Ponerse delante de jugadores que lanzan auténticos misiles puede resultar, a primera vista, toda una temeridad. ¿Qué porcentaje de osadía, de atrevimiento, de locura e incluso de inconsciencia hay que tener para ser portero de balonmano?
Creo que necesitas un poco de todo, pero me gustaría lanzar una reflexión. ¿Esta más loco el portero, al que no quieren golpear con el balón pues no sería gol, o por ejemplo el pivote que se mete entre los defensas para que le peguen…Todo el rato?