue ya pensar en que hay algo más allá de lo que siempre he vivido, y sentí que era el momento. Quería sentirme encima en plenas condiciones físicas y mentales, que fuera una decisión que tomara yo misma, ni lesiones ni negativas de un nuevo contrato. Me parece que un deportista se merece poner fin por sí mismo a una carrera dilatada y tan bonita como la que yo he podido vivir.

Una dilatadísima carrera deportiva con pocos descansos porque de la pista saltabas a la arena, y con un juego muy explosivo, dinámico y vertiginoso como el tuyo. ¿Dónde ha estado el secreto de un estado de forma tan espectacular durante tantos años? ¿Genética, preparación física a conciencia, suerte con las lesiones…? ¿Cómo ha ido evolucionando tu físico y tu juego durante los últimos años de competición?

Siempre fui una apasionada de lo que hacía, creo que la entrega y la pasión por lo que haces ayuda a mantenerte siempre en forma, a querer mejorar, a querer aportar cada día más a tu equipo. Nunca fui de dietas tampoco, creo en una buena alimentación y un buen descanso, que lo llevaba siempre por el libro. El haber siempre estado en continua formación en ámbitos referentes a mi carrera profesional como preparadora física creo que también ha puesto su granito de arena a la hora de afrontar la recuperación de los partidos o la prevención de lesiones que por otro lado he tenido la suerte de que me han respetado bastante, solo una rotura de cruzado como única lesión.

Dos únicos clubes de pista en tu carrera, y en tu León natal la friolera de 15 años… ¿Cómo de especial ha sido defender los colores de tu tierra y llevar el nombre de tu ciudad? ¿Qué crees que aporta un jugador de la casa al equipo como valor añadido que un foráneo difícilmente puede conseguir? ¿Cómo se produjo tu salida y que sentimientos te generó dejar León?

Los años vividos jugando en León sin duda son los más bonitos que he vivido en mi carrera. Formarte, coger tu primer balón, crecer en la cantera, llegar al primer equipo y aportar durante tantos años, llegar a vestir la camiseta de la selección absoluta estando en mi equipo de toda la vida… son cosas que compensan no haber aceptado ofertas que por uno u otro motivo siempre me llevaban a tomar la decisión de estar un año más en mi casa. El calor y el reconocimiento que me ha dado León como jugadora lo he sentido aun cuando abandoné el Cleba definitivamente. Fueron muy duros los últimos años en la cuerda floja, siempre luchando por no perder la categoría. La oferta de Gijón me llegó en un momento en el que ya tenía en mente que me había desfondado por León y que al descender solo me apetecía dejarlo. La decisión de irme a Gijón y todo lo que viví con el Mavi ha sido un gran premio a todo ese esfuerzo pasado. Sin duda León y Gijón siempre serán para mi mis dos casas.

La temporada 2010-11 fue especial por el hecho de haber disputado competición europea… ¿Qué recuerdos guardas de aquella experiencia? ¿Qué grandes diferencias encontraste en los pabellones, aficiones y clubes contra los que jugasteis?

Bueno, la verdad que fue una experiencia corta y no muy plena, ya que los dos partidos que jugamos contra el equipo macedonio fue en León y el siguiente partido de cruces fue a ida y vuelta contra el Balonmano Sagunto, donde ya perdimos y no tuvimos ninguna opción de salir de España. Por eso digo que no es uno de los mejores recuerdos que guardo, porque casi ni llegamos a sentir que estábamos jugando Europa al  no salir de España.

Gijón ha sido una experiencia más corta, pero con un inolvidable título en la Copa de la Reina de 2018. ¿Qué recuerdos guardas de aquel título, de las celebraciones y de la respuesta de la afición?

Ha sido uno de los momentos más felices que he podido vivir como jugadora. Fue mágico de principio a fin, todas estuvimos extraordinarias, el estado de forma en que llegamos y la plantilla que teníamos nos hizo creer desde el principio que podíamos. Fue un sueño cumplido, para mí. Fue ese premio que necesitaba, vivir algo así de mágico. En Gijón la afición lo vivió con mucha alegría, fue precioso llegar a casa y que la base te esperase después de un larguísimo viaje desde Málaga. Los medios de comunicación en León también estuvieron muy pendientes, mi pueblo donde siempre viví, la verdad que todavía recuerdo todo y se me ponen los pelos de punta.

Defendiste también los colores de la selección española de pista en 15 ocasiones. ¿Cómo de especial es escuchar el himno y representar a todo un país? ¿Quizá quedó la espinita clavada de haber tenido mayor continuidad en la selección?

Recuerdo la vez que debuté en Corea y escuché el himno. Se me cayeron las lágrimas, siempre ese momento emociona, ya lo había escuchado bastantes veces porque había sido internacional en todas las categorías de base, pero ese momento en que me vi rodeada de jugadoras como Marta Mangué, Silvia Navarro, Macarena Aguilar…te das cuenta que no todo el mundo puede vivirlo, y que me daba igual las convocatorias que fueran, que pensaba vivirlo al máximo. Estoy muy contenta de esa época porque yo creo que aproveché todos los minutos. Lo disfruté al máximo y me abrió una puerta al balonmano playa.

