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Entrevista a DEMETRIO LOZANO

Entrevista a DEMETRIO LOZANO

Seguimos sumando protagonistas de aquella fantástica fotografía que fue la de Túnez 2005 y nuestro primer cetro mundial. Tras haber entrevistado ya a Hombrados, Alberto Entrerrios, Garralda y Rocas, la estrella de esta semana en la sección “BalonmanoVeteranos.com entrevista a…” no es otro que el lateral madrileño, Demetrio Lozano Jarque.

Un fuera de serie con un repertorio de lanzamientos increible, tanto en suspensión como sobre todo en apoyo y rectificado. Integrante y actor principal de enormes escuadras como Ademar de Leon, Kiel, Portland San Antonio o el FC Barcelona en dos etapas, y un fijo de la selección española. Un palmarés al que solo le falta una final olímpica, Demetro Lozano siempre fue un jugador intenso y determinante.

Pero al margen de su rol como jugador, es ejemplo para todos al haber sido capaz de compaginar su etapa como deportista de élite con su preocupación por formarse y labrar un futuro una vez colgadas las zapatillas. No en vano es Graduado en CC. de la Avtividad Física y Deporte, y está vinculado desde 2012 a la Universidad San Jorge de Zaragoza, donde ejerce como docente.

Afincado desde su recta final como jugador en Zaragoza, nos ha hecho todo francamente fácil y sencillo tanto para contactarle como para entrevistarle, demostrando una vez más, que las grandes estrellas de este deporte son persona accesible, empáticas y muy cercanas. Y como guinda, nos envió un saludo en vídeo:

 

Prologo: BalonmanoVeteranos.com

Entrevista: Aitana Tomás P.  (@aitana_tomas)

Preguntas

Natural de la ilustre ciudad madrileña de Alcalá de Henares, ¿qué recuerdas de tus inicios deportivos? ¿Quiénes te vienen a la memoria como las personas que te marcaron en aquella época? ¿Por qué elegiste este deporte y no otro?

Los inicios en Alcalá fueron muy bonitos. Tuve la suerte de nacer en un Club muy bien estructurado y dirigido por el maestro Manolo Laguna. Él puso en mí las bases de lo que después he llegado a ser como jugador de balonmano. El dirigió mi primera sesión en este deporte, una captación en el pabellón del “Val”, pabellón que hoy en día lleva mi nombre, cosa de la que estoy muy orgulloso.

Recuerdo los inicios muy divertidos, con muchos amigos que entrenábamos en el polideportivo que tenía debajo de mi casa. Recuerdo las primeras selecciones del CD. Iplacea en infantiles para elegir a los mejores chicos de Alcalá, éramos los 50 mejores chicos y elegían a 15. El primer entrenador que se fijó en mi se llama Antonio Pastor y todavía sigue trabajando en el club. Él fue el primero que vio algo en mí.

En el CD. Iplacea ya entrenábamos cinco días a la semana, de manera sistemática y una estructura de club perfecta.

Creo que elegí el balonmano por casualidad porque se me daban bien todos los deportes. Pero sobre todo los que se jugaban con la mano. Genéticamente tenía predisposición, mi padre fue campeón de pelota a mano en todas las competiciones que iba y mi abuelo también fue un gran jugador de su época. En mi familia hacer deporte y que se nos diera bien era algo natural.

El Juventud Alcalá llegó a ser un referente con una época dorada que aún se recuerda. ¿Cómo viviste, como alcalaíno que eres, el declive y desaparición del equipo y el club? ¿Quiénes fueron tus jugadores de referencia del club?

Poco a poco fui pasando categorías y mi crecimiento como jugador era notable. Ese crecimiento culminó en el equipo de Asobal, el Juventud Alcalá donde muy jovencito cumplí mi sueño de jugar para mi club, defendiendo mis colores, mi ciudad y pasando por todas categorías hasta llegar a la máxima.

El declive fue una lástima porque por problemas económico y una mala gestión, el equipo acabo desapareciendo. Las últimas semanas fueron de encierro en la sede del club y fue una lección muy dura del deporte profesional, cuando ves proyecto de futuro en mi propia ciudad que se desvanece.

Bueno mis jugadores de referencia en mi primer equipo de Asobal fueron muchos. Pero hubo un jugador que a mí me marcó mucho que se llamaba Oleg Lvov. Era ruso pero tenía una técnica y una elegancia táctica jugando que marcaban la diferencia. Jugaba siempre bien, manejaba siempre una buena distancia de lanzamiento, siempre amenazante y siempre con muy buenas trayectorias para ser capaz de hacer uno contra uno potente a ambos lados con mucha calidad de juego. Me enseñó mucho porque eramos prácticamente vecinos y muchas veces me llevaba a entrenar y fue un poco mi tutor. Oleg, junto a Manolo Gutiérrez, portero veterano y capitán, que era el líder natural del equipo, hicieron que siempre tuviera los pies en el suelo y me ganara la fama de chico trabajador y humilde.

