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Entrevista a LJUBOMIR VRANJES

Entrevista a LJUBOMIR VRANJES

Reza el dicho que “las esencias vienen en frascos pequeños”, y no hay un ejemplo mejor que el del grandísimo jugador sueco Ljubomir Vranjes. Sus escasos 166 centímetros no fueron obstáculo alguno para que destacara durante los 20 años de su dilatada trayectoria deportiva en Suecia, España y Alemania.

Formó parte de aquella legendaria selección sueca que dominó el mundo, y es que fue un asiduo del combinado sueco durante 11 años, de 1996 a 2007, junto a los Svensson, Mats Olsson, Stafan Olsson, Lovgren, Wislander… Con la elástica nacional conquistó la friolera de 7 medallas: oro en 1 mundial y 3 europeos, además de 2 platas mundiales y 1 olímpica.

Un jugador de un talento descomunal y una potencia física espectacular que demostró que si bien la altura es un valor añadido, no es imprescindible cuanto tu visión de juego, tu uno contra uno, tu capacidad táctica y tu pundonor son cualidades que te definen. Todo un ejemplo para aquellos que han escuchado alguna vez que por ser bajito no puedes jugar en la primera línea de un equipo de balonmano.

Tuvimos la enorme suerte de disfrutar de él durante las 2 temporadas que militó en el Bm Granollers. Antes había jugado en Redbergslids IK sueco y posteriormente en HSG Nordhorn y Flensburg alemanes. Precisamente el Flensburg le dio la posibilidad de cambiar el rol de jugador por el de entrenador, y con los teutones conquistó la Liga de Campeones de 2014.

Una persona encantadora que guarda un gran recuerdo de España y donde espera regresar algún día. Será un lujazo tenerlo de nuevo porque es, sin lugar a dudas, uno de los grandes de nuestro deporte… pese a su estatura!!!


TRAYECTORIA

Jugador
1989-99 Redbergslids IK (Suecia)
1999-01 Bm Granollers
2001-06 HSG Nordhorn (Alemania)
2006-09 SG Flensburg-Handewitt (Alemania)

Entrenador

2010-17 SG Flensburg-Handewitt (Alemania)
2013 Selección de Serbia
2017-18 MKB Veszprém (Hungría)
2017-18 Selección de Hungría
2019 IFK Kristianstad (Suecia)
2019-Act Selección Eslovenia


PALMARÉS

Jugador
Redbergslids
5 Ligas de Suecia
3 Copas de Suecia

Selección Suecia
Medalla de Plata en Juegos Olímpicos de Sydney 2000
Medalla de Oro en Mundial Egipto 1999
2 Medallas de Plata en Mundial de Japón 1997 y Francia 2001
3 Medallas de Oro en Europeos de Italia 1998, Croacia 2000 y Suecia 2002

Entrenador
Flensburg
Recopa de Europa 2012
Copa de Alemania 2013
Liga de Campeones 2014

Veszprém

Copa de Hungría de balonmano 2018

Preguntas

Te habrán repetido infinidad de veces aquello de “eres muy bajito para jugar al balonmano”, y sin embargo, conseguiste triunfar y ser un jugador de talla mundial. ¿Dónde estuvo el secreto para convertirte en un grandísimo jugador? ¿Alguna vez estuviste a punto de dejar el balonmano por esa frase?

(risas) El secreto no lo sé… Para mi creo que la clave estuvo en dos entrenadores que me enseñaron a interpretar la pista de balonmano bajo los parámetros tiempo y espacio. Cuando entendí esto, comprendí el juego. Era tan sencillo y complicado a la vez saber que tenía un espacio para ocupar en un determinado tiempo. Dada mi estatura, debía dominar esos conceptos y fue gracias a ellos por los que pude jugar en la élite siendo tan bajito (risas). Entendí esos conceptos muy bien y los supe utilizar en mi favor al jugar contra jugadores más grandes y fuerte.  También es cierto que siempre me ha apasionado el balonmano, que he visto muchos vídeos, que he aprendido de muchos entrenadores… y todo contribuyó para llegar donde llegué.

