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Entrevista a JOAN CAÑELLAS

Entrevista a JOAN CAÑELLAS

Recibimos a uno de los jugadores totales del balonmano contemporáneo en la sección “BalonmanoVeteranos.com entrevista a…“, y es que cuando nuestro querido Joan Cañellas destapa el tarro de las esencias, cualquier entrada se torna barata.

Un jugador de otro planeta, capaz de jugar y hacerlo realmente bien en cualquier posición de la primera línea. Con capacidad de lanzamiento, con capacidad de penetración, con capacidad para encontrar al pivote y lo más increíble de todo, con  capacidad para hacer jugar a todos sus compañeros y hacerlos mucho mejores jugadores.

En cualquier otro país, Joan Cañellas sería una estrella mediática que ocuparía portadas y secciones deportivas, porque es francamente difícil encontrar quien entienda con tanta facilidad nuestro deporte y lo sepa convertir en juego con tanta sencillez. Un jugador único que confiamos que siga en activo por muchos años porque suele ser sinónimo de éxitos deportivos.

FC Barcelona, Bm Granollers, Bm Ciudad Real y Bm Atético de Madrid fueron los clubes en los que pudimos disfrutarlo en España antes de que traspasara fronteras y demostrara su talento en el Hamburgo, el todopoderoso Kiel, el Vardar o su actual Pick Szeged. En todos lados dejó constancia de su juego y en todos los países conquistó títulos que conforman un palmarés que asusta por la cantidad y relevancia de lo conseguido.

Pero en paralelo a su trayectoria de clubes, Joan Cañellas es un fijo de la selección donde ha sido y es pieza importante de los mejores años de nuestra selección. Medalla de Oro en el Mundial de 2013, Medalla de Oro en el Europeo de 2018, Plata en el Europeo de 2016 y Bronce en el Europeo de 2014, solo el metal olímpico se le resiste… pero Tokio 2020 le espera en el horizonte.

Un tipo al que no es difícil encontrar devorando lecturas profundas en sus innumerables viajes, un tipo familiar y muy conectado a sus amigos, un tipo fantástico que es balonmano en estado puro y que ha tenido siempre tiempo para atendernos con una amabilidad que no queremos dejar de agradecer. Una entrevista ciertamente interesante que seguro todos vais a disfrutar.


TRAYECTORIA
2004-05 Bm Granollers
2005-08 F.C. Barcelona
2008-09 Bm Granollers
2009-11 Bm Ciudad Real
2011-13 Bm Atlético Madrid
2013-14 HSV Hamburgo
2014-16 THW Kiel
2016-18 RK Vardar
2018-Act SC Pick Szeged


PALMARÉS

Clubes
2 Mundiales de Clubes: 2010 y 2012
Liga de Campeones: 2017
2 Ligas ASOBAL: 2005/06 y 2009/10
Bundesliga: 2014/15
2 Ligas Balcánicas: 2016/17 y 2017/18
2 Ligas de Macedonia: 2016/17, 2017/18
4 Copas del Rey: 2007, 2011, 2012 y 2013
Copa ASOBAL: 2011
2 Copas de Macedonia: 2017 y 2018
3 Supercopas de España: 2007, 2011 y 2012
2 Supercopas de Alemania: 2014 y 2015
Supercopa de Macedonia: 2017
Copa de Hungría de balonmano: 2019

Selección Española
Medalla de Bronce en Campeonato Mundo de 2011
Medalla de Oro en Campeonato Mundo de 2013
Medalla de Bronce en Campeonato Europa de 2014
Medalla de Plata en Campeonato Europa de 2016
Medalla de Oro en Campeonato Europa de 2018

MÉRITOS Y DISTINCIONES
Máximo goleador del Campeonato Europa de 2014

Preguntas

Desde 2004 como jugador profesional… ¿Cuál es el secreto de una trayectoria deportiva tan longeva y tan repleta de éxitos?

Son ya muchos años, cerca de 20 pero no faltan las ganas de seguir. Los años pasan y aunque estoy bien físicamente, vamos a ver el año qué tal van las cosas porque también a los clubes les cuesta más ficharte por  más de un año.

