Sin lugar a dudas, eres uno de los referentes nacionales más importante en el mundo del balonmano, toda una leyenda que sigue sintiendo el cariño y la admiración del público entendido. ¿Cómo se lleva ser un mito del balonmano y un ejemplo para tantas generaciones?
La decisión estaba tomada cuando me retiré y excepto en contadas ocasiones, no he tenido deseo de volver a jugar, bueno, solo una vez que creo que me vi con ganas de jugar. El reconocimiento y el cariño son cosas que llegan después de mucho tiempo. Es gratificante que la gente te conozca pero no ha supuesto ningún cisma en mi caso. Es agradable ser reconocido de vez en cuando, sobre todo que reconozcan con el tiempo lo que has hecho.