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Entrevista a JAVI PARRA

Entrevista a JAVI PARRA

Pocos jugadores han sido capaces de divertirse y divertir tanto en un 40×20 como el último gran capitán del Bm Guadalajara, y es que el madrileño Javi Parra ha tenido como una de sus grandes señas de identidad una envidiable sonrisa de felicidad durante toda su trayectoria. Su forma de entender este deporte y su filosofía de vida pasa precisamente por disfrutar de lo que se hace, y aunque en muchas ocasiones puedan venir mal dadas, su actitud siempre ha sido claramente positiva.

Jugador muy polivalente, capaz de atacar no solo en su posición habitual de extremo izquierdo sino también de aportar en la primera línea si la ocasión requería soluciones distintas. Y en defensa no solo podía ocupar el exterior, sino también el 2 o el avanzado… muchas opciones y alternativas donde cumplía con sobrada nota y que facilitó que conectara siempre con la grada y se ganara su cariño y admiración.

Salido del Colegio San Viator de Madrid, sus buenas maneras en la pista no pasaron desapercibidas y en categoría juvenil fue fichado por el Bm Alcobendas, jugando ya con el primer equipo los últimos dos años de juveniles. Posteriormente fue Coruña su destino antes de recalar en uno de los grandes de nuestro balonmano, el Ciudad de Logroño, donde a la órdenes de Jota González aprendió y terminó de consolidarse como un excepcional extremo izquierdo del panorama nacional.

En 2011 llega a Guadalajara para disputar sus últimas 8 temporadas en la élite, siendo pieza clave en los esquemas de Fernando Bolea primero, Mateo Garralda después, y por último en los de César Montes. La temporada 2018-19 fue su última temporada como jugador profesional cerrando una brillante trayectoria que deja grandes números en su casillero: 773 goles y 383 partidos en Liga Asobal.

No podemos olvidar su exitoso paso por el balonmano playa donde si fue internacional absoluto conquistando en 2006 la Medalla de Oro en el Campeonato de Europa (Cuxhaven) y la Medalla de Bronce en el Campeonato del Mundo (Río de Janeiro). Además también participó en los Campeonatos de Europa de 2007 (Misano) y 2009 (Larvik) siendo todo un habitual de nuestro combinado en aquellos años.

Finalmente se ha quedado afincado en la ciudad de Guadalajara, y es fácil verle por las gradas del David Santamaría animando y apoyando a sus ex-compañeros. Todo un lujo de aficionado!!!


TRAYECTORIA

2001-06 Bm Alcobendas
2006-07 Bm OAR La Coruña
2007-11 Bm Ciudad de Logroño
2011-19 Bm Guadalajara


PALMARÉS

Campeón de Europa de Balonmano Playa con la Selección Española (Cuxhaven 2006)
Medalla de Bronce en Mundial de Balonmano Playa (Río de Janeiro 2006)

Preguntas

Prácticamente se cumple un año desde tu retirada como jugador profesional de balonmano… ¿Cómo ha sido este primer año alejado de la Liga Asobal, los entrenamientos diarios, los viajes interminables en autobús, las sesiones de video y la convivencia con los compañeros? ¿Cuánto se echa de menos todo aquello?

Es cierto que echo de menos la competición de primer nivel, la adrenalina de ese último minuto en el que te estás jugando un pase de Copa del Rey, el vestuario con los compañeros, sentirte en un gran estado de forma… Pero siendo sincero: el día a día del entrenamiento, los viajes cada fin de semana, ir con prisa a todos lados, los dolores al despertarme por la mañana… todo eso no lo echo de menos, la verdad.

Ahora, agradezco tener tiempo para mí y los míos: poder planificarme unas vacaciones o una escapada de puente para esquiar, sentarme a comer lo que me da la gana e incluso despertarme y poder bajar las escaleras de mi casa sin tener que ver las estrellas… Son pequeñas cosas que mucha gente no valora y un deportista profesional no se puede permitir, y ahora yo las estoy disfrutando. Además, este año he estado jugando con la UCAM en segunda nacional, hemos ascendido de categoría y encima me ha permitido volver a tener contacto con el balonmano y disfrutarlo de nuevo de una forma totalmente diferente.

