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Entrevista a MARKO KRIVOKAPIC

Entrevista a MARKO KRIVOKAPIC

En Hungría, y muy vinculado al balonmano de élite, encontramos al grandísimo jugador serbio Marko Krivokapic que tantos años disfrutamos en la Liga Asobal. Y es que desde 2013 viene formando parte del staff técnico que nuestro admirado Juan Carlos Pastor dirige en el Pick Szeged de Liga de Campeones.

Desde muy joven demostró que tenía talento para los deportes, no en vano destacó en las piscinas serbias antes de decantarse por el balonmano. Y demostró, con una brillante y dilatada trayectoria, que no se equivoco en absoluto al apostar por el 40×20.

Tras jugar en el Senta, Jugovic y Sintelton yugoslavos, pasó 4 temporadas en el Madeira portugués antes de recalar definitivamente en España. Una primera y destacable etapa en todo un histórico de nuestro balonmano como el Bm Granollers, un efímero paso por el Bm Aragón, y 5 temporadas increíbles siendo pieza importante de un histórico Bm Valladolid que empezaba a sumar títulos.

Un jugador al que se le puede definir como completo, y es que era un interesantísimo laretal izquierdo en tareas ofensivas, y un grandísimo e inteligente baluarte en labores defensivas. Tanto en Granollers como en Valladolid hizo campañas espectaculares mostrándose como un valor seguro dentro de los esquemas de cada equipo, demostrando además una gran capacidad de aprendizaje, crecimiento y desarrollo.

El año 2013 es el año de inflexión en su vida, y es que se produce su retirada a final de temporada y la oferta de Juan Carlos Pastor para irse a Hungría como ayudante. Allí viene trabajando con los jóvenes talentos del Pick Szeged que encuentran en él a todo un lujo del que recibir consejos, correcciones y mucho apoyo.


TRAYECTORIA
1990-92 Senta (Yugoslavia)
1992-98 Jugovic (Yugoslavia)
1998-00 Sintelon (Yugoslavia)
2000-04 Madeira (Portugal)
2004-07 Bm Granollers
2007-08 Bm Aragón
2008-13 Bm Valladolid


PALMARÉS
Recopa de Europa
Copa del Rey

Preguntas

Encontrándonos en medio de una pandemia de dimensiones mundiales, la primera pregunta es obligada… ¿Cómo te encuentras tú y tu familia? ¿Cómo estáis viviendo el confinamiento y todos los cambios a nivel social y sanitario que estamos viviendo?

Nos encontramos bien. La familia está bien, y toca acostumbrarse un poco a las nuevas normas de vida. Aquí en Hungría no se ha pasado tan mal como en España, sí que hubo muchas restricciones pero se podía salir a la calle y hacer un poco de deporte. Hemos pasado un mal rato, pero ahora mismo estamos siguiendo una vida normal.

No fue hasta los 14 años cuando empezaste a practicar de vedad balonmano, habiendo sido muy bueno antes en natación. ¿Por qué en su día elegiste natación y por qué la alternativa fue después el balonmano? ¿Qué encontraste en nuestro deporte para engancharte de por vida?

Mi hermano mayor practicaba natación, y yo fui 3 veces a aprender a nadar, pero no conseguí aprender (risas). Luego sí que aprendí y fui muy buen nadador hasta los 14 años. En ese momento vi que no podía mejorar porque las instalaciones eran bastante limitadas así que decidí dejarlo al entrenar demasiadas horas.

Mi tío jugaba al balonmano y yo quería practicar un deporte de equipo. El futbol no me gustaba, aunque mi padre fue jugador de futbol. El baloncesto si me gustaba pero no había en mi localidad, así que las opciones eran waterpolo o balonmano. Me decanté por él, y el resto es historia.

Lo que me enganchó al balonmano fue el hecho de compartir todo con mis compañeros y jugar en equipo. Eso fue fundamental después de practicar un deporte individual como la natación, donde todo dependía de uno mismo. El balonmano me ha dado mucho me ha enseñado a compartir.