El secreto, pues no sé la verdad. Inicialmente no me planteé ser profesional sino que fue una cosa que vino y han ido pasando los años y todo ha surgido de una forma bastante normal y natural. Es verdad que los últimos años he extremado más el cuidado personal, sobre todo porque eres consciente primero, de que el balonmano ha evolucionado mucho en los aspectos físicos, y después también que  tienes que cuidarte porque por una lesión se puede terminar tu carrera. Ahora controlo más la comida, trato de hacer menos desgaste en cuanto a las cosas que te puedes ahorrar, como el salir por las noches. Pongo más cuidado en el físico y sobre todo creo que también en la prevención de lesiones. Antes se hacía mucho trabajo del gimnasio con mucho peso y levantando muchos kilos, y ahora la dinámica es no levantar tanto pero si muchos movimientos funcionales, que para la gente de más edad, es mucho mejor.

En cuanto a los éxitos, he tenido la suerte siempre de estar en clubes potentes desde mis inicios, con objetivos muy ambiciosos y cuando estás en esos clubes, los éxitos suelen llegar. El que haya habido entrenadores que entendieron necesaria mi presencia en sus sistemas para alcanzar los objetivos, creo que ha sido la clave del éxito.

Sales de la cantera del Bm Granollers pero, ¿por qué balonmano en su día? ¿Quién es el responsable de que Joan Cañellas se decantara por este deporte y no por cualquier otro?

En mi Santa María de Palatordera natal, el deporte con más tradición es el balonmano. Si hay futbol pero no baloncesto y sí que empecé con el futbol pero mis mejores amigos empezaron con el balonmano y también me pasé. En esa época el balonmano base era inexistente, había habido pero por laguna razón se había dejado de lado, y lo que si había era un equipo en División de Honor B. Además de mis amigos, había tradición familiar y mi padre y abuelo habían jugado. Como a mis amigos les pasaba lo mismo, los padres de todos empezaron a trabajar en la base del club.

Dos etapas en el Bm Granollers, y entremedias 3 temporadas en el FC Barcelona. ¿Cómo recuerdas aquella rivalidad Granollers vs Barcelona y como viviste el viaje de ida y vuelta? ¿Qué destacarías como positivo o único de cada club?

La rivalidad entre Barça y Granollers es bastante fuerte a nivel de base porque se disputan muchos torneos, campeonatos de España… A nivel de primer equipo, cada vez más la rivalidad es “light” porque ambos equipos están hechos para objetivos distintos. En los 90 ambos tenían un potencial parecido, pero ahora el Barça está muy lejos de todo y de todos.

La rivalidad actual es más por parte de Granollers que del Barça. Es verdad que recuerdo que los jugadores en Granollers jugábamos con un punto más de intensidad cuando era contra el Barça, pero por parte del Barça, no recuerdo que los jugadores, sobre todo con tanto extranjero que desconocía esa rivalidad regional, no recuerdo una especial motivación.

Positivo del Barça, sobre todo haber mejorado mucho aunque no jugué tanto como hubiera querido. Fui muy joven, en una situación complicada porque el Ciudad Real gobernaba y el Barça no conseguía los títulos que quería, así que era difícil tener minutos siendo tan joven y de la casa. Pero mejoré a nivel físico y técnico al haber entrenado con jugadores de tanta calidad, y tomé la decisión de marcharme pese a tener una oferta de renovación del Barça. Decidí ir a Granollers para tener más minutos y recuerdo un gran año, una vuelta muy positiva porque fue llegar y sentirme importante. Una gran temporada para todos que recuerdo con cariño. Destacaría también del Barcelona esa ambición y casi obligación por ganarlo todo, la presión debido a ello. Positivo de Granollers, el sentimiento de familia. El haber estado tantos años me hace sentirme parte de esa familia.

En 2009 llegas al Bm Ciudad Real en un proyecto faraónico que os puso en el centro del planeta balonmano. ¿Qué recuerdos guardas de aquellas plantillas de galácticos que asombrasteis al mundo y pusisteis a la ciudad en el mapa?