Un total de 18 temporadas, la mayoría en Asobal donde has disputado 383 encuentros, y con 773 goles en tu haber… ¿Qué valoración haces de tu trayectoria deportiva? ¿Qué destacarías de la misma y que cosas serían las que te hubiera gustado no vivir?

No puedo estar más agradecido al balonmano: durante 18 años he podido ganarme la vida haciendo lo que más me gusta, así que en este aspecto soy un gran afortunado. He disfrutado de mi pasión por toda Europa y me he podido enfrentar a mis ídolos… a algunos hasta les he ganado. En lo personal, me ha permitido vivir en distintas ciudades de nuestro país, he viajado mucho y conocido otras culturas, y en el camino he descubierto a grandes amigos para toda la vida. Me siento muy satisfecho con mi recorrido profesional como jugador de balonmano, aunque siempre me quedará una espinita como deportista que es haber podido participar en alguna concentración con la absoluta. Si me tengo que quedar con alguna experiencia como profesional, son los partidos en Competición Europea, eso es de otro mundo. ¿Y los peores tragos? Siempre he dicho que las lesiones son los momentos más amargos de un deportista. A mí me han tenido que operar en unas cuantas ocasiones y desde luego las peores situaciones que recuerdo.

Empezaste a jugar al balonmano en el Colegio San Viator de Madrid y ya en juveniles, el Balonmano Alcobendas te incorpora a su estructura. ¿Cómo y por qué elegiste el balonmano? ¿Qué recuerdos guardas de tu etapa deportiva escolar? ¿Quién fue la persona clave para que definitivamente apostaras por nuestro deporte?

Tuve la suerte de tener unos padres que me animaron a practicar mucho deporte. Gracias a ellos pude practicar tenis, balonmano, natación, baloncesto, judo… ¡Hasta hípica y ajedrez! Poco a poco fui decantándome por los que más me gustaban y finalmente acabe centrado sólo en el balonmano, que no se me daba nada mal y lo disfrutaba mucho más que el resto.

Si hay una persona que ha influido en este aspecto, desde luego esa persona es mi padre: él me ha acompañado a todos los partidos ―hasta los entrenamientos se veía―, y siempre ha estado ahí, observándome y aconsejándome. Estoy convencido que si no hubiera tenido unos padres como los que he tenido, todo lo que he vivido no hubiera sido posible.

En el colegio disfrutas del deporte de una forma en la que nunca volverás a hacerlo, allí es dónde me inculcaron los valores del esfuerzo, la tolerancia y el respeto a los demás. Yo recuerdo esta etapa con mucho cariño, y ahora me da mucha pena cuando veo a padres dando espectáculos bochornosos en las gradas o insultando a los árbitros y al entrenador de uno u otro equipo. Hacer esto en un partido de peques, es arruinar un momento precioso a tu hijo y hacerle un flaco favor, así es como lo veo.

Imaginamos que en tus inicios, y debido fundamentalmente a tu estatura, no serías precisamente extremo. ¿Cómo, cuándo y por qué llegas a esa posición? ¿Quién fue el primer entrenador que te sugirió ocupar ese puesto y como recuerdas habértelo tomado al inicio?

Me pasaron a la esquina en cuanto acabé mi etapa juvenil y llegué a la categoría senior. Aunque tenía calidad, no era muy corpulento. Ya en la selección española junior me habían empezado a llevar convocado en el rol de extremo, aunque en mi equipo siempre jugaba en la posición de central y lateral. Cuando llegué al primer equipo el entrenador era Alberto Suárez y me mandó a la esquina. Recuerdo que al principio me costó muchísimo adaptarme: la mecánica del salto, el lanzamiento, la gestoforma… Casi tuve que empezar de nuevo pero poco a poco fui reconvirtiéndome y  gracias a eso he podido seguir tantos años en la brecha, porque siendo primera línea no creo que hubiera conseguido jugar al máximo nivel.