Yugoslavia siempre defendió la práctica del deporte en la formación dentro de las escuelas. ¿Puede ser esa una de las claves para que haya habido tanto talento en tantos deportes? ¿Dónde se os inculca ese carácter combativo y ganador que siempre han exhibido los deportistas de aquella zona del planeta?

Es verdad que en la antigua Yugoslavia se practicaban muchos deportes a la vez, y en Serbia en cada metro cuadrado encontrabas un campo de baloncesto o futbol, así que era muy normal ver a la gente practicarlos en su tiempo libre. Yo creo que por eso hemos tenido éxito, por tener tanta gente practicando mucho tiempo.
Creo que el carácter de la gente de los Balcanes viene de haber vivido una época bastante dura donde nos tocó sobrevivir. Había mucha competencia y la gente tenía que ser buena para conseguir cosas.

Fuiste un lateral izquierdo muy inteligente y no solo un jugador de ataque sino también defensivo. ¿Cómo te definirías como jugador? ¿Dónde crees que estaban tus puntos fuertes? ¿Con qué jugadores te identificarías por el tipo de juego?

Creo que era un buen jugador de balonmano, pero fue cuando llegué a España cuando conseguí mejorar tácticamente y al final de mi carrera deportiva fui un muy buen jugador. Es una pena que no hubiera aprendido el balonmano en España con una edad temprana porque hubiera sido mejor jugador. El balonmano español me ha dado mucho y por cierto, tanto creo en vuestro balonmano, que es el que enseño ahora a los jóvenes.
Nunca me identifiqué con nadie cuando jugaba, y ahora menos. Creo que buscaba mi camino y ser yo mismo. Lo más importante fue mejorar mi juego en defensa y ser un jugador completo.

Unas semifinales de la City Cup enfrentó a tu Sintelton con el Bm Valladolid, y visitar Huerta del Rey supuso toda una experiencia tal, que hasta le confesaste a tu mujer que tu querías jugar allí alguna vez como local. ¿Qué viste, que viviste y qué sentiste como para tener tan claro que tú querías jugar en ese club?

La verdad es que en esa semifinal de City Cup, solo queríamos jugar contra Valladolid porque pensábamos que era el equipo menos fuerte de los 3 posibles que quedaban, y al final nos tocó Valladolid. El día que jugábamos en Valladolid era además el cumpleaños de nuestro presidente, y perdimos de 11 goles. Fue la mayor derrota de mi carrera hasta entonces. Lo pasamos fatal en Valladolid. Conseguimos jugar un buen partido en la vuelta y tuvimos la eliminatoria… estuvimos cerca porque ganamos de 10 goles pero nos quedamos fuera.
Lo que me gustó mucho de Valladolid fue su público y el ambiente en Huera del Rey, y el balonmano que practicaban. No eran los típicos alemanes o rusos altos y fuertes, eran unos jugadores de menos estatura, pero con mucha inteligencia. Jugaron un balonmano que ahora mismo siguen practicando muchos jugadores de España, pero incluso a más nivel.

Sin embargo tu primer club español no fue el Bm Valladolid sino el Granollers. ¿Cómo se produjo tu fichaje? ¿Cómo valoras aquellas tres temporadas en el club vallesano, todo un histórico de nuestro balonmano?

En aquella época era complicado fichar en España para los extranjeros de fuera de la Unión Europea. Pero tuve una oferta interesante de Granollers donde tuve la suerte de coincidir con jugadores de mucha calidad como Paco Cavar, Pepelu Pérez-Canca, Vicente Álamo, Raul Campos… Estoy muy contento de haber jugado en un club como Granollers con tanta historia donde también mejoré mi juego.

Dejaste Granollers para fichar por el Bm Aragón… aunque siempre has reconocido que no fue un buen año. ¿Qué paso en Zaragoza para no haber podido disfrutar de la mejor versión de Marko Krivokapic? Pese a todo, ¿qué recuerdos guardas de tu paso por Zaragoza?