Llego a Ciudad Real en la etapa final del club, habiendo ganado su última Copa de Europa y aunque mantenían la base del grupo, habían dejado marchar a jugadores importantes como Olafur Stefansson o Shiarei Rutenka, al que yo sustituí. Después de estar en el Barça, donde solo se llenaba el Palau en ocasiones especiales, y de Granollers, donde también costaba que la gente en masa fuera al pabellón pese a haber un hecho un buen año, llegué a Ciudad Real donde la ciudad estaba volcada con el equipo. La gente veía como normal y habitual lo de ganar  y estaban muy acostumbrados a eso, y aunque la afluencia era mucho mayor, también empezaba a costar llenar el Quijote Arena. La verdad es que era difícil encontrar otro sitio donde se viviera el balonmano como allí, así eso lo valoro muy positivamente.

La diferencia con otros equipos anteriores es que llegué a un equipo campeón, pero siendo protagonista. Fue la primera vez que tuve minutos importantes en partidos importantes y eso me ayudó a crecer. El proyecto estaba empezando a temblar, no era como los años anteriores, pero hicimos grandes temporadas con grandes títulos.

Respecto a la plantilla, mucha naturalidad de los jugadores a los que veía como estrellas pero que luego eran de lo más normal, con un ambiente muy cercano en el vestuario, mucho más que en otros vestuarios en los que había estado. Como la gente no era de allí, siempre nos juntábamos después de entrenamientos y partidos. En Ciudad Real tanto la ciudad como el equipo estaban conectados, funcionabamos como un equipo en comunión con la ciudad. La clave del éxito la atribuyo a Talant y a Ciudad Real como ciudad pequeña y cómoda para vivir.

Los problemas económicos de nuestro balonmano te llevaron a Alemania en 2013. ¿Qué grandes diferencias encontraste entre la concepción e interpretación del balonmano en España y en Alemania? ¿Qué es a lo que más te costó adaptarte?

Difícil comparar España con Alemania. Allí se cuida mucho a los fans y patrocinadores, se tiene mucho más cuidado en el marketing del club para captar fans y sponsors. En España creo que se falló mucho y cuando hubo dinero, se invirtió más en jugadores que en estas cosas y a la larga esto se ha venido pagando. El dinero venía mucho de la Administración Pública o el “ladrillo”, que quebró, y no se hizo una buena inversión.

En Alemania el tema de empresa se cuida mucho, hay muchas empresa detrás de cada equipo. Además se cuida mucho el show que supone el partido, y se cuida antes del partido, en el descanso y después del partido.  En España se falla en estas cosas y en Alemania no.

También influye el clima y en España, con mucho mejor tiempo, somos más de salir a la calle y en Alemania, más de meterse en un pabellón. El partido de balonmano para ellos es el evento del fin de semana. Allí muchos clubs son de ciudades pequeñas o pueblos grandes y eso permite que se funcione más como fue el Bm Ciudad Real. Además de eso, a nivel táctico y físico, su balonmano es muy diferente, es más de kilos, dan más importancia a tener lanzamiento exterior. En España no se ve bien el lanzar delante de dos torres. En Alemania si tiras fuerte, a la gente le gusta y lo prefieren a si eres fintador o generador de juego. Ellos prefieren el lanzamiento y nosotros el juego colectivo. Probablemente prefieran tener un jugador espectacular aunque no sea decisivo, que un jugador que aporte al grupo y no sea tan visible porque no arrastrará gente al pabellón.

Otra diferencia es que  sus fans son más fieles y si hay malos resultados, la gente no deja de ir a los pabellones, algo muy español por otro lado. Los jugadores alemanes son los más valorados en Alemania, mientras que en España los jugadores más valorados son los extranjeros, que suelen ser los mejor pagados.

A lo que más me costó adaptarme fue al clima, no tanto el primer año en Hamburgo pero si en Kiel. También a la exigencia de los entrenamientos, donde se entrena incluso el día después de haber jugado. Los alemanes son muy estrictos y si te pagan por ser profesional, no puede faltar. En España se dan ciertos días libres en los que disfrutas de la familia y amigos. Allí pasas a ser un poco propiedad del club y tienes que asistir a los eventos programados. Eso también me costaba un poco.  Tampoco son muy dados a hacer cosas juntos los jugadores tras entrenos o partidos, y eso también me costaba. Pero que conste que había muchas cosas positivas.