Por tu complexión física recuerdas a extremos del estilo de Jonas Kallman o Ekberg… ¿Quiénes fueron los extremos que más te influenciaron en tu juventud? ¿Qué grandes extremos, de a todos a los que te has enfrentado, destacarías por su calidad técnica y física? ¿Qué diferencias, en cuanto a prestaciones, ofrece un extremo cercano a los 2 metros de los de estatura más corta?

Siempre destaqué más por mi faceta defensiva que en ataque, y por tanto me llamaron la atención jugadores que igual a otros les pasaban más desapercibidos. Siendo muy chaval me encantaba ver a Jackson Richardson defendiendo en el avanzado y dando espectáculo en cada lanzamiento. Luego tuve la suerte de jugar el día de mi debut en Asobal contra él cuando formaba parte de la plantilla del Portland San Antonio, y aquello fue inolvidable.

Ya siendo más mayor, cuando empecé a aprender balonmano “de verdad”, admiré mucho a David Davis, otro jugador que dominaba la posición de defensa avanzada con un concepto técnico-táctico defensivo que me atraía mucho.

Si algo te ha caracterizado ha sido por ser un gran finalizador desde el extremo, con un gran abanico de soluciones creativa como las roscas, las vaselinas o los fuerte-flojos… ¿Cómo es el trabajo de evolución de ese tipo de lanzamientos? ¿Cuántas horas de entrenamiento son necesarias para dominar ese tipo de lanzamientos? ¿Qué características se deben tener para poder realizarlos?

Siempre he disfrutado mucho viendo a los jugadores habilidosos y he intentado aprender de ellos gran variedad de lanzamientos para disponer de esa riqueza técnica. Cuando veía a algún extremo hacer algún movimiento que me pudiera aportar algo a mi forma de jugar, intentaba imitarlo y adaptarlo a mis características. Después de esto, todo consiste ya en horas y horas de entrenamiento y repetición en un proceso de prueba-error, hasta que tu cuerpo lo automatiza. No todo vale para todo el mundo de la misma forma, yo creo que la clave es descubrir tus fortalezas e intentar aprovecharlas. Una o dos sesiones de entrenamiento por semana las solíamos dedicar a la técnica individual, y combinándolas con el resto de los días, se dedicaban muchas horas a mejorar la finalización desde el puesto en definitiva.

En estas casi dos décadas en activo, te has enfrentado a infinidad de porteros… ¿Cuáles destacarías como los más intimidatorios? ¿Hasta qué punto la fama de un portero influye en el lanzador cuando lo tiene delante?

He tenido que “sufrir” a grandísimos porteros que me han hecho la vida imposible en mi vida deportiva. He compartido vestuario con algunos grandes que me “amargaban” en el día a día: Saric, Jorge Martínez, Jota Hombrados… En la portería rival, creo que los porteros que más me han impactado han sido Barrufet, Dejan Peric y Sterbik. Cada uno tenía su propio estilo parando pero cualquiera de ellos cerraba la persiana y ya sabías que ese no era tu día. Yo no creo que se trate de fama o intimidación: la fama de un portero se consigue por algo, es por ello que los grandes porteros como estos siempre han marcado diferencias.

Al igual que los porteros utilizan el vídeo para analizar el estilo y tendencia de los lanzadores… ¿Has utilizado también el vídeo para analizar a los porteros rivales y ver la mejor forma de superarlos? ¿Cómo ha cambiado la forma de conocer y estudiar a los rivales estos últimos 15 años?

El análisis de video se ha convertido en una herramienta fundamental para la preparación de los partidos. Ahora se estudia con mucho más detalle al equipo rival, tanto individual como colectivamente. Al principio de mi carrera deportiva no se le daba tanta importancia y he visto cómo ha ido evolucionando este planteamiento.

Creo personalmente que este tipo de trabajo es clave para la preparación de los partidos. Un buen análisis de video del rival tampoco hace maravillas, pero a lo mejor te va a permitir marcar 1 o 2 goles más e incluso evitar otro par en todo el encuentro: teniendo en cuenta que los partidos se deciden por dos o tres goles, significa que ahí puede estar la diferencia.

