Estando en la recta final de este estado de alarma en el que llevamos instalados desde marzo, la primera pregunta es obvia… ¿Cómo has vivido el confinamiento y cómo ha afectado a nivel familiar y profesional?
Desde el punto de vista profesional la verdad es que no me ha afectado porque desde el pasado agosto no estaba entrenando. Desde el punto de vista familiar, como a todo el mundo, con temor propio y por familiares y amigos. Ha sido complicado, con mi padre mayor y atendiéndolo como he podido, sin poder ver en tres meses a mi suegro que está en una residencia y evidentemente sin poder salir de Barcelona para ver en Guadalajara a mi hijo Víctor y a su pareja Ana. Pero, sabiendo que mucha gente ha perdido a seres queridos y ha sufrido mucho más que nosotros, la verdad es que en lo que parece el final de esta pesadilla, no me puedo quejar. En el plano personal y aun entendiendo que nadie estaba preparado para una situación como esta, me ha sobrado la sobreinformación, especialmente la vertida en forma de opinión por gente que no tenía ni puñetera idea, los cambios de criterio, las contradicciones, las “genialidades” de algunos (como en mi caso -Cataluña- las regiones sanitarias) que bajo mi punto de vista solo hicieron que complicar las cosas y los espectáculos en el Congreso en los que ni siquiera en esta situación fuimos capaces de mostrarnos como un país unido con un interés común y en el que como siempre la mayoría de partidos intentó sacar beneficio propio por encima de conseguir lo mejor para todos los ciudadanos.