Son muchos los grandísimos jugadores cubanos que han triunfado en Europa y el mundo, demostrando que en la isla se forman a enormes talentos. ¿Cómo fueron tus orígenes deportivos en Cuba? ¿Qué recuerdos guardas de ese periodo formativo y de la manera de entrenar allí?
La verdad tengo muy buenos recuerdos de mis inicios en Cuba. En primer lugar porque es el único deporte que he practicado desde los 9 años. Mientras muchos de mis amigos ya habían probado varios yo solo empecé en el balonmano y nunca practiqué nada más. Puedo decir que mi formación como jugador, especialmente en los inicios, fue muy buena gracias a Juan de Dios Pendres mi primer entrenador, alguien que para mí fue como mi padre. Fue un exjugador de la selección nacional cubana caracterizado por ser muy inteligente, algo que siempre inculcó en todos sus jugadores. Luego de varios años, a los 16 llego a la selección adulta nacional, donde mi carrera dio un salto cualitativo. A pesar de mi corta edad, con apenas dos años, era titular de la selección nacional cubana. En este periodo entrenábamos muchísimo, sobre todo mucho físico por la falta de competición internacional.