Saliste de Alcalá para trazar una exitosa trayectoria profesional que te llevó al Ademar de León, el FC Barcelona en dos etapas, el Kiel alemán y el Portland San Antonio antes de llegar a Zaragoza. ¿Qué valoración haces, con la perspectiva que da el tiempo, del paso por esos equipos, tu papel, y los logros conseguidos?

La verdad que viéndolo con perspectiva, todos los pasos que di en mi carrera deportiva creo que fueron acertados. Tuve mucha suerte. Siempre tuve varias posibilidades y manejé buenas ofertas. La primera fue fácil. Ir a Ademar. Trabajar con Manolo Cadenas, ir a un sitio con responsabilidad desde el primer minuto, me iban a curtir como jugador.

Después ir al Barça de Valero Rivera. Un gran equipo de rendimiento, el Dream Team donde lo gané todo. La salida no fue fácil para mi, pero la idea de ir a la liga alemana era un sueño. Y el THW Kiel es el mejor Club del Mundo del Balonmano. El balonmano alemán es de verdad la mejor liga del mundo. Pabellones con 10.000 personas cada día. Es el balonmano con mayúsculas. Vivir allí pues fue todo una oportunidad, un lujo. Mi paso por Pamplona también fue maravilloso. Un gran ciudad y un gran equipo. Volver al Barça fue un regalo y acabar en Zaragoza una suerte, ya que he podido continuar aquí mi vida profesional como profesor sin problemas.

No podemos olvidar tu papel relevante en la Selección Española, con la que cosechaste numerosos éxitos deportivos destacando ese Mundial de Tunez 2005 que los aficionados aun mantenemos en la memoria. ¿Qué destacarías de aquel grupo? ¿Dónde crees que estuvo la clave para que el equipo se llevara finalmente el cetro mundial? ¿Qué recuerdas de la repercusión mediática que tuvo aquella gesta?

La verdad que he sido un afortunado en haber sido un fijo en la selección española desde los 20 años. Juan de Dios Román apostó desde muy joven por mí y construyó un grupo bastante homogéneo con capacidad para ganar a cualquiera. Conseguimos ganar europeos, tener buenos resultados en los mundiales hasta conseguir en 2005 ganar el mundial. Éramos un equipo de amigos con mucho talento y el sistema de Juan Carlos Pastor nos dio el soporte táctico que necesitábamos.

Tu palmarés es simplemente espectacular, y no solo por ese mundial, sino por las 2  Copas de Europa, las 3 Ligas españolas más 1 alemana, las 2 Copas del Rey, las 2 Copas EHF, y por supuesto, las 4 Platas en Europeos y los 3 Bronces Olímpicos. ¿Te quedó la espinita de haber jugado una final olímpica? ¿Qué importancia le das a los Juegos Olímpicos? ¿Qué tienen de especial o diferente respecto de Europeos o Mundiales?

Pues sí que me queda esa espinita clavada, hubiera sido maravilloso haber jugado una final olímpica, pero al echar la vista atrás te das cuenta de que has hecho todo lo posible. Siempre hemos jugado al máximo nivel y estamos muy orgullosos de lo que hemos logrado en las olimpiadas. Todas son diferentes, son especiales, durante un tiempo compartes en una villa olímpica con 15.000 atletas el sueño de ganar una medalla, los mejores atletas del mundo. Es una experiencia única e incomparable a cualquier otro campeonato.

Tu primera medalla olímpica fue en Atlanta y con tan solo 20 años, donde sorprendiste al combinado francés marcando 4 de los 6 últimos goles del partido. ¿Te creías capaz de eso en aquel momento? ¿Cómo marca un acontecimiento así en la carrera, aun emergente, de un joven jugador?

Siempre he sido un jugador valiente. El equipo francés estaba cansado al final de tantos partidos en los juegos olímpicos, yo salí y esperaban que cometiera el error que les diera el partido. Había jugado muy pocos minutos lo cual me hacía estar fresco. Jugué con desparpajo sin la presión que pesaba a todos los veteranos y salió muy bien. Revisa el vídeo porque creo que metí 5 de los últimos 6 (risas).

Define que es para ti el balonmano en 3 adjetivos

En tres palabras es muy difícil pero elegiría: entrega, equipo y espectáculo.