Claro que tuve alguna ocasión en la que me cuestioné lo de jugar. Con 17 años me dijeron que se me daba muy bien el balonmano y el fútbol, y que sería mejor que me dedicara al fútbol. No sé qué habría pasado, pero a mí me atraía más jugar al balonmano. Con 17 años tuve la oportunidad de poder jugar en la primera división sueca y me decanté por esa opción. También suponía la oportunidad de demostrar que no llevaban razón, y es que uno no sabe realmente donde están sus límites y hay que buscar llegar lo más lejos posible porque somos capaces de mucho.

Con 1,66 de altura eras un jugador con una fortaleza física increíble y una técnica y táctica envidiables. ¿Cómo te definirías como jugador? ¿Cuáles consideras las principales virtudes  que te llevaron a ser el enorme jugador que fuiste?

Pufff… es difícil. Creo que fui un jugador con visión, sabía lo que pasaba en toda la pista y podía saber lo que iba a ocurrir en 3 pases o en 5 pases, de tal forma que era capaz de construir y planear lo que podría llegar a ocurrir. Si yo quería acabar jugando un uno contra uno o un dos contra dos, había que hacer una o dos cosas por el otro lado para poder llegar a esa situación.

En el año 1999 llegas a España, al Bm Granollers, después de llevar 10 años en el Redbergslids sueco. ¿Cómo se produjo tu fichaje por el club catalán? ¿Por qué elegiste España como tu primer país fuera de Suecia? ¿Qué conocías de nuestro país y del Bm Granollers antes de llegar?

Después del Europeo de 1998 en Italia, donde derrotamos a España, tenía varias ofertas de fuera de Suecia, pero siempre me atrajo la idea de jugar en España. Era un sueño poder jugar en aquella Liga Asobal. Sabía que me iba a gustar la competición pero también el idioma, la gente, la comida… porque ya había estado de vacaciones antes en España. Granollers suponía estar cerca de la ciudad de Barcelona que es un sitio que me gusta, además de ser un equipo con ganas de hacer algo grande. Me gustaba la ciudad, pequeñita pero bonita, el pabellón, la afición… fue un acierto ir.

Estuviste 2 temporadas jugando en España… ¿Qué recuerdos guardas de nuestra Liga, de los equipos, de las aficiones? ¿Qué recuerdos guardas de Granollers como ciudad, del club, de los compañeros y de tu afición?

Como ya he comentado, era una ciudad muy bonita, con toda la gente muy amable y en una Liga muy fuerte con muchos, muchos buenos jugadores en muchos equipos. Estrellas de todo el mundo jugaban allí porque España era el destino de todos en aquellos años. Aquellos dos años fueron un momento muy importante en mi carrera deportiva.

Tu siguiente destino fue Alemania donde jugaste en el Nordhorn y el Flensburg. ¿Qué grandes diferencias encontraste entre la Liga Asobal y la Bundesliga? ¿Qué destacarías de la forma de entender el balonmano en España y en Alemania?

Las diferencias estaban en la estructura básicamente. En Alemania los clubes están más profesionalizados, todos los pabellones estaban siempre llenos, había mucha más disciplina en el campo, y como en España, había muchos buenos jugadores allí también que hacían de la Bundesliga una competición muy muy fuerte.

No podemos olvidar tu etapa con la Selección Sueca, con la que conseguiste un total de 7 Medallas (Plata en Juegos olímpicos, Oro y 2 Platas en Mundiales, y 3 Oros en Europeos). ¿Qué supuso para ti defender los colores de tu país, y conseguir además tantísimos triunfos? ¿Cuál de todas las medallas conseguidas es la más especial para ti?

Si has tenido la oportunidad de jugar para tu país ya sabes que es un grandísimo honor. La camiseta, tu nombre detrás, el himno… pero no juegas para ti, juegas para tu país, para todos los ciudadanos de tu país. Es la responsabilidad más grande que puedes tener. Para mí fue increíble jugar para Suecia, además con los jugadores que había en la selección en aquella época que eran todos increíbles. Siempre queríamos ganar, y ganamos muchísimas medallas y títulos, pero te diría que los viajes y todos los momentos vividos con esta gente fueron incluso más grandes que las propias medallas.