Después de Hamburgo fichas por el todopoderoso Kiel, considerado el mejor club de balonmano del mundo. ¿Es para tanto? ¿Qué les diferencia de otros grandes clubes en los que has estado?

El año de Hamburgo fue un año complicado porque había problemas económicos y me los encontré allí, pero recuerdo aquella etapa con mucho cariño porque la ciudad era increíble y a nivel de club funcionaban un poco más al estilo español. En Kiel sin embargo, todo era duro. Tuvimos muchos partidos de Champions y de Liga y además Kiel está al norte de Alemania, prácticamente pegado a Dinamarca y tocaban muchos viajes largo, muchos entrenamientos y muy, muy pocos días libres. Por ejemplo, en Navidades también se entrena y se juega.

En Hamburgo era de una manera más llevadera y en Kiel no tanto porque se tenía la convicción de que los títulos se ganaban trabajando y entrenando mucho porque era lo que se había hecho siempre. Pero la realidad es que el balonmano había cambiado y ahora hay muchos más partidos, partidos más intensos, más duros… y a eso me costó adaptarme.

Realmente la diferencia es que en Kiel no hay ningún sitio donde el balonmano se viva con tanta intensidad.  La gente siempre estaba con el equipo, todos los partidos de Liga o Champions el pabellón lleno, cualquier acto que organizara el club, lleno también, hacían un concierto conmemorativo, y también lleno. La gente siempre asiste a cualquier cosa relacionada con el club, ves camisetas del Kiel por todos lados, es diferente a todo. La afición es lo que marca la diferencia porque las instalaciones de entrenamiento me llamaron la atención para mal porque no había unas instalaciones buenas. Luego construyeron un centro de entrenamiento espectacular, pero cuando yo estaba, se entrenaba en un colegio o un hotel, las pesas en otro lado, y solo se usaba el pabellón para los partidos. Asi que la gran diferencia era que la afición era la más fiel del mundo, seguramente que no sean los que más animen, pero siempre están.

Posteriormente Macedonia y Hungría, donde estás desde el año pasado. ¿Qué le ha aportado a tu juego el haber estado en tantos países con formas tan diferentes de entender el balonmano? ¿Qué te ha aportado a nivel personal y como has sido capaz de ir compaginándolo con la vida familiar?

Quitando Alemania, siempre he tenido entrenadores españoles y desde Ciudad Real, con el mismo patrón de juego. En esa línea, siempre he aportado orden en el sistema, versatilidad para poder jugar en varias posiciones, y entender lo que querían para ofrecérselo de una manera rápida.

A los entrenadores en Alemania, que lo que querían era incorporar ese orden táctico que yo podía tener, además de eso ofrecí más juego con el pivote y desarrollar un juego mucho más combinativo.

A mi Alemania me sirvió para mejorar en lo que ellos ya hacían bien como es el lanzamiento y la parte física, y luego también para ganar en libertad para lanzar más porque en Alemania lanzar y fallar no está tan mal visto. En Macedonia, con la guerra de la afición, el empuje de la gente te hacían jugar mucho con el corazón e hicimos grandes temporadas. Aquí en Hungría estamos en la misma línea del Vardar de hace dos años, pero intentando llegar a ese punto competitivo que el Vardar tenía. En algunos momentos jugamos bien y en otros no, y hay que tratar de jugar bien siempre y sobre todo en los momentos importantes de partido. Eso es lo que el año pasado nos pasó y este año estamos tratando de corregir.

Al final son muchos países y no ha sido fácil a muchos niveles. El alemán y el macedonio lo aprendí, el húngaro es imposible, y te das cuenta que aunque todos sean países de Europa, cada uno tiene una forma particular de entender la vida, muy diferente entre sí. El carácter de la gente es muy diferente y Macedonia quizá sea el país que más se pueda asemejar a España, pero también es muy balcánico en el sentido de que si eres importante te respetan mucho, pero si no lo eres, no te respetan. Alemania es un país más estructurado y rígido, la gente está como de mal humor muchas veces y es que su clima también influye. Hungría es un poco parecido a Alemania y la gente tampoco sonríe cuando va a trabajar.

