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Entrevista a DRAGAN SKRBIC

Entrevista a DRAGAN SKRBIC

Muy pocos jugadores infundían tanto temor y respeto en un 40×20 como nuestro protagonista de “BalonmanoVeteranos.com entrevista a…” y es que muy pocos jugadores han concentrado tanta fuerza y potencia como Dragan Skrbic.

Hablar de Dragan Skrbic es hablar del jugador que cambió la importancia del juego con el pivote en el balonmano. Hasta su irrupción, los pivotes tenían un papel más secundario en el juego de ataque, pero Dragan, con un juego contundente y versatil desde los 6 metros, le confirió la importancia que hoy día tiene en los esquemas de todo buen entrenador.

Fue el primer pivote que consiguió ser máximo goleador en la Liga ASOBAL y nombrado mejor jugador no solo en España sino en Alemania, en unos Juegos Olímpicos o jugador del año para la IHF.

Pero no solo fue uno de los mejores pivotes atacantes de su época, fue también un rocoso defensor y ante todo, un jugador comprometido y profesional hasta el último día de su carrera como jugador profesional de balonmano. Todos sus entrenadores han alabado siempre su capacidad de trabajo y su carácter ganador que contagiaba a los compañeros, y es sin duda alguna, ese tipo de jugador que siempre querrías en tu equipo.

Su palmarés de títulos y premios es sencillamente espectacular, y por encima de todos sus títulos está la perseguida Copa de Europa que tanto soñó y que finalmente logró y de que manera, con el FC Barcelona ante el Bm Ciudad Real.

Un enamorado de España, está afincado en nuestro país y sigue la actualidad de nuestro balonmano, y probablemente le veamos este fin de semana por el OVNI de Puerto Sagunto viendo la Fase de Asecenso a ASOBAL.

En la distancia corta ya no es tan temible, y resulta ser una persona encantadora, muy accesible y realmente cercana, con la que se disfruta y de que manera, hablando de balonmano. Un verdadero placer haber charlado con él y poder traeros una entrevista espectacular.


TRAYECTORIA

1988-93 RK Crvena Zvezda (Serbia)
1993-94 Atlético de Madrid
1994-95 BM Alzira Avidesa
1995-97 Ademar León
1997-98 VfL Hameln (Alemania)
1998-00 RK Celje (Eslovenia)
2000-02 HSG Nordhorn (Alemania)
2002-08 FC Barcelona


PALMARÉS

FC Barcelona
1 Liga de Campeones (2005)
2 Ligas ASOBAL (2003 y 2006)
2 Copas del Rey (2004, 2007)
1 Supercopa de Europa (2004)
2 Supercopas de España (2004, 2007)
1 Copa EHF (2003)

RK Celje
2 Ligas de Eslovenia (1999 y 2000)
2 Copas de Eslovenia (1999 y 2000)

RK Crvena Zvezda
1 Liga Yugoslava (1991)

Selección nacional
2 Medallas de bronce en Campeonatos del Mundo (1999 y 2001)
1 Medalla de bronce en Campeonato de Europa (1996)

 


MÉRITOS Y DISTINCIONES PERSONALES

Máximo goleador Liga ASOBAL (1997)
Mejor jugador extranjero Liga ASOBAL (1998)
Mejor jugador de la Bundesliga (1998)
Elegido mejor pivote de los Juegos Olímpicos (2000)
IHF Jugador del Año (2000)
Mejor Pivote de la Liga ASOBAL (2003 y 2004)

Preguntas

Hemos leído en alguna ocasión que de niño no eras el más fuerte ni el más alto de tus compañeros de equipo, pero si el que mayor dedicación, empeño, tesón y entrega ponía. ¿Han sido esas las cualidades clave en tu éxito deportivo?

Creo que si. Yo empecé a jugar a balonmano en un club con mucha tradición en la antigua Yugoslavia, y muchos de los niños que se apuntaban eran más fuertes o más grandes que yo, pero lo que a mí me ha hecho tener éxito en el balonmano es la constancia, el trabajo y sobre todo la pasión y querer triunfar. Y eso ha sido así hasta los últimos días de mi carrera. He disfrutado cada entrenamiento, cada partido, y no solo de niño sino también de profesional.

Puede que de niño no fueras el más fuerte, pero de mayor probablemente si. Todos conservamos esa imagen de Dragan Skrbic de físico espectacular, rodeado de contrarios incapaces de frenarlo. ¿Cuánto de trabajo y cuánto de genética había en esa fuerza descomunal que tenías?

Yo creo que fundamentalmente ha sido trabajo, pero la genética me ha ayudado a no tener lesiones y a tener una carrera en la que no he sufrido una lesión grave en todo el tiempo en el que he estado jugando. He jugado muchos años y muchas competiciones, en los mejores clubes y con la selección, jugando en las mejores ligas y las más competitivas, y esa genética me ha ayudado a no tener lesiones.