Zaragoza para mí fue una mala elección. Lo puedo decir ahora después de tantos años porque fue el único club donde no terminé mi contrato. Fui a un club con un muy buen proyecto, pero no encontré mi sitio y hubo una sobre carga en el lateral izquierdo donde yo quería tener más protagonismo. Al final fue complicado y después de 2 meses en Zaragoza ya sabía que no iba a seguir. No veía mi futuro allí y no podía demostrar lo que era entonces. Los recuerdos de esa etapa son bastantes grises y no tendría muchas cosas que contar.

Es por fin en 2008 cuando llegas al Bm Valladolid aunque ya hubo intentos anteriores. ¿Qué era lo que más le atraía de tu juego a Juan Calos Pastor? ¿Respondió el equipo, el club, la ciudad y la afición a las enormes expectativas que ya habías generado?

Es verdad que Juan Carlos Pastor me quería fichar desde mi etapa en Granollers, pero no conseguíamos llegar a un acuerdo entre los clubes. Siempre me quiso en su equipo y después de Zaragoza hubo esa opción y gracias a Dios podía marcharme.
Juan Carlos Pastor es un entrenador muy perfeccionista y detallista. Me explicó perfectamente lo que esperaba de mí, y yo entendía que era un paso adelante en mi carrera fichar por Valladolid. El equipo, el club y la ciudad era justo lo que yo necesitaba para mejorar y ser mejor jugador y estoy muy agradecido a Valladolid, al club, al entrenador y al presidente porque pude aprender y ser mejor jugador allí. Puedo decir que fue la mejor elección tras una mala elección.

Un total de 5 años en Pucela que dieron para vivir de todo, desde las mieles del éxito en forma de títulos, a los problemas económicos e incluso las lesiones. ¿Cómo resumes tu paso por la ciudad del Pisuerga? ¿Qué grandes recuerdos guardas y que te convención para incluso tener casa por allí?

Fantásticos 5 años en Valladolid y desde el primer día que llegamos allí. Mi familia estaba muy a gusto allí y hemos pasado muy buenos años. En 2009 ganamos la Recopa y conseguimos la tercera plaza liguera, que era el mayor éxito del club. Estoy muy contento y orgulloso de formar parte de ese equipo. Luego tuvimos problemas económicos como la mayoría de clubes de España en aquellos años pero estuvimos muy a gusto. Fui el único capitán extranjero en el Valladolid, seguramente en la temporada más complicada para ese club donde luchamos hasta el final para no perder la categoría. Fue un honor para liderar un equipo en los tiempos malos.
Los recuerdos que guardo para siempre son los compañeros de equipo y amigos fuera del balonmano, y hasta me compré casa allí por lo que tengo esa opción de regresar a quedarme a vivir en Valladolid.

La temporada 2012-13 es la de tu retirada, donde los problemas físicos se convierte en un obstáculo difícilmente superable. ¿Cómo recuerdas aquel proceso para tomar la siempre difícil decisión de retirarte? ¿Qué tipo de futuro te imaginabas tras cerrar la etapa como jugador profesional?

Mi retirada del balonmano no fue tan triste porque me encontraba en un estado físico bastante malo. Mi objetivo era terminar la temporada y no descender, cosa que conseguimos. Si puedo decir que me retiré muy contento y con gran alegría por cumplir los objetivos y dejar de maltratar mi cuerpo.
Respecto a mi futuro, no pensaba que acabaría haciendo lo que estoy haciendo ahora mismo. No pensaba en trabajar en el balonmano, y no me preparé para ello. Pensaba trabajar en otras cosas, pero llegó una buena oferta que no podía rechazar porque es seguir trabajando con Juan Carlos Pastor y estar muy cerca de mi casa, y cogí esa oportunidad y puedo decir que ha sido una de las decisiones más importantes de mi vida y he acertado.

Ese 2013 fue también el de la marcha de Juan Carlos Pastor al Pick Szeged donde te propone formar parte de su cuerpo técnico… ¿Qué destacarías de la enorme figura de Juan Carlos Pastor y su relevancia en el balonmano moderno? ¿Qué fue lo que más te costó interiorizar de tus nuevas funciones, ya fuera del 40×20?