Respecto al ámbito personal. la vida familiar también influye, ahora con 2 niñas medito mucho donde jugar. Dejé Alemania en parte porque apenas veía a mi familia… muchos viajes, muchos partidos y pocos días libres y mi cuerpo necesitaba más descanso y más familia. La decisión de irme fue muy buena. Macedonia tuvo el problema de los impagos que afectaba mucho a la cabeza y eso se trasladaba al campo. Y en Hungría estamos muy bien pero ya son muchos años fuera de España y dan muchas ganas de acercarse a casa y ver a la familia y amigos que no tienes cerca.

Has estado a las órdenes de grandes entrenadores, ¿cómo definirías a los siguientes?

Xesco Espar: Lo definiría como un teórico del balonmano, con mucha teoría pero dificultades a la hora de ponerlo en práctica.

Talant Dujshebaev: Un padre líder, lo que él decía la gente lo creía. Luego salías al campo y te hacía sentir el mejor e invencible. Para mí, el mejor entrenador por su carácter ganador, su forma de ser competitivo y la forma de gestionar a los jugadores.

Juan Carlos Pastor: Un maniático de la táctica (risas). Lo lleva hasta el extremo, tanto que si metes gol es por la táctica y sino lo metes es porque no has seguido la táctica.

Valero Rivera: Exigente y competitivo, como Talant y ganador como él.

Alfred Gislason: Tácticamente no es tan brillante como los otros que he tenido, y lo valoraría como un entrenador con mucho carácter y ganador.

Raúl González: A nivel táctico el mejor, como a la hora de preparar partidos. Lo consideraría un gran estratega.

Manolo Cadenas: Intensidad pura y dura… a diario y tanto en entrenamientos como en partidos.

Jordi Ribera: Teórico, donde a veces no es muy cercano, pero muy trabajador y minucioso.

Eres uno de los jugadores más completos que hemos tenido, capaz de dirigir el ataque desde la posición de central, pero también de jugar en los laterales con muchísimas solvencia. ¿Qué jugadores fueron los que te marcaron de joven y de los que has ido incorporando cosas a tu juego? ¿Qué grandes de la historia del balonmano destacarías por haber aportado cosas distintas a nuestro deporte?

Siempre he intentado fijarme y aprender de los jugadores con los que he jugado y contra los que he jugado. Sobre todo de los que han sido compañeros porque es más fácil, y ahí destacaría nombres como Iker Romero, Chema Rodríguez, Ivano Balic, Domagoj Duvnjak, Aron Palmarsson, Luka Cindric, Jerome Fernández, Alberto Entrerrios, Blazenko Lackovic, Filip Jicha…

Hay cosas que he ido incorporando, cuando eres más joven con más facilidad porque absorbes todo mucho mejor. En Barça, Granollers y Ciudad Real fueron los clubes de donde más cosas aprendí. Por ejemplo, de Iker Romero su tiro en apoyo, de Alberto Entrerrios su riqueza táctica y el poder hacer de todo, en defensa de Dinart y Viran Morros, de Duvnjak el ir directo, de Chema su juego con el pivote y su forma de jugar para los demás, de Palmarsson su forma de sacar el brazo al lanzar, de Karabatic el lanzamiento… de todos he podido aprender mucho y llegar a ser un jugador completo, que no sé si es bueno o malo porque te acaban poniendo en muchos sitios (risas). Creo que al haber jugado de todo y de nada tiene sus cosas buenas y malas. Para muchos entrenadores eres el segundo porque vales para muchos sitios y te tienen como comodín y eso creo que en algunos momentos no me ha ayudado mucho pero me ha servido también para estar en muchos sitios.

