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Entrevista a JORDI FERNÁNDEZ

Entrevista a JORDI FERNÁNDEZ

Que cantidad de excelentes buenos zurdos que hemos tenido siempre en nuestro balonmano, y el caso de Jordi Fernández es otro gran ejemplo de ello.

Desde jovencito apuntó a fantástico jugador, no en vano fue 2 veces subcampeón del mundo junior. En su dilatadísima trayectoria ha vivido prácticamente de todo… sus inicios en el Bm Granollers llegando al primer equipo y empezando a disputar partidos de Liga ASOBAL, sus dos temporadas plagadas de títulos en el FC Barcelona, jugar en la todopoderosa Bundesliga alemana, lograr un ascenso a Asobal con el Bm Algeciras en el ocaso de su carrera, ser internacional absoluto en 35 ocasiones, levantar 2 Copas de Europa… y dejando siempre esa sensación de jugador comprometido, trabajador y buen compañero, con enorme calidad en esa muñeca derecha.

Un jugador de excepcionales cualidades físicas y técnicas que hacía del balonmano algo sencillo y práctico. Con una facilidad increíble para lanzar de manera muy habilidosa y para exprimirse al máximo a la hora de realizar contragolpes.

Su retirada como jugador, tras 18 temporadas, no supuso que dejara el balonmano y es que como entrenador estuvo al frente del Naranco de Oviedo consiguiendo un ascenso a Plata y del Bm Mataró femenino, logrando también un asecenso a Plata… como experiencias mas relevantes.

Desde 2007 está involucrado de lleno en otra etapa fuera del deporte, siendo un excelente profesional del mundo comercial del sector alimentación en Barcelona, donde seguro que sigue siendo un crack como lo fue en el 40×20.


TRAYECTORIA

1985-92 Bm Granollers
1992-94 Cajapontevedra Teucro
1994-96 F.C. Barcelona
1996-97 Bm Granollers
1997-99 Pilotes Posada Vigo
1999-00 Bm Valencia
2000-01 VFL Gummersbach (Alemania)
2001-02 Grupo Covadonga Gijon
2002-03 Bm Algeciras

 


PALMARÉS

BM GRANOLLERS
Copa Asobal

FC BARCELONA
2 Copas de Europa
2 Ligas Asobal
2 Copas del Rey
2 Supercopas de Europa
2 Supercopas de España
1 Copa Asobal

 

Preguntas

Excepcional extremo y un jugador increíble. ¿Cómo te definirías como jugador y que destacarías de tu juego con la perspectiva que da el tiempo? ¿Qué jugador actual crees que se parece a Jordi Fernández?

Creo que era un jugador habilidoso, sobre todo un finalizador que aprovechaba el mínimo espacio para lanzar. Mis características se adaptarían muy bien al juego actual que es bastante más fluido que el que se hacía en mi época y en el que se cuenta más con los extremos. No sé actualmente que jugador se parece a mí, quizás salvando las distancias Aleix Gómez o Ferran Soler, son grandes finalizadores y jugadores que me gustan mucho.

Hay que remontarse a los inicios porque las historias empiezan siempre por el principio… ¿Por qué en su día el balonmano? ¿Qué otros deportes te gustaban? ¿Quién fue la figura clave en tu niñez para que te enganchara el balonmano?

Empecé practicando otros deportes como fútbol y baloncesto, pero habiendo nacido en Granollers al final todo converge hacia el balonmano. Se puede decir que mis amigos y compañeros de clase son los culpables de esta historia ya que ellos me empujaron a apuntarme y además el club buscaba zurdos.

Tus inicios como profesional tienen su punto de inicio en un club muy especial como es el Bm Granollers, ejemplo de trabajo por y para el balonmano.  ¿Qué destacarías del club y cuánto crees que debería ser ejemplo para el resto de clubes españoles en ese sentido? ¿Cómo de especial fue ganar en aquella etapa una Copa Asobal?

El club y la ciudad están volcados con el balonmano y eso se nota. Es un club que cuida mucho la cantera porqué básicamente en estos momentos depende de ella para nutrir al primer equipo. Tienen una filosofía de trabajo y muy buenos entrenadores para la base.

En mi etapa en el Granollers se consiguieron pocos títulos porqué en aquella época era muy complicado, pero sí que quedamos subcampeones de liga varias temporadas, que aunque no sea ganar un título tenía su mérito dada la entidad de los equipos a los que te enfrentabas. La final de la Liga que se jugaba en modo play off contra Teka de Santander fue un momento importante para el club, aunque se perdió.

Dos temporadas en el Barça, el club más importante y laureado. ¿Cómo fue aquella experiencia? ¿Cómo de exigente era aquel club y como se gestionaba la presión?

Fue una experiencia agridulce porqué me marcó bastante la lesión de rodilla que tuve al poco de llegar, y eso en un club con la competencia que había fue un handicap importante. Por otra parte ser compañero de los mejores jugadores en el mejor equipo de la historia del balonmano de clubs es algo que me enorgullece.

La exigencia era máxima porqué era un club que aspiraba a ganar todos los títulos y los ganaba, y como decía antes la competencia con jugadores de tu misma posición era muy grande, tenías  esta presión a parte de la que se pone uno a sí mismo, pero al final todo se reduce a darlo todo y no pensar mucho en nada más.