Por otro lado, creo que al jugador de balonmano no le gusta ver tantas horas video, lo que demanda es 40×20, y por tanto una de las facetas del buen entrenador debe ser sintetizar y comprimir toda la información que pueda de la forma más sencilla, para el equipo sea capaz de interiorizarla sin recibir sobreinformación, y esto es lo complicado. Yo he llegado a hacer hasta 7 horas de video para preparar un partido y se hace duro, sobre todo si luego dedicas además otras 15 o 20 horas de entrenamiento para prepararlo…

Has jugado en Alcobendas, Coruña, Logroño y Guadalajara… ¿Cómo definirías cada uno de los clubes en los que has militado?

ALCOBENDAS: Fue el equipo donde debuté y por ello le guardo un cariño especial. Me da mucha pena la forma tan mala en la que el club se portó conmigo y con otros compañeros cuando ya no contaban con nosotros, algunos jugadores que llevábamos partiéndonos la cara por el club desde los 13 años, pero no por ello les guardo rencor.

CORUÑA: Este club confió en mí cuando estaba pasando un momento muy difícil y le estaré eternamente agradecido tanto a él como a su entrenador, Pablo.

LOGROÑO: Compartí 4 años con Jota como entrenador que me marcaron de por vida. El equipo más profesional en el que he estado. En esos 4 años crecí como jugador y como persona y creo que fue un punto de inflexión en mi vida, en todos los sentidos. Un gran club en una ciudad ideal para vivir.

GUADALAJARA: Un club en el que he vivido mi última etapa como jugador y donde he disfrutado como un enano de nuevo con el balonmano. Además de seguir jugando más años de los que esperaba, me permitió acabar mis estudios y compaginarlo con mi profesión de ingeniero aeronáutico, haciendo que la transición hacia mi retiro como deportista profesional fuese muy natural. Tanto he disfrutado aquí que ya me he quedado a vivir…

Logroño fue la etapa de mayores logros a nivel deportivo, y es que además de estar en los puestos altos de la Liga Asobal, jugasteis 2 ediciones de Copa EHF cayendo en semifinales contra el Lemgo y el Goppingen. ¿Cómo fue la experiencia de jugar contra equipos alemanes? ¿Qué recuerdos guardas de los partidos disputados en Alemania en cuanto a público y animación?

Jugar una competición europea es una experiencia inolvidable. Llegar a un pabellón con 15.000 personas jaleando es algo que no se experimenta en la liga Asobal. Creo que estamos tácticamente por encima de muchos equipos franceses o alemanes, pero desde luego en aspectos de marketing y espectáculo, estamos a años luz de ellos todavía. No sólo es jugar allí, también los momentos pre-partido y el ambiente post-partido hace del encuentro una experiencia inolvidable. Una pena que ninguno de los dos años pudimos llegar a la final, nos acabaron ganando en semifinales los dos equipos que luego quedaron campeones.

De 2011 a 2019 en Guadalajara, donde además te has asentado. ¿Qué destacarías de la ciudad, de la afición y del club? ¿Cómo se produjo tu elección como capitán y que ha representado para ti? ¿Te hubiera gustado haber continuado alguna temporada más vistiendo el morado?

Llegué de la mano de Bolea, un grande del balonmano, una persona de 10 y gran entrenador. He vivido los mayores éxitos del club con César Montes, un profesional con unos valores ejemplares y un persona de las que agradece que se cruce en tu camino… el club le dejó escapar y a los pocos meses este crack estaba levantando la Copa de Campeón de Europa con la Selección. Aquí, en Guadalajara me he encontrado con una ciudad maravillosa, una afición extraordinaria y gente fantástica, además de que he sido el capitán del equipo durante 7 temporadas.

Siempre he creído que el capitán del equipo no tiene que ser el más guapo, el que más goles meta o el más fuerte, desde luego yo no lo era. Un capitán, en cambio, debe ser un líder para sus compañeros y anteponer el éxito del grupo al suyo propio, y así es como yo siempre me intenté comportar. La veteranía y los años te permiten ver las cosas con más perspectiva. Obviamente todos tenemos nuestras inclinaciones personales e intereses dentro del equipo, pero en definitiva se trata de ser ecuánime, que no equidistante. Creo que mis compañeros en este aspecto me lo han sabido valorar todos estos años, o así me lo han hecho sentir.

