En más de una ocasión has comentado que llegaste con 8 años al balonmano “por casualidad” en tu Córdoba natal. ¿Cómo fue ese “por casualidad”? ¿Cómo de importante era la formación en valores en tu época durante el deporte escolar y cuanto crees que ha cambiado eso?
En mi casa nadie había practicado balonmano y era totalmente desconocido. En tercero de EGB llegaron a mi colegio, el C.P. Fray Albino, una serie de monitores ofreciendo diversos deportes como el balonmano, baloncesto y voleibol. Esto era muy novedoso en el cole y marco el inicio de las actividades extraescolares. Nos explicaron en horario de clase de que iba cada deporte y posteriormente nos dieron los horarios. Cuando llegué a casa se lo comente a mi madre y ella me dijo que adelante, era gratis y podía probar. Así empecé en balonmano y voleibol que fueron los que elegí, posteriormente me decante por el balonmano aunque continúe practicando el voleibol muchos años con los amigos. Ya en 4 de EGB pase al club federado y aunque sinceramente no fue un flechazo a primera vista, continúe porque mis amigos estaban también y con el tiempo se convirtió en mi pasión.
Desde mi punto de vista el deporte siempre ha sido importante a la hora de formar a los jóvenes en valores, lo que sí es verdad que actualmente el niño tiene menos oportunidades de realizar actividad física y juegos en la calle como si podíamos los de mi generación, por lo que el deporte reglado gana mas protagonismo e importancia si cabe para la transmisión de los valores del esfuerzo, compañerismo, frustración ante la derrota, colaboración etc…