En la selección sueca coincidiste con muchas de las grandes leyendas del balonmano sueco. ¿Qué destacarías del jugador sueco y sus características frente al resto de jugadores europeos? ¿Qué recuerdos guardas de las vivencias con las grandes leyendas suecas de las que tú también formas parte?

Primero creo que teníamos muchos jugadores a un grandísimo nivel, lo que nos permitía hacer muchos cambios sin perder nivel en la pista. Luego, estuvimos siempre como un equipo, unidos y juntos. Y por último, lo hacíamos todo con alegría. Esas tres cosas fueron imprescindibles porque puedes trabajar mucho la táctica, la técnica o el físico, pero sin estas tres cosas hubiera sido imposible.

El potencial sueco se desvaneció y no ha vuelto a surgir una generación que vuelva a dominar el panorama mundial como aquella selección de la que tú formaste parte. ¿Qué ha pasado estos años para que no haya vuelto a surgir una hornada de jugadores que lleven a Suecia a la disputa habitual de las medallas? ¿Cuándo crees que retornará la gran Suecia?

Creo que en mi época tuvimos muchos buenos jugadores. En la actualidad hay 6-7 grandes jugadores pero no 20 como en aquellos años. No se puede jugar 60 minutos con los mismos jugadores, y ahora los cambios afectan en el nivel y el rendimiento del equipo. Cuando nosotros jugamos, nuestra generación hizo cosas que se convirtieron en normal. Jugábamos finales y eso era lo habitual, y para nada era algo normal sino algo extraordinario. Se ha olvidado trabajar con perspectiva y esto creo que es un error.

El año 2009 fue el de tu retirada como jugador profesional. ¿Cómo fue la toma de una decisión tan complicada siempre de tomar? ¿Qué aspectos fueron determinantes para decidir dejar de jugar?

En mi caso no fue complicada… ¡No podía levantarme de la cama! (risas). Llegó un momento en el que los últimos 18 meses siempre jugaba con mucho dolor. Un día no podía levantarme de la cama y mi cuerpo me dijo que tocaba parar. Fue así de sencillo y una decisión fácil de tomar porque mi cuerpo ya no podía más.

Rápidamente diste el salto a los banquillos, siendo el Flensburg, tu último club como jugador, el que te dio la oportunidad como entrenador de élite. ¿Qué recuerdas como lo más complicado que te costó interiorizar sobre el rol de entrenador? ¿Cómo te definirías como entrenador?

No, directamente no es que tuviera clara la idea de convertirme en entrenador. En la recta final de mi etapa como jugador en Flensburg, surgió la oportunidad y tuve muchas ganas de ayudar en todo lo que el club estaba haciendo.

Fue un inicio complicado y duro porque no tenía experiencia previa y solo unos meses antes era jugador, y ahora era el “jefe” de mis antiguos compañeros. Fue una sensación  muy extraña, pero hablando con los jugadores ellos tenían la misma sensación de extrañeza. Teniendo un dialogo abierto con ellos yo les expuse que solo no podría hacerlo y que necesitaba de su ayuda. Yo no tenía la experiencia para hacerlo solo y ellos me dieron una respuesta positiva con compromiso para ir todos juntos.

Como entrenador, ahora, creo que soy una persona que le da mucha importancia al hecho de aprender y de que cada jugador tiene que desarrollarse para dar lo mejor de si. Me gusta que cada jugador tenga metas por delante y ser quien ayuda a que los jugadores crezcan como profesionales. Y no solo en el plano individual sino también en el plano técnico y táctico. Miro muchos vídeos para seguir aprendiendo y me gusta apoyarme en el vídeo para que mis jugadores también mejoren.

Precisamente con el Flensburg conquistaste, en 2014, La Copa de Europa, el título más deseado por cualquier jugador o entrenador. ¿Qué recuerdos guardas de aquel título, de aquella competición y de aquella Final Four? ¿Cómo recuerdas la celebración de aquel título y que supuso para el Flensburg?