En mi trayectoria como jugador, en el inicio si es verdad que mi físico era lo que más destacaba, pero en los últimos años, ya si que había muchos pivotes enormes y muy fuertes y yo ya no era tan grande. De hecho, mucha gente me ve y me dice que en el campo les parecía que era más pequeño, y yo les digo que es que en el campo el resto eran todos muy grandes.

Jugaste, además de en tu Serbia natal, en España, Alemania y Eslovenia. ¿De qué países,  ciudades y aficiones guardas mejores recuerdos?

He jugado en muchos equipos y muchos países, y sí que puedo destacar que en todos los clubes he dejado la puerta abierta, me han despedido con ganas de volver a verme y eso quiere decir que si que he cumplido con mi trabajo en todos los equipos en los que he estado.

Cada época y cada club tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero si tengo que destacar a nivel personal donde he estado muy a gusto ha sido en el Ademar de León. Era un equipo que hasta entonces estaba en la B o subía y bajaba, y se convirtió en un grande de Europa. Esto no se olvida.

También mis años en Barcelona, porque estar en el Barça es algo especial. No es simplemente balonmano sino todo lo que rodea a un club de tanta envergadura y a nivel de títulos, con el Barça pude ganar un título que siempre he perseguido que es la Liga de Campeones.

Fue con tu llegada al FC Barcelona cuando encontraste la estabilidad, jugando 6 años en el equipo catalán. ¿Qué tenía ese equipo y ese club que no habías encontrado antes en el resto de equipos en los que militaste?

El FC Barcelona es el club más grande, y solo ponerse la  camiseta del Barça te hace sentir más importante y también más obligado para cumplir. Recuerdo mi primera semana de entrenamiento en Barcelona, venía de ser elegido el mejor jugador por la IHF y cuando vi el comportamiento de los grandes jugadores del Barça, que habían sido un montón de veces campeones de Europa de manera consecutiva, el compromiso con el club, la afición, los compañeros, el entrenador… y sus ganas de ganar, me impactó muchísimo. Ver a jugadores que lo habían ganado todo muchas veces, y ver que tenían ganas de ganar más, me marcó mucho.

Fue Valero Rivera quien te llamó para fichar por el FC Barcelona, un FC Barcelona que había apostado por pivotes muy altos. ¿Qué era lo que buscaba  en ti, que obviamente le diste durante los años que te entrenó?

Valero lo que quería era tener cubierto cada puesto con dos jugadores de mismo nivel y misma calidad, pero con diferentes características, diferente manera de jugar y diferente físico. Yo coincidí con Xepkin, cada uno tenía sus prestaciones diferentes y creo que eso es lo que buscaba Valero. Yo siempre he ido al 100% en cada partido y cada entrenamiento y creo que contagiaba a todo el mundo.

En aquella época conseguimos cambiar la importancia de los pivotes en el juego. Hasta entonces los pivotes eran complementos, los laterales eran los que llevaban el peso del equipo y los pivotes un complemento. Ya durante mi estancia en León conseguí, por primera vez en la historia, que un pivote acabara como máximo goleador de la liga y como mejor jugador. En Alemania al año siguiente también acabe como uno de los máximos goleadores y nombrado mejor jugador. A raíz de ahí se empezó a dar más importancia a los pivotes.

Precisamente Valero Rivera te calificó de “jugador y persona excepcional, hombre de palabra y todo un ejemplo”. ¿Qué valoración haces tu etapa a las órdenes del entrenador más laureado del balonmano mundial?

Valero me ha marcado mucho, por su forma de ser, por su forma de tratar a los jugadores como si fueran sus hijos. Eso si, su nivel de exigencia es muy alto empezando por él mismo. Es un fuera de serie, y no es nada extraño que haya ganado tantos títulos. Me marcó mucho los dos años que estuve a sus órdenes y lamento no haber llegado antes porque seguro que hubiera sacado de mí aún mas rendimiento. Pero cuando yo estaba libre el Barça tenía dos pivotes y cuando el Barça quería ficharme yo tenía contrato, hasta que un día coincidieron las cosas.

Hablando de entrenadores, destacaría también mis 2 años con Manolo Cadenas. Yo he sido el jugador que he sido gracias a él. Yo era buen jugador, pero a raíz de trabajar con Manolo Cadenas yo me convertí en un extraordinario jugador. Simplemente lo que hice fue poner su cabeza en mis hombros.

Otro de los entrenadores que tuviste en el FC Barcelona, Xesco Espar, también ha hablado siempre de ti como un gran profesional, de carácter competitivo y entrega total. ¿Recibir elogios de tus entrenadores es la mejor prueba de que hiciste las cosas bien?

Hombre, yo creo que si. Con ellos estás día a día y como decía antes, en todos los clubes he dejado la puerta abierta y no solo con entrenadores, también con aficionados y con los compañeros. Tengo grandes amigos de mi época de jugador y si hablan bien de ti, sobre todo los entrenadores, significa que has hecho bien tu trabajo.

Con  el FC Barcelona conseguiste muchísimos títulos, tienen aún más valor al conseguirlos en la época en la que la Liga ASOBAL era la referencia mundial por la enorme calidad de sus equipos. Pero, ¿Es la Copa de Europa de 2005 el título al que más valor le das de tu trayectoria?