Te retiraste tras 21 años de carrera deportiva y con una edad nada habitual para un jugador de campo. ¿Cómo fueron los últimos años de competición en Zaragoza? ¿Cómo y por qué decides dar el salto a los banquillos? ¿Cómo recuerdas los momentos en que además compaginabas tu rol de jugador con el de entrenador?

Pasar a entrenar después de ser jugador tantos años fue la evolución natural. Llevaba muchos años y conocía muy bien el juego y el entrenamiento. A los pocos meses de empezar a entrenar, debido a diferentes lesiones de miembros del equipo, y ahogados por el poco presupuesto que teníamos, me pidieron que volviera jugar. El equipo necesitaba de veteranía en la pista y veía que también podía ayudar. No fue nada fácil y es una experiencia que no recomiendo, pero es cierto que el equipo lo necesitaba en ese momento y tuve que hacer el sobre esfuerzo de ser jugador-entrenador. El final fue muy duro por la desaparición y por las circunstancias, pero hicimos lo que pudimos, luchamos hasta el final con mucho sacrificio y mucha deuda pendiente. Por eso dormimos tranquilos

Llevas desde 2012 vinculado a la Universidad San Jorge, y antes ya, habías ejercido como docente para la RFEBM por ejemplo. ¿Cuándo y cómo surge esa apuesta por el mundo de la educación? ¿Qué te aporta y que aportas cuando ejerces como profesor?

Desde mis inicios siempre tuve esa inquietud por estudiar, por formarme y es algo que recomiendo a todos los deportistas. La vida profesional es muy bonita pero corta, y al final hay que compaginarla con algo de estudio porque cuando se acaba la vida deportiva empieza una vida laboral que es complicada si no estás preparado y no tienes nada que hacer.

Yo aposté por el Grado de CCAFD (INEF) que empecé en mi primera etapa en el Barça. También me saqué el título de entrenador nacional y tres Master. Incluso acabé mi Doctorado cuando todavía era jugador profesional de balonmano, algo inédito (risas).

Cuando llegué a Zaragoza la Universidad San Jorge me pidió que participará de ponente en varios congresos y cuando iniciaron el Grado de CCAFD me presenté a la plaza de profesor de Balonmano. Fue perfecto y me encanta dar clases. La USJ funciona de maravilla y es un entorno ideal que me sigue permitiendo aprender y seguir desarrollándome, ahora en el campo de la investigación

Eres Graduado en CC. de la Actividad Física y Deporte, demostrando nuevamente, que se puede ser un deportista de élite, e invertir tiempo, recursos y esfuerzo en formarse con vistas a un futuro después de la trayectoria deportiva. ¿Cómo te organizabas para poder estudiar y rendir académicamente? ¿Qué consejos le darías a los jóvenes sobre la necesidad y la idoneidad de formarse?

Me organizaba como podía. Tenía claro que lo primero era el balonmano y mis entrenamientos pero cuando eres deportista profesional tienes mucho tiempo perdido en viajes y concentraciones que puedes aprovechar. A mí no me gusta aburrirme y mi cabeza tiene que estar funcionando a tope. Los apuntes y mi portátil viajaban siempre conmigo y los recuerdo siempre colocados en la mesa del hotel o en mi asiento del autobús. A veces, lo reconozco, ni los tocaba, pero al final siempre iba avanzando y después de 20 años de jugar a balonmano pues tuve mucho tiempo para estudiar.

Cuando me fui a Alemania fue todavía más complicado. Aprovechaba cuando venía con la familia a España. Los dejaba en la playa en Barcelona y yo me iba a hacer exámenes.

También ejerces como Coach de profesionales y directivos. ¿Cómo surge la idea de abordar ese tipo de proyectos? ¿Qué parte de tu trayectoria profesional y del mundo del deporte utilizas para guiar a las personas con las que colaboras?

La función de coach también surge de una manera natural. Los valores del equipo, los valores del esfuerzo, de la alta competición, la superación… forman parte de unos valores muy importantes para el mundo laboral y para el desarrollo personal.

En mis charlas cuento alguna anécdota de mis experiencias deportivas, que son muchas y los intento enlazar con las necesidades de desarrollo de las empresas o de las personas.
La fijación de objetivos alcanzables logra tener una elevada motivación. Manejar egos y saber dinamizar y liderar el trabajo en equipo son muchos valores comunes entre el deporte y la empresa.

Acumulas sabiduría de muchos años en pista y con mucho vivido y aprendido, ¿crees que ha determinado tu futuro profesional en la gestión y motivación de equipos de alto rendimiento?

