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Entrevista a AMADEO SORLI

Entrevista a AMADEO SORLI

No es la primera vez que evocamos a Zaragoza en esta sección, y es que ha sido y es tierra de muchos magníficos jugadores como nuestro protagonista, Amadeo Sorli.

Un jugador todoterreno capaz de jugar en la primera línea como central inteligente y estratega, pero sobre todo como grandísimo finalizador y eléctrico extremo izquierdo. Un jugador polivalente y versátil que no sólo sumaba en la pista sino también fuera de ella como compañero ejemplar.

Toda una trayectoria deportiva jugando en su Zaragoza natal. Hasta 2001 en el Garbel Zaragoza y posteriormente en el Balonmano Aragón hasta la desaparición de éste en 2016. Jugador de casa y jugador de club, de esos que siempre quiere uno en su equipo por la implicación, el compromiso, la generosidad y la intensidad.

Por fortuna sigue estrechamente ligado a nuestro deporte, ahora en la faceta de formador de nuevos talentos. Toda una suerte para nuestro balonmano porque asegura no solo formar en técnica y táctica, sino sobre todo en valores.

 


TRAYECTORIA

1999-01 Garbel Zaragoza
2001-16 Balonmano Aragón

Preguntas

Este año todas nuestras entrevistas tienen una primera pregunta obligada… ¿Cómo estás tú y los tuyos de salud con el tema Covid? ¿Cómo llevaste los meses más duros de confinamiento y como llevas el tema restricciones?

Lo primero, agradeceros que hayáis contado conmigo para participar en estas entrevistas y me hagáis partícipe junto a tantos compañeros, rivales e ídolos que he tenido en mi trayectoria deportiva.

La verdad es que la familia y los más cercanos se encuentran bien, así que tal y como están las cosas no nos podemos quejar. Por supuesto, sufriendo las limitaciones impuestas como el resto, pero te das cuenta que lo que de verdad importa es la salud.

Las restricciones las intentamos llevar lo mejor posible. Algunas más necesarias que otras, pero es lo que toca. Aunque la verdad que un poco de locura con cambios de horarios tanto en el trabajo como en los entrenamientos del equipo en el que estoy como entrenador.

Zaragozano de nacimiento y toda tu trayectoria deportiva desarrollada en tu ciudad… ¿Cómo de especial es haber jugado en tu ciudad, ante tu gente, y siendo además un jugador importante en el equipo? ¿Qué plus aporta un jugador de la tierra a su propio equipo? ¿Hubo tentaciones de haber marchado a jugar a otra ciudad o incluso otro país?

Siempre he dicho que para mi ha sido un orgullo poder defender los colores de mi equipo en mi ciudad. He pasado por todas las categorías, he vivido ascensos, descensos, situaciones económicas difíciles, he conocido y compartido vestuario con grandes jugadores y compañeros, y he vivido en mi ciudad el momento más espectacular del balonmano, pudiendo vivir del balonmano y disfrutar de unas temporadas espectaculares en Asobal y en Europa.  Así que me siento un afortunado de haber sido participe de todo esto.

Pienso que es importante que jugadores de la casa lleguen, se afiancen y puedan aportar al equipo en la máxima categoría. Hacen que la afición se conecte de manera especial con el equipo y sobre todo ayuda a los jugadores que vienen trabajando en categorías inferiores, siendo un espejo para ellos.

Cuando descendimos de Asobal, como Garbel Zaragoza en 2001, sí que quería a toda costa seguir en la rueda de Asobal, y ha sido la única vez que me he planteado salir de Zaragoza. Tuvimos contactos con un par de equipos pero al final no fue posible y me quedé en mi ciudad, en División de Honor B, con jugadores casi en su totalidad de casa y que a la postre, y después de 4 temporadas volvimos a ascender a liga Asobal.

El extremo izquierdo fue tu posición en el balonmano profesional… ¿Fue siempre esa tu posición? ¿A quién hay que agradecer que Amadeo Sorli se enganchara al balonmano? ¿Qué grandes recuerdos guardas de tu etapa en el balonmano de iniciación?

En Maristas, donde me formé, mi posición era lateral izquierdo y ya en mis años de juvenil la compaginaba con la de central, donde fui convocado con la selección española juvenil. Fue la única vez pero una experiencia buenísima.

En mis años en Primera Nacional y División de Honor B jugaba de primera línea y fue cuando ascendemos a Asobal cuando empiezo a trabar en la posición de extremo, hasta las últimas temporadas de Asobal que volví a la posición de central.

Tengo unos recuerdos buenísimos en mis comienzos en categorías inferiores. Jugaba con mis amigos, disfrutaba de este deporte y es que en el colegio se respiraba balonmano.