Pues si, porque la Copa de Europa ha sido siempre mi sueño deportivo y lo he perseguido durante toda mi carrera. Me fui a Celje, que entonces tenía un equipazo y un proyecto económico muy potente, con el objetivo de ser campeón de Europa. Coincidimos dos semifinales con el Barça y las dos veces nos eliminaron. Y luego estando en el Barça me crucé en semifinales con el Celje y les ganamos. Finalmente conseguí cumplir ese sueño con el Barça y ser campeón de Europa.

Con tu selección también has tenido un papel destacado y grandes éxitos en forma de medallas. ¿Qué ha representado para ti haber podido defender en tantas ocasiones y con tantos logros, la camiseta de la selección nacional?

Para mí ha sido muy importante, nunca me he sentido más deportista que cuando he vestido la camiseta de mi selección. Estar en una cancha, escuchar el himno de tu país y saber que el partido lo va a ver tu familia, tus amigos… es lo más grande que se puede vivir como jugador.

Yo siempre me he entregado a tope en la selección y lo que lamento son los años que estuvimos sancionados por temas políticos. Una selección con grandes jugadores, con la mejor edad, y nos tuvimos que quedar fuera de todas las competiciones. Creo que esa es la razón por lo que no hemos ganado más medallas, pero pese a todo yo estoy contento con lo que he hecho con la selección y lo que hemos hecho todos juntos. La selección era algo así como 15 amigos que vivíamos por lo mismo pese a que cada uno veníamos de un rincón de Europa.

Tuviste la suerte de ser tú quien decidiera la fecha de tu retirada, algo no muy habitual en un deporte tan duro como el balonmano donde las lesiones suelen ser las que fijan esas fechas. Fue una decisión meditada, pero con las perspectiva que da el tiempo, ¿crees que fue la acertada o piensas que debías haber jugado alguna temporada más?

Creo que acerté totalmente porque me retire con 38 años, es decir, 22 años de profesional que no es precisamente poco tiempo. He disfrutado de cada entrenamiento y cada partido, y entendí la retirada como algo que tenía que ser. Y tuve ofertas para seguir y físicamente estaba perfectamente, incluso en el último partido que jugamos contra Ciudad Real, metí 7, 8 o 10 goles, no me acuerdo. Era el último partido y jugué muy bien. Podría haber jugado dos o tres años más, pero también retirarse en el Barça, en el club más grande, con la presencia del presidente del FC Barcelona, Laporta, con una rueda de prensa con los amigos y la familia, y esto me demostró que era querido en el Barça, que yo no era ni Messi ni Ronaldinho. No es lo mismo retirarse en el mejor club y en lo más alto que luego más tarde. También tenía en la cabeza cambiar de rumbo, no dedicarme al deporte, me picaba el gusanillo de probar otro mundo.

Asentado desde tu retirada en Valencia, ¿sigues la actualidad de la Liga ASOBAL? ¿Qué te parece su actual estado, más aún comparándola con el nivel que había cuando estabas en activo?

No tiene nada que ver con mi época. Entonces, los 4 primeros equipos: Portland, Ciudad Real, Valladolid, León, Barça, eran cada año candidatos a ganar la Champions o por lo menos a estar entre los 6-7 mejores equipos de Europa. Esta competencia ahora mismo no existe, pero lo que si me gusta ahora es que quitando el Barça, la liga es muy competitiva, hay mucha igualdad e incertidumbre en cada partido y eso gusta a los aficionados. No hay tanta calidad como antes, pero por temas económicos porque los mejores jugadores van a las ligas que pueden pagar sus salarios, aunque en España se vive mejor que en ningún sitio (risas).

En más de una ocasión te hemos visto jugar al Balonmano Playa, ¿qué es lo que más te atrae de esta modalidad? Por cierto, este año hay un torneo del Arena Tour que organiza la RFEBM que tendrá categoría de veteranos… ¿te veremos allí?

El Balonmano Playa me parece un espectáculo. Precisamente el otro día tuvimos reunión en la Federación Serbia de balonmano, donde estoy metido, y estuvimos hablando de cómo hacer para potenciarlo. Puede que sea deporte olímpico y hay que trabajar. Yo cuando lo probé cuando deje de jugar, me pareció espectacular, muy rápido y rodeado de un gran ambiente con la playa. Me parece muy chulo de verlo y jugarlo, aunque a mi me costó acostumbrarme porque venía con las reglas de balonmano normal y no lo entendía eso de no poder hacer faltas (risas).

¿No echas de menos vestirte de corto y jugar de nuevo algún partido? ¿Cuándo te veremos jugar alguno de los muchos torneos de veteranos que se organizan en España?

Balonmano ya no juego, practico deporte pero jugar y competir ya no lo hago. Me conozco y no se jugar si no es a tope, y no entiendo que mi cabeza diga una cosa y el cuerpo, las piernas o los brazos no respondan, y entonces me cabreo conmigo, con los árbitros y con los compañeros (risas). Si voy, es de aficionado.

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