Entrevista a JOSÉ ÁNGEL DELGADO ÁVILA - BalonmanoVeteranos.com

Lo primero es no plantearlo como un objetivo, ha ido surgiendo poco a poco. También hay que reconocer que la suerte también es un componente importante.

Mi motivación ha sido el afán de superación temporada tras temporada, aparte no he sido solo yo, si no que he de agradecer a toda la gente que he tenido a mi alrededor que me ha hecho crecer como jugador todos los años.

He tenido la gran suerte de tener grandes entrenadores que física y mentalmente me han exigido cotas muy altas, todo eso acompañado con grandes dosis de entrenamientos hicieron lo que fue y es Avila.

(risas) Simplemente el Bm Valladolid fue el que me dio la oportunidad de debutar por aquellos días en “División de Honor”, que es como se llamaba la Liga Asobal y me vine a Pucela de la mano de Manolo Cadenas que apostó firmemente por mí. No hay mas misterio (risas).

Las primeras temporadas eran partidos para mí de mucho nerviosismo no solo por los partidos en sí, sino porque cuando iba a León allí estaba mi familia, amigos y conocidos. Eran unos partidos muy muy especiales.

Defender los colores del Bm Valladolid para mí ha sido un orgullo, primero porque apostó por mí, y segundo por los que estuvimos cuando el club estuvo a punto de desaparecer y salimos a flote con lo que fue luego el gran “Bm Valladolid “ y lo considerábamos como nuestro porque éramos una gran familia.

Como he dicho antes, al principio éramos toda la plantilla súper joven y estábamos empezando a nivel profesional el 90%, y coincidió con una mala época económica de la cual derivó en un encierro que hicimos en Huerta del Rey. Ese periodo sólo queríamos jugar, no veíamos el peligro de la desaparición, éramos felices jugando y disfrutando de la mejor liga del mundo. Los siguientes años fueron de gratificación al ver que el trabajo de todos daba sus frutos con títulos, participaciones en Europa tanto en Champions como en la Recopa, y recompensas individuales como poder ir a la selección Española. Y la última etapa vuelven los problemas económicos y el equipo no aguanta más esta nueva situación que año tras año lo va condenando hasta la desaparición. Para mí, que lo vi nacer y morir durante mi carrera deportiva, todas las etapas las he vivido al 100%.

He tenido la gran suerte de jugar con los mejores y contra los mejores en mi carrera y me sería muy difícil destacar alguno porque de todos se podría sacar algo muy positivo técnicamente y tácticamente.

La verdad es que mi etapa en él Caja Cantábria duró 3 temporadas y tengo muy buenos recuerdos tanto de la ciudad como del equipo. Eramos una plantilla joven pero al contrario que en el  Bm Valladolid, el equipo fichaba jugadores extranjeros de nivel y eso para mí era nuevo. Salía de Pucela a un equipo con mucha historia donde los objetivos eran más exigentes, aunque no salió todo como pensábamos pero la experiencia fue muy buena. Al acabar mi contrato me llegaron varias ofertas de varios equipos pero una destaco sobre las demás aunque no fuera económicamente la mejor, pero si deportivamente y decido regresar a Pucela.

La verdad es que la etapa de Pastor marcó un antes y después. Todos los entrenadores, más o menos, jugaban un balonmano parecido, pero Pastor nos enseñó a leer el balonmano y a pensar por qué que hacíamos las cosas. Eso antes no lo hacía nadie, además de jugar con el pivote y sacar partido de ello, hay que destacar las defensas inteligentes que antes tampoco se usaban. Otros entrenadores usaban sus métodos pero a mí me marcó desde el principio que coincidí con él.

Mi título preferido es la Copa Asobal que ganamos en Valladolid por ser mi primer título a nivel profesional. Llos demás títulos nacionales también son muy importantes porque cuando los hemos ganado había como 5 equipos a un nivel muy alto donde cualquiera podía ganarlos. El título europeo también es importante porque fue muy deseado y al final cayó de nuestro lado.

Yo había estado en todas las categorías inferiores de la selección española pero debutar con la absoluta es siempre muy especial porque es el objetivo que siempre te marcas. Tuve la gran suerte de poder disfrutarlo y encima con un Subcampeonato de Europa. Además con tantos grandes jugadores que tenía esa selección.

Ganar con tu club es muy grande porque es el trabajo diario, pero ganar con la selección aparte de ese trabajo es subir otro escalón más en tu carrera.

El europeo de Italia fue lo más, con tantos grandes jugadores a mí alrededor. Ver todos esos equipos con grandes jugadores a los que me había enfrentado ya, y otros a los que había visto en la televisión, estaba como un niño con zapatos nuevos y todo fue maravilloso.

Lo más complicado, y creo que lo tengo dominado ya, es el impulso inmediato ante una decisión arbitral. Como jugador era muy impulsivo y mi primer año como entrenador me pasó factura en algún partido, pero de todo se aprende y de los mejores más.

Es difícil todo pero como he dicho antes estoy aprendiendo de los mejores. Mi balonmano como entrenador es el mismo que como jugador, yo aprendí muchas cosas en aquel Bm Valladolid y ahora las plasmo en mis equipos.

Algún torneo he jugado ya y entreno con los veteranos en el tiempo que me queda después de trabajar y entrenar a los equipos que llevo, pero lo llevo en la sangre y siempre me pongo a entrenar en cualquier ocasión.