Una jugadora sumamente veloz y enormemente letal en los contrataques y en la finalización desde el extremo derecho. ¿Cómo te definirías como jugadora? ¿Qué grandes jugadoras te inspiraron de joven y que grandes extremos destacarías en las historia del balonmano como los más espectaculares?

Yo no me considero ni la más veloz, ni la más fuerte, ni la más lista, pero sabía que con mis cualidades si trabajaba podía acercarme a la medía de todo lo anterior que he nombrado. Como jugadora siempre me he definido como trabajadora y constante. De joven en León me encantaba ver jugar a Verónica Valverde, en el Bera Bera estaba Esme López, que era un espejo para gente como yo. Siempre todo extremo de León soñaba con ser Juanín García, y más adelante el balonmano español ha tenido la gran suerte de tener a la mejor extremo derecho de todos los tiempos, Carmen Martín.

Siempre has mantenido una relación muy estrecha con el gol, destacando esa facilidad anotadora. ¿Se nace con ese talento innato o son muchas horas de entrenamiento y estudio de las porteras? ¿Qué grandes porteras destacarías como las que más tardes te amargaron durante tu etapa profesional?

Siempre tuve hambre de gol, eso es verdad. Nunca tuve problemas en fallar el primero y querer meter los siguientes. Si que soy una jugadora que ha analizado siempre a su rival, siempre he temido y admirado a Silvia Navarro y a Darling Zoqbi, unas artistas desde los 6 metros. También pienso que mi calidad de lanzamiento se vio beneficiada porque tuve siempre la suerte de tener grandes porteras en mi equipo que me obligaban a mejorar, y nunca me conformé con la teoría de que un jugador tiene un límite. Creo que independientemente de tu edad siempre puedes reinventarte y aprender habilidades nuevas o por lo menos intentarlo.

Un apartado especial merece tu papel protagonista en el balonmano playa español. ¿Cómo, cuándo y gracias a quien llegas al balonmano playa? ¿Qué descubriste en él para engancharte de manera definitiva? ¿Cómo valoras que finalmente se haya quedado fuera de los Juegos Olímpicos por el momento?

Comienzo por el final, me parece un error, es una disciplina que con creces ha demostrado que cumple todos los requisitos para ser olímpica. Todo llega.

Mi paso por la absoluta de pista me abrió el camino. La fisio de la selección le habló de mis cualidades al seleccionador de playa, que un día me llamó y me propuso probar en mi equipo de Ciudad de Málaga. Decidí arriesgar, prepararme sola hasta que llegó el día, y ese primer partido me encantó. Tuve que esforzarme mucho y trabajar para poder llegar a dominar el juego, pero al final, todo esfuerzo tiene su recompensa a veces. Conseguí meterme en el equipo nacional con todas esas chicas que eran magas, y fue una de las mejores experiencias de mi vida.

Infinidad de torneos conquistados, y con la selección española de playa, campeona del mundo en 2016… ¿Qué se siente al ser la mejor del mundo? ¿Qué recuerdos guardas de aquella selección, las compañeras, el cuerpo técnico y la celebración?

Recuerdo las larguísimas jornadas de entrenamiento, más de 6 horas diarias a veces a temperaturas que superaban los 36 grados. La ilusión del grupo, que para mi gusto, junto con la calidad de las chicas y la implicación del cuerpo técnico fue el motor del gran éxito. Tres medallas seguidas y premios individuales no fueron casualidad. Ganar el mundial, sentirte el mejor solo fue el premio a ese camino. A veces me gusta recordarlo porque es otro de esos momentos que un deportista daría todo por vivirlo, y yo tuve ese privilegio. Subir esa copa con el “we are the champion” solo creo que quien lo ha vivido de verdad da valor a ese momento. Hay mucho trabajo detrás de una medalla.

El balonmano femenino anda experimentando un crecimiento y desarrollo acompañado de mayor visibilidad en los medios, aunque lejos de tener el peso que merecería. ¿Cómo has vivido la evolución del balonmano femenino desde tus inicios hasta tu retirada? ¿Qué crees que hace falta para tener un mayor apoyo y repercusión?

Siempre, da igual el momento que leas esto, pienso que necesitará un mayor apoyo y repercusión. Todavía estamos lejos del masculino, es verdad, y hay que decirlo. Es un camino largo que hay que recorrer pero que hay que seguir luchando por ello. Yo viví todas las etapas, las vacas gordas antes de la crisis del 2009, las flacas y los momentos de luego que gracias a la expansión de internet hay mayor repercusión, conocimiento y reconocimiento. Pero pienso que equipos, patrocinadores e instituciones tienen que seguir trabajando mucho para poner al balonmano en el lugar que se merece.

Es pronto para echar de menos las pistas, y más en un año como este, pero… ¿Te veremos jugando algún partido de veteranas en breve? ¿Seguirás siendo una asidua del Arena Handball Tour?

No tengo en mente por ahora volverme a calzar unas zapatillas de balonmano, me quedan muchas actividades nuevas y cosas que aprender y disfrutar. El balonmano playa la verdad que sí que me apetecería darme la oportunidad de volver a disfrutar de él. No sé qué pasará en un futuro, ni si mi situación personal o laboral me lo permitirá, pero de momento vivo el día a día y ni si quiera me lo planteo seriamente.

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