Sinceramente, fue un fin de semana de “puta madre”, aunque no se deba utilizar la expresión. Recuerdo que era una gran ilusión desde hacía muchos años. Habíamos empezado en 2011 persiguiendo este sueño. En 2012 y 2013 ganamos copa en Alemania, pero en 2014 conseguimos alcanzar el sueño más grande. Fue algo increíble y guardo un gran recuerdo de todos los jugadores que estuvieron conmigo esa temporada. Fue uno de los grandes momentos de mi vida, sin lugar a dudas.

No solo has entrenador clubes, sino también las selecciones de Serbia, Hungría y Eslovenia. ¿Qué grande diferencias hay entre entrenar a un club y a una selección? ¿Qué planteamientos tienes cuando entrenas a un club y cuáles cuando entrenas a una selección? ¿Cómo cambia el trato a los jugadores de club y a los de selección?

Con la selección no tienes tanto tiempo para hacer una gran planificación. Todo es mucho más inmediato y apenas tienes tiempo para trabajar con recorrido. Esa es la primera y gran diferencia del trabajo con una selección y un club… el tiempo que tienes para trabajar. Después hay una cosa importante a la hora de trabajar con la selección, y es que hay que utilizar a los jugadores que tú piensas que van a jugar bien juntos. No es simplemente elegir a los mejores jugadores, sino a los que mejor van a compenetrarse. Es importante tener grandes jugadores, claro, pero tanto o más importante es tener jugadores que sepan jugar para estos grandes jugadores. La fórmula idea es una combinación mixta con los mejores jugadores y que sean además los que mejore puedan conjuntarse.

En el pasado Europeo fue nuestra Selección Española el rival que tuvo la Selección de Eslovenia que tú entrenabas en Semifinales, donde os derrotamos por 34-32. ¿Cómo valoras la trayectoria que viene desarrollando nuestra selección los últimos años con tantos triunfos? ¿Qué destacarías de nuestra selección? ¿Qué jugadores destacarías como los más desequilibrantes?

Pienso que España tiene un equipo muy bueno, con jugadores que llevan muchos años jugando juntos, se conocen, y eso lo hace todo más fácil. Además, hay jugadores que juegan en el mismo club, y todos juegan en  clubes importantes de Europa donde tienen un nivel muy alto.

Los entrenadores españoles están muy de moda últimamente, y además cosechando muchos títulos a nivel mundial. ¿Qué destacarías de la escuela española y qué crees que es lo que más nos diferencia? ¿Hay cosas de la escuela española que tu hayas integrado tras haber sido jugador en nuestra Liga?

Los entrenadores españoles es verdad que están muy de moda en este momento. Son entrenadores que siempre van un paso por delante, son muy trabajadores y preparan los partidos con mucho detalle. Son meticulosos y eso se nota en el resultado. Yo he tenido entrenadores españoles y me fijo también en los actuales entrenadores porque siempre hay cosas que aprender. No hay muchos entrenadores en el mundo que trabajen tan duro como los entrenadores españoles y con ese grado de perfeccionismo. En Alemania se mira vídeo, pero no 3-4 horas como hacen los españoles. Creo que ahí radica la diferencia, los entrenadores españoles preparan cada partido de cero, con mucho video, mucha táctica…

Para finalizar… ¿Cuándo fue la última vez que visitaste nuestro país, y cuándo te tendremos de nuevo por España? ¿Qué cosas de nuestra gastronomía y forma de vivir te llamaron más la atención? ¿Alguna de ellas la has integrado a tu vida?

Ahora la cosa está difícil para viajar (risas). La última vez que estuve en España fue hace un par de años. Siempre volvemos a España, a mi familia y a mi nos gusta mucho España. Barcelona es como nuestra casa, aunque solo estuviéramos dos años. Y la verdad es que en nuestra idea de futuro está el irnos a vivir a España como una posibilidad real. Buscamos sitios para ir para vivir los últimos años de nuestra vida (risas).

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