Entrevista a OSCAR PERALES - BalonmanoVeteranos.com

Definirse a uno mismo es complicado, siempre intente ser un juzgador rápido y explosivo, pesaba muy poquito, si la defensa me pillaba, estaba perdido.

Intentaba jugar con mucha energía y transmitirla a mis compañeros, siempre intentaba disfrutar de cada minuto en el campo y hacia todo lo posible para trasladar lo bonito de este deporte a toda la gente que nos iba a ver.

Muchas veces pecaba de ser demasiado acelerado, con sus cosas buenas y sus cosas malas.

(Risas) Creo que menos gracia. A veces se me tachaba de ser un poco anárquico. Es verdad que con el paso del tiempo y al madurar como jugador pude canalizar toda esa energía, y la experiencia te enseña a cómo y cuándo debes de utilizarla.

Pero creo que pude llegar a ser jugador profesional precisamente por eso, intentaba hacer cosas no convencionales o habituales.

Cuando salí de mi pueblo, Los Corrales de Buelna, mi padre me dió uno de los mejores consejos: no cambies nunca, sé tú mismo. He intentado siempre ser fiel a mi estilo, amoldándome en la medida de lo posible a lo que me pedían mis entrenadores.

La etapa formativa que vivimos en León fue dura en cuanto a entrenamientos y exigencia. Yo era apenas un chaval y tenía compañeros de talla mundial y por aquel entonces todos los equipos tenían 4 ó 5 extranjeros realmente buenos. De todos aprendes un poquito aunque mi referente y espejo siempre fue Talant. Era un jugador espectacular en todas sus acciones y un ganador nato.

Pero como ejemplo de esfuerzo, de trabajo y de constancia, quizás con todos los jóvenes con los que compartí vestuario en León: Cartón, Prendes, Raúl Entrerrios, Yeray, Viran, Garza.

Juanin era un gran jugador y dentro de nada con su retirada se convertirá en leyenda, y nos ayudaba muchísimo a los jóvenes. Siempre intentaba darnos buenos consejos y estaba muy pendientes de nosotros.

Pasó todo muy rápido e intenté vivirlo como una experiencia de aprendizaje más. Hubo momentos muy buenos y momentos menos dulces. Un chico de pueblo que sale fuera de su casa bastante joven y lo deja todo atrás por intentar cumplir un sueño, ser jugador profesional de balonmano.

Recuerdo que extrañaba mucho a mi familia, sobre todos a mis hermanos.

Después, tener la gran suerte de estar entrenando y compitiendo con los jugadores que hacía poco tiempo veía por la televisión, resultó un sueño.

El deporte y sobre todo el de alto rendimiento, tiene esas dos caras de la moneda. Pienso que hay que saber disfrutar, saborear los grandes momentos que nos da, e intentar aprender de los momentos dolorosos de las derrotas.

Siempre digo que los mejores títulos que te da el balonmano son su gente, y a día de hoy lo reafirmo. Las mejores amistados que conservo a día de hoy han sido gracias al balonmano.

Bueno, siempre intento transmitir buena energía, me han educado así en el colegio, en la familia y en el deporte, con una serie de valores que intento que sean la base de mi vida.

Rodearte de buena gente, personas que te apoyan y te animan cada día, es un pilar fundamental para seguir adelante cuando las cosas no van todo lo bien que desearíamos.

En el plano personal, un valor incalculable porque siempre que me he caído, ahí estaba ella para levantarme. Nos complementamos muy bien, me conoce a la perfección.

En lo deportivo, siempre me aconsejaba muy bien, pero es cierto que hablábamos poco de balonmano. Cuando venía de un partido en el que no habíamos jugado bien y además habíamos perdido, simplemente con una mirada o un gesto nos decíamos todo. Ella, al haber sido jugadora profesional y haber vivido tantas experiencia de la misma forma que yo, facilitaba mucho las cosas.

Mentiría si dijera que no, pero sinceramente y aunque suene a tópico, me gustaría que fuera feliz haciendo lo que más le apasione.

Mi padre fue jugador de balonmano y creo que llegue a ser profesional porque nunca sentí esa presión añadida en casa.

Siempre me decían que disfrutara, que lo pasara bien con mis amigos y compañeros.

De momento tiene 4 años, no creas que le gustan mucho los balones, es más bohemio (risas). Le gusta más dibujar, pintar, la música…hay tiempo para todo.

Hoy en día el abanico de posibilidades para los jóvenes es muy amplío, pueden elegir entre muchas opciones. Antes, en el pueblo, había tres o cuatro deportes y elegías en el que más compañeros de clase había.

Ser entrenador es una manera diferente de ver, de vivir y de sentir el balonmano, pero es una forma de seguir vinculado al mundo del deporte, que es lo que me apasiona.

Fue una temporada difícil, de mucho aprendizaje, pero complicada porque era mi primer año como entrenador, y finalmente logramos salvarnos.

Lo más complicado fue cambiar el chip de jugador a entrenador, y que muchos de esos jugadores a los que tenía que entrenar habían sido compañeros y rivales en los terrenos de juego hacía muy poco tiempo.

Es una asociación sin ánimo de lucro que pretende, a través del deporte a incluir a grupos sociales en un entorno deportivo y saludable,utilizando como herramienta el balonmano.

La idea surge de un anterior proyecto con chicos que tiene TEA. Vimos que el deporte era muy beneficioso para ellos y decidimos crear esta asociación.

En principio los objetivos eran dar la posibilidad de realizar deporte a todas aquellas personas que así lo desearan y que no tuvieran la opción de hacerlo anteriormente.

Ahora tenemos unas 100 personas beneficiándose de Inclusport. Nuestros objetivos a día de hoy son ampliar la oferta deportiva a los chicos con muchos más deportes, intentar extendernos a otras localidades y ciudades, y crear campus multideporte inclusivos.

Queremos consolidar el proyecto, y para ello, necesitamos recursos económicos. Ya son muchas las personas y jugadores que nos apoyan, que suman a la causa, sin ellos Inclusport no sería posible.

En nuestra página web www.inclusport.org tienen toda la información, cada granito de arena cuenta, la suma de muchos pocos es una gran ayuda.

Nos tenemos que dar a conocer, lo estamos consiguiendo, es un trabajo de tiempo y dedicación, pero poco a poco estamos viendo resultados. Nosotros simplemente queremos que el mayor número de personas se beneficie de nuestra asociación.

Los recursos humanos son muy importantes para nosotros. La familia de entrenadores y monitores que tenemos en Inclusport tienen un valor incalculable.

Poco a poco estamos haciendo cada vez más ruido, se conoce nuestra labor y las instituciones nos tienen un poco más en cuenta.