Es verdad que Juan Carlos Pastor me invitó a trabajar con él y yo lo acepté sin saber mucho de lo que iba a ser mi trabajo.
De Juan Carlos Pastor ya sabe todo el mundo que es un gran entrenador. No me gusta decir que es el mejor del mundo, pero es un genio, alguien que trabaja con mucha dedicación y vive 100% por el balonmano. Creo que eso es lo que le destaca. La gente puede ver que está haciendo un trabajo muy serio y estructurado, y estoy muy a gusto con él porque además es un placer aprender de él.
Lo que me costó mucho fue cambiar claramente el rol de jugador a segundo entrenador. De un día para otro tenía que cambiar y eso supuso un cambio importante. Ya no era ir a la cancha a entrenar, sino ir después de haber preparado todo y ayudar a la gente en la cancha. En eso sí que me ayudó muchísimo Juan Carlos, que me ha enseñado todo tanto de primer como de segundo entrenador. Al inicio sí que me costó un poco todo, como el preparar las cosas, traducir y enseñar a los laterales y defensores… a gente contra la que jugaba hacía apenas unos meses.

Hungría y España deben tener pocas cosas en común en cuanto a cultura, gastronomía, forma de entender la vida… ¿Qué es lo que más echas de menos de nuestro país? ¿Qué costumbres de España has hecho propias y llevas ya contigo?

Eso sí que es verdad, y se lo digo a muchos españoles que van a vivir al extranjero, que nunca van a encontrar lo que hay en España. No se pueden comparar los dos países, ni las culturas, ni las comidas, ni la vida… es completamente diferente. España tiene su alegría y tiene su clima y es muy diferente. Hemos disfrutado más de España mi familia y yo, pero eso no significa que Hungría este mal. Hungría es diferente.
Lo que más echo de menos de España es su gastronomía y su alegría. Se echa de menos pero no estamos mal aquí.

Poniendo el foco en el balonmano tras esta pandemia… ¿Qué futuro le ves al balonmano europeo en general, y al español en particular, tras esta crisis que vivimos y que afectará gravemente? ¿Qué crees que se debería hacer para minimizar el impacto?

Nos encontramos con otra crisis, que además afecta mucho al balonmano. No sabemos cómo afectará al balonmano europeo, español o húngaro, porque no sabemos lo que nos espera en el futuro. Lo primero y más importante es recuperar la normalidad, y luego empezar a entrenar y competir. Un poco depende de nosotros, a ver que nos mandan las federaciones y gobiernos, y nosotros tenemos que estar preparados con un Plan A, B, C y hasta D. Seguro que se van a producir cambios durante esta próxima temporada y espero que esto se normalice en el futuro para poder competir.
Si el deporte afronta una crisis de este tamaño otra vez, las consecuencias pueden ser bastante graves y hay que pensar en los clubes con menos presupuesto y con problemas que serán mayores en el futuro con menores presupuestos y dificultades para montar equipos competitivos. Esperemos que todo mejore, que arranquemos aunque sea con menos presupuesto, pero empezar a andar.
Sobre el balonmano español, no te puedo decir. Llevo muchos años fuera y veo que en España ha bajado mucho el nivel, pero creo que España teniendo tan buena selección y tantos buenos entrenadores, tiene que avanzar e ir poco a poco alcanzar un gran nivel.

Ya hemos mencionado tu estrecha relación con Valladolid y que viajas con frecuencia a nuestro país… ¿Te veremos viviendo definitivamente aquí cuando cierres tu etapa profesional?

Esa opción es una opción real para nosotros teniendo casa en Valladolid y muchos buenos amigos allí. Nuestra vida va a depender del trabajo y de nuestros hijos… no sé dónde voy a trabajar en un futuro ni donde estudiarán mis hijos. Pero es verdad que en Valladolid me siento como en casa y siempre voy allí con mucha alegría. Todos los años vamos y disfrutamos de la ciudad y los amigos.

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