En mi último año, el club decidió dar un cambio de filosofía y prescindir de muchos compañeros y de mí mismo, además de César como entrenador, y en ese aspecto creo que esta decisión encajó perfectamente con mis planes de futuro: había llegado mi momento de dejarlo. Posiblemente si me hubieran pedido renovar un año más hubiera aceptado pero esa oferta nunca llegó y ahora, viendo las cosas con un poco más de distancia, me alegro.

No podemos pasar por alto una disciplina donde también has destacado y brillado, que es el Balonmano Playa donde fuiste internacional en numerosas ocasiones y conquistaste un Campeonato de Europa y una Medalla de Bronce en un Mundial. ¿Qué ha supuesto el balonmano playa en tu vida? ¿Qué significado tuvo defender a España en categoría absoluta? ¿Cómo se vive conquistar todo un Europeo?

El balonmano playa llegó a mi vida de una forma un poco accidental. Al principio era la excusa perfecta para juntarnos grandes amigos del balonmano con lo que no podía pasar demasiado tiempo durante la temporada. Jugábamos algún torneito en verano y pasábamos un fin de semana de playa divertido. Un día me convocaron para la selección absoluta y acabé disfrutando de este deporte también a un nivel más exigente: viaje mucho como por ejemplo a Rio de Janeiro, Noruega, Alemania, Italia… conseguimos grandes éxitos y pude levantar un título europeo o colgarme una medalla de bronce de un mundial, que no es algo que suceda todos los días.

El problema era que el balonmano playa al principio me servía para desconectar de la presión de la pista y, de repente, empezó a ser más exigente: aparecieron clubes que le dedicaban mucho tiempo y esfuerzo, e incluso ya se empezaba a entrenar de forma continua y estructurada. En aquel momento decidí salir de aquella rueda. El balonmano playa me dejó de aportar lo que me daba al principio, que era buen rollo y diversión sin ningún tipo de presión. Entiendo que ahora haya mucha gente que disfrute de esta forma de entender este deporte, pero no es lo que yo buscaba en aquel momento: ya tenía bastante con la presión y la exigencia de cada temporada en pista como para cargar más piedras en la mochila durante el verano.

Momentos complicados los que vivimos en la actualidad y que han provocado que se den por finalizadas todas las competiciones. ¿Qué futuro le ves al balonmano nacional, hablando de clubes? ¿Qué futuro le ves también al balonmano playa con un verano sin competiciones?

Esto ha sido un gran palo a todos los niveles, que no sólo de balonmano vive el hombre. Se están produciendo despidos, ERTEs, EREs, cierres de empresas… El balonmano no está al margen de la sociedad. El problema es que cuando ocurren situaciones como ésta, los que más van a sufrir el golpe serán los trabajadores más precarios y, por desgracia, hace unos cuantos años que el balonmano ha ido dando pasos atrás en relación a sus derechos y condiciones laborales. Se saldrá de esta, como siempre, os garantizo que hay gente maravillosa dedicada en cuerpo y alma al balonmano que acabará tirando del carro, pero el problema vendrá al comprobar a costa de qué hemos podido salir.

Y hablando de los momentos actuales… ¿Cómo te cuidas desde casa? ¿Qué tipo de entrenamiento haces? ¿Qué tipo de deporte venías realizando desde tu retirada?

Estoy saliendo a correr ahora que se permite hacer deporte en horarios restringidos y hago algunos entrenamientos en casa. Antes de que estallara la crisis del COVID-19, intentaba entrenar e ir al gimnasio dos o tres días a la semana, además de mis partidos con la UCAM. Si juntas todo, no es ni de lejos el ritmo que llevaba antes con 3 o 4 horas diarias dedicadas al balonmano, pero al menos me permite desconectar y mantenerme un poco en forma.

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