El más sentimental sin duda, el día que con 19 años me convocaron por primera vez con la Selección Nacional Absoluta. Luego ha habido muchos momentos, todos relacionados con la consecución de títulos, tanto a nivel individual como colectivo.
Como entrenador, el día que jugué con el Altea la final de la Copa EHF contra el Kiel en Alemania. Era mi cumpleaños y como equipo habíamos conseguido una proeza, jugar esa final.