Un total de 11 títulos en esas dos temporadas… casi nada. ¿Daba tiempo a disfrutar de los títulos o siempre había un nuevo objetivo a corto plazo que obligaba a no descentrarse lo más mínimo? ¿Cómo de especial es ganar una Copa de Europa, y cómo de complicado es ganar dos?

Se disfrutaba mucho los títulos y todos tenían una gran importancia porqué al final te dabas cuenta de que estabas haciendo historia en este deporte y no dejaba de ser un orgullo el aportar tu pequeño grano de arena. Ganar Ligas y Copas de Europa y de la manera que se ganaron de verdad que fue una experiencia única.

Tras Barcelona de nuevo Granollers una temporada y luego Vigo y Valencia, además de Teucro donde ya habías jugado. ¿Qué diferencias encontraste entre clubes históricos y hasta poderosos como Barça y Granollers con clubes de menor envergadura pero igualmente respetables y admirables como aquellos? ¿Qué destacarías de tu paso por Pontevedra, Vigo y Valencia?

En todos estos clubs que nombras disfruté mucho del juego, de los compañeros y entrenadores que tuve y aunque no tenían la envergadura del Barça, y no tenían su estructura, sí que tenían grandes profesionales que te facilitaban tu trabajo. En todos ellos pudimos competir y conseguir buenos resultados.

Jugaste también una temporada en Alemania… país donde el balonmano se vive con intensidad y donde los pabellones rebosan aficionados. ¿Qué destacarías de tu experiencia en el extranjero? ¿Qué te aportó a nivel personal y deportivo aquella experiencia? ¿Cómo de distinto es y se vive el balonmano allí?

Cuando se dice que la liga alemana es la NBA del balonmano, se está en lo cierto. A nivel de marketing, de organización, de equipos, están a otro nivel. La liga además es más igualada porque cualquier equipo podía ganar a cualquiera. Además tiene un gran seguimiento por parte de los aficionados ya que ibas a jugar a cualquier campo y estaban siempre llenos independientemente del aforo que tuviese el pabellón, además el espectador alemán no es para nada frio y el ambiente que se creaba en los pabellones era increíble.

Deportivamente pude ver otras formas de hacer balonmano, mucho más físico que en España y personalmente el hecho de vivir en el extranjero e intentar integrarte en otras culturas te enriquece.

Fuiste 35 veces internacional con la selección absoluta. ¿Qué significó para ti ser convocado tantas ocasiones y vestir la elástica nacional? ¿Cómo de especial es escuchar el himno y jugar con los mejores jugadores de tu país? ¿Cómo de distinto es jugar para tu club y para tu selección?

Para mi significó un reconocimiento a mi trabajo que para mí era importante y el hecho de compartir momentos con los mejores jugadores nacionales y competir contra los mejores jugadores del mundo siempre fue un honor. Para mí no era diferente jugar para tu club que para la selección porqué siempre intenté darlo todo para ayudar al equipo a conseguir sus objetivos.

Tras tu etapa como jugador tuviste también tu experiencia como entrenador con el Naranco Oviedo masculino y el Bm Mataró femenino… con sendos ascensos. ¿Es más difícil ser jugador o entrenador? ¿Hasta que punto te ayudó el haber sido jugador de élite a la hora de entrenar? ¿Hasta que punto es de complicado el poder vivir del balonmano desde los banquillos?

Cuando dejé de jugar coincidió con una época de crisis económica importante que sacudió al balonmano y que todavía se están notando sus efectos y el hecho de querer dedicarte a ser entrenador de balonmano profesional es una decisión que cuando tienes un trabajo estable es muy arriesgada tomar.

El ser jugador de élite te da una serie de experiencias que te son de gran ayuda para ejercer de entrenador, pero creo que no es una condición indispensable ya que hay grandísimos entrenadores que no han sido deportistas de élite. Al final de lo que se trata es de entender el juego y saber transmitirlo bien a los jugadores.

Desde 2007 vienes desarrollando una trayectoria profesional en el mundo comercial dentro del sector alimentación. ¿Qué vivencias, experiencias y hasta herramientas del mundo del deporte has ido aplicando a tu labor comercial? ¿Hasta que punto el deportista de élite se encuentra “solo” o desorientado tras la etapa deportiva y ante la necesidad de buscar un nuevo proyecto de vida y laboral?

Cuando dejas el deporte profesional y te metes en el mundo laboral te encuentras con muchos problemas y poca ayuda. Es importante prepararse para ese momento y es algo que ahora se está dando más que cuando yo jugaba.

El deporte profesional te da una serie de herramientas como capacidad de sacrificio, la competitividad y la disciplina de trabajo que son factores muy importantes cuando estás ejerciendo cualquier profesión.

Tras tu retirada, ¿Has vuelto a vestirte de corto o has jugado algún torneo de veteranos o partido homenaje? ¿Cuánto se echa de menos entrenamientos, partidos, viajes, compañeros y la competición?

Hice un torneo de veteranos poco después de retirarme pero ahora mismo estoy sufriendo las secuelas de los sobresfuerzos y de las lesiones que sufrí en mi etapa como jugador y la verdad es que no estoy para jugar.

Si que se echa de menos la competición como jugador aunque siendo entrenador matas el gusanillo y lo que se hecha más de menos son los compañeros que tuve de los que guardo de todos un gran recuerdo y un cariño.

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