Se habla mucho de la “locura” de los porteros de balonmano, pero ya Armand Torrego en la reciente entrevista que le hicimos, abría la discusión de si los pivotes estabais aún peor por saber que vais a un sitio donde os van a estar empujando y agarrando por obligación. ¿Llegaste al pivote por obligación o por devoción? ¿Qué destacarías como lo más bonito de la posición de pivote?
Al pivote llega uno por obligación, no por devoción. Creo que todo el mundo quiere ser primera línea o incluso puede ser que alguno quiera ser portero, pero cuando eres niño casi nadie quiere que ser pivote y más en la época cuando yo empecé. Empecé en el Colegio Juan Maragall de Barcelona y de allí pasé a las categorías inferiores del Bm Granollers. Desde infantiles me empiezan a especializar en la posición de pivote por mi corpulencia., y a partir de ahí… ya no cambio la posición.
Sobre qué destacaría de lo más bonito de la posición, pues con el paso de los años y con toda mi vida en esa en esa posición, yo creo que el juego de pivote es muy importante y sobre todo muy altruista. Tú trabajas para los demás, para abrir huecos y para ganar posiciones para los demás. Haces un trabajo muy duro para que los demás marquen gol.