Pregunta complicada, y es que nos gustaría saber que tres jugadores por puesto pondrías en tu lista de jugadores top:

Pues haría un listado con los que han sido compañeros a lo largo de mi carrera:

PORTERO: Barrufet, Hombrados, Sterbik

EXT. IZQUIERDO: Juanin, Kline, Kallman, David Davis, Torsten Jansen, Timur Dibirov

EXT. DERECHO: Abalo, Lindberg, Edberg

LAT. IZQUIERDO: Alberto Entrerrios, Jerome Fernández, Lackovic

LAT. DERECHO: Lazslo Nagy, Lazarov, Metlicic

CENTRAL: Duvnak, Balic , Chema Rodriguez

PIVOTE: Cavar, Julen, Banhidi

ESPECIALISTA DEFENSIVO: Viran, Dinart , David Davis

Otra pregunta aún más complicada, ¿cómo te definirías como jugador? ¿Cuáles destacarías como tus virtudes? ¿En qué crees que eres mejor que la mayoría de jugadores?

Una pregunta que me han hecho bastante (risas). Me definiría como un jugador polivalente, un jugador comodín que puede jugar en muchas posiciones. No tengo una única característica diferenciada, puede que haga todo a un buen nivel y creo que esa es mi principal virtud. No hago ninguna excesivamente mal, quizá la velocidad y el salto (risas) que me lo han dicho muchas veces. Creo que leo bien los partidos y veo las cosas que pasan antes que los demás.

Para hablar de tu palmarés necesitaríamos otra entrevista pero, ¿es la Copa de Europa el trofeo a nivel de clubes más especial de tu palmarés? ¿Qué otros títulos son especiales para ti? ¿Dónde guardas tantos y tantos títulos?

Sin duda la Copa de Europa es el trofeo más especial. Cuando llevas tanto tiempo persiguiendo una cosa, la valora más. Si la hubiera ganado con 22 o 23 años, y estuve cerca porque el año que llegué al Barça el año anterior la había ganado, lo mismo que cuando llegué a Ciudad Real y a Hamburgo, quizá no la valoraría tanto. Llegó un momento que la llegue a dar por perdida después de haber perdido dos finales de Final Four. En mi caso, al costarme mucho y habiendo estado cerca muchas veces, se convirtió en algo muy especial.  Además el año que la gané hubo muchos familiares y amigos en Colonia, y ambos partidos fueron muy emocionantes y esto también la convierte en muy especial.

¿Otros títulos? Sin duda el Mundial de 2013 con la final en Barcelona. Por como se hizo, por el papel que tuve después de no haber tenido mucha presencia en la mayoría del campeonato. Ese fin de semana si tuve protagonismo y era la primera vez que veía a toda mi familia en el pabellón viéndome. El Europeo también fue muy bonito porque hicimos historia al ser la primera vez que España lo ganaba. Y cerraría el conjunto con la Bundesliga, que también me hizo mucha ilusión porque es muy difícil ganarla y no muchos jugadores españoles la tienen.

Respecto a donde guardo tanto título, ten en cuenta que de muchos títulos no te dan nada, de la SuperCopa te dan un llavero por ejemplo y de otras una medalla, así que trofeos no tengo tantos (risas) pero medallas muchas. No te preocupes por el sitio (risas), que si vienen muchos más título tengo donde guardarlos.

Hablar de Joan Cañellas es hablar de la Selección Española con una relación de muchos años y muchos éxitos. ¿Qué significado tiene para ti vestir la camiseta de la Selección y competir en Europeos, Mundiales o Juegos Olímpicos?

Son 12 años yendo a la selección, que son muchos, y espero seguir yendo este año también. Además hemos coincidido una generación que hemos tenido muchos éxitos y también muchas buenas posiciones. Es muy difícil que esto vuelva a repetirse, y tiene mucho mérito porque hemos competido contra una Francia que lo ha ganado todo o una Dinamarca realmente potente. Veníamos de una generación que aunque no ganó lo que hemos ganado, siempre se la ha considerado una generación de oro con los Barrufet, Masip, Garralda, Urdangarín… pero a nivel de títulos y resultados lo hemos superado. Creo que solo nos han faltado los Juegos Olímpicos.