Sin duda el desarrollo personal y deportivo te enseña a rendir en situaciones de máximo estrés y a saber digerir las grandes victorias y las grandes derrotas. Tener la humildad para aprender en todo momento es algo que nunca deberíamos olvidar. Todo esto se traslada fácilmente a la vida cotidiana para saber enfrentar los problemas, a saber que en una reunión de trabajo cada uno tiene sus intereses y hay que saber y buscar el objetivo común que hace que el equipo, el grupo, funcione. Al final todo va unido. Es muy parecido preparar un partido a preparar una reunión de trabajo. La gestión de un momento delicado del partido a la gestión de un problema laboral. Yo al menos lo veo así.

A lo largo de los años, la ciencia del deporte va avanzando y con ella nuevas técnicas aparecen. ¿Crees que nuestros deportistas están adaptándose a las nuevas tecnologías y le están sacando todo el provecho posible?

Toda la metodología del entrenamiento ha mejorado y hoy en día se optimizan los recursos para mejorar el rendimiento. Las nuevas generaciones tienen mucha calidad pero menos hábito de trabajo, les cuesta más entrenar, en la época que yo empezaba de infantiles entrenábamos cinco días a la semana, hoy en día creo ningún club de España trabaja cinco días a la semana con sus infantiles. Eso hace que cuando llegan a juveniles o senior, lo hagan con déficits de trabajo importantes, sin hablar ya de trabajo físico que por supuesto parece que es el gran olvidado. Sin ese trabajo físico es muy difícil tener la musculatura suficiente para jugar alto nivel.

En el terreno mental y de preparación psicológica, ¿qué es lo más importante para un deportista? ¿Crees que la nutrición aporta un valor añadido al rendimiento de la élite?

Hay muchos factores que influyen en el rendimiento. Al más alto nivel cualquier factor es importante. La preparación psicológica, la nutrición, el nivel de entrenamiento físico, de entrenamiento táctico. Uno de los factores que sube el rendimiento del jugador es, sin duda, tener un buen grupo de entrenamiento. En buen equipo con la filosofía del esfuerzo por bandera. Eso, seguramente sea un factor que eleva el rendimiento de todo el equipo de manera más clara.

Además del balonmano, sabemos que eres un gran aficionado al parapente. ¿Cuándo comienzas a practicar este deporte y por qué?

Siempre me han gustado las montañas y los deportes de aventura, y desde muy pequeño sabía que quería volar, porque me atraían mucho el viento y los espacios abiertos.

Recuerdo como me hacía mis aviones, mis cometas, como aprendí a hacer windsurf y a navegar a vela. Cuando descubrí el parapente no me lo pensé mucho. Hice el curso de piloto en el 97, después del Mundial de Japón. Volar me ha servido durante mi carrera deportiva para tener una válvula de escape, una afición que me llenaba y me servía para olvidarme del estrés competitivo.

En la primera época del Barça con Valero Rivera lo llevaba en secreto y nadie sabía que yo volaba. Podía pensar que estaba mal de la cabeza y si me hubiera lesionado volando me hubieran echado del Barça seguro…pero creo que mereció la pena.

Curiosamente, volar, me ayuda a estar equilibrado y con los pies muy en el suelo. Es un deporte maravilloso que hay que hacer al menos una vez en la vida. Yo se lo recomiendo a todo el mundo.

¿Quién se atreve a volar coinmigo? (risas).

¿En qué proyectos de balonmano estás inmerso?

Muchos, como siempre.

Entreno un grupo de fuerza de chicos de diferentes clubs de Zaragoza. Estoy preparando un libro de iniciación y perfeccionamiento en balonmano. Y también estoy muy ilusionado con mi campus de verano 2019. Lo voy hacer en colaboración con la Federación madrileña balonmano que preside mi amigo “Jota” Hombrados. Lo haremos en Villanúa, en pleno Pirineos, a finales de julio y va destinado a chicos de Madrid aunque pueden asistir chicos de toda España. La verdad que vamos a hacer una semana de balonmano a tope en un entorno maravilloso y os invito a todos a que os animéis y que disfrutéis de esta semana con nosotros. Van a venir amigos (estrellas del balonmano) invitados y tenemos sorpresas para todos. Seguro que lo pasamos genial

Como no podía ser de otro modo, cerramos esta entrevista con todo un clásico: ¿Cuándo veremos a Demetrio Lozano de corto jugando alguno de los muchos torneos de veteranos que se disputan en España?

(risas) Escucho ofertas!!! Me encantaría. Los de mi club de Alcalá, el Iplacea, me lo han ofrecido muchas veces pero no quiero abusar (risas).

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