Para mí, vestir la camiseta de España ha supuesto, sobre todo después de la crisis donde todos estamos repartidos por media Europa, el poder juntarse con amigos, volver a ver a la familia que siempre ha sido la selección donde el ambiente es fantástico. Ir a la selección es muy bueno, y siempre he ido contento, no solo por el hecho de ir, sino porque sabes que te lo vas a pasar muy bien con amigos, trabajando claro, pero con grandes recuerdos de las vivencias además de los títulos. Así que va más allá del mero hecho de vestir la camiseta.

Campeón del Mundo en 2013, Campeón de Europa en 2018, dos Bronces y también una Plata. ¿En qué se diferencia ganar un gran título con un club y con una selección? ¿Se valora más la plata con el paso del tiempo? ¿Te queda la espinita de conseguir metal en unos Juegos Olímpicos?

La diferencia no es tanta en un principio, pero si lo es. La selección tiene mucha más repercusión que la mayoría de los clubes. A nivel de selección, la repercusión en mucha e inmediata, aunque dura solo días. Llegas a Madrid y te das cuenta de que a nivel de redes sociales hay mucha repercusión como también a nivel de medios de comunicación nacionales.

Cierto que hay clubes donde los títulos, las celebraciones y la repercusión es impresionante, de manera local, claro, pero que perdura. Sitios como Kiel, Vardar o incluso Ciudad Real, ganabas un título y la gente te seguía felicitando por las calles.

La Plata se valora más con el paso del tiempo y se valora al haber tenido Oros. La espina de los Juegos Olímpicos está ahí, no sé si llegaremos a conseguirla en Tokio donde primer tenemos que clasificarnos. La mejor oportunidad hubiera sido Rio por la edad de esta generación, pero no llegamos a ir y se truncó.

La historia de nuestro balonmano, tanto a nivel de clubes como de selección en las últimas décadas, está plagada de grandísimos éxitos, logros e hitos. ¿Por qué no tiene la repercusión mediática que merece? ¿Por qué crees que las empresas no se deciden a apostar por un deporte tan espectacular y lleno de valores como el nuestro?

Si no tiene la repercusión que se merece es porque estamos en un país donde hay muchos deportes que han ganado mucho y sobre todo porque hay un deporte que se come todo que es el futbol. El baloncesto también ha hecho las cosas bien con jugadores que han ido a la NBA con los Gasol, por ejemplo. En balonmano hay 4 países en Europa con ligas potentes, y ahora una menos porque nuestra Liga ya no es de las potentes,  y eso hace que internacionalmente no tenga la misma repercusión.

También es verdad que en España se favorece al futbol frente a otros deportes. Seguro que si no hubiera un futbol o un baloncesto potente, pues claro que el balonmano hubiera sido lo importante pero porque no habría más. También hay grandes campeones de futbol sala, waterpolo… y no tiene repercusión porque el futbol se come todo. Nuestra sociedad está muy relacionada con el futbol y tampoco hemos sabido vender bien todos los éxitos de la selección.

La repercusión de los éxitos de la selección duraron lo que duraron, dos días. En baloncesto por ejemplo lo han hecho mejor y los jugadores han aparecido por las televisiones mucho más tiempo tras un gran éxito.

Todos queremos seguir viendo a Joan Cañellas de corto en el 40×20, pero… ¿Hasta cuándo la etapa como deportista profesional? ¿Qué vendrá después? ¿Seguirás vinculado al balonmano o cerraras esa relación de manera definitiva?

No sé hasta cuando voy a seguir. Ahora mismo me encuentro bien y cuando juego partidos importantes me doy cuenta de que no soy tan decisivo como antes, pero sigo aportando cosas en un equipo con aspiraciones reales de colarse en la Final Four de este año. No me veo mal ahí, así que no sé cuánto duraré.

En el momento en el que no me vea a este nivel, para jugar en un club top como el que estoy o de ir a la selección y aportar, no hará falta que me de cuenta yo porque los clubs te ponen en tu sitio (risas). Ahí veré si bajo el nivel y marcho a clubes que no lleguen a Final Four, que no pasaría nada, o si me quedo en algún club más cerca de España y donde me compense a nivel familiar, que es mi prioridad.

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