Aunque tengo que decirte que empecé a jugar a balonmano de casualidad. Mis amigos de clase jugaban a baloncesto y el día que me quedé para empezar no vino el entrenador y el entrenamiento se suspendió. Me quedé por el patio y vi a unos chicos jugando a balonmano. En cuanto vino mi padre a buscarme le pregunté si podía entrenar con ellos. Mi padre, muy orgulloso porque había jugado en sus tiempos jóvenes a balonmano, le pareció una muy buena idea. Y así fueron mis comienzos.

Una posición la tuya, donde España siempre ha tenido jugadores top a nivel mundial como por ejemplo Javier Cabanas, Rafa Guijosa, Juanin García… ¿Qué grandes extremos te inspiraron durante tu juventud? ¿Qué grandes extremos diestros destacarías, tanto nacionales como internacionales, como los más espectaculares, efectivos o plásticos?

Realmente hemos tenido la suerte de poder disfrutar de extremos buenísimos. Y así lo han demostrado a nivel nacional e internacional.

Con mi hermano, que también jugó a balonmano, nos encerrábamos en nuestra habitación y no faltaba el partido de balonmnao. En las alineaciones no faltaban los Lorenzo Rico, Masic, Guijosa, Urdiales, Jaume Fort, Iakimovic, Reino, Serrano…….

Voy a destacar un extremo zurdo nacional por su calidad, efectividad y amistad, Toño Cartón, del cuál he aprendido un montón. Y un extremo diestro internacional que me encanta, aunque quizá no de los más espectaculares, pero si por su calidad y por su juego cuando sale de su puesto natural, el jugador francés Guigou.

Como buen finalizador que fuiste, el último escollo siempre era ese portero al que superar. ¿Qué porteros destacarías como los que más te hicieron sufrir por su enorme capacidad de parar los lanzamientos desde el extremo? ¿Cómo te preparabas y cómo preparabas los partidos en función de los porteros que sabías que te ibas a encontrar? ¿Qué trucos de extremo solías utilizar?

Sin lugar a dudas, y con el portero que soñaba después de los partidos porque me costaba la vida superarlo, era Saric.

La verdad es que durante la semana de preparación de un partido solíamos ver muchos videos del rival. Estudiábamos la sistemática, las acciones individuales y también como actuaban los porteros ante los distintos lanzamientos. Aunque me parecía importante la confianza que uno mismo iba adquiriendo durante los entrenamientos y partidos para afrontar ese 1 contra 1 ante el portero y con garantías de poder superarlo. Pero Saric era la excepción (risas).

Siendo extremo, destacaste también en la faceta defensiva. ¿Cómo explicar la importancia que tiene el defender y saber defender bien en el balonmano? ¿Qué armas utilizabas a la hora de defender, sobre todo cuando tocaba recibir a un primera línea más corpulento que tú?

Siempre hay que intentar trabajar para mejorar en todas las facetas del juego, no sólo en la ofensiva. Me sentía muy cómodo de exterior y también de avanzado.

Creo, que sin lugar a dudas, el extremo que más me hacia sufrir era cuando tenía que defender a Luc Abaló. En un metro cuadrado era capaz de liársela a cualquiera.

La mayoría de rivales eran más corpulentos que yo, pero cuando te colocaban al pivote de turno para jugarte un dos para dos era cuando más me costaba pasármelo por delante para poder defenderlo.

Una dilatada carrera deportiva que habrá dado para hacer grandísimas amistades. ¿Quiénes son tus grandes amigos del balonmano? ¿Cómo son esa reuniones con ex compañeros y amigos del balonmano? ¿Qué batallita no suele faltar en esas reuniones?

Una de las muchas cosas que me ha dado el balonmano han sido la gran cantidad de compañeros que he tenido y lo bonito de seguir la relación con muchos aunque sea en la distancia. Mantengo contacto con Mariano Ortega que fue compañero y entrenador, y ha sido una de las personas que más me han marcado como jugador y ahora como entrenador. Nos llamamos de vez en cuando y nos vamos poniendo al día. Con Toño Cartón, con el que tengo una estrecha relación, ya que vive en Zaragoza y quedamos con las familias y pasamos unos muy buenos ratos. Ahora con los que más contacto tengo son con los zaragozanos Jorge Moliner, que fue ayudante de Mariano en Balonmano Aragón y con el que he estado compartiendo dirección de equipo dos años, con Fernando el fisio del equipo y que lo tenemos con la selección de Catar, y con Jaime Tuquet, compañero de equipo en Bm Aragón,  que es coordinador del  club donde estoy entrenando.

2007 fue un año histórico para el balonmano zaragozano. ¿Qué recuerdos guardas de aquella mítica final de la Copa EHF ante el Magdeburgo alemán? ¿Se sigue pensando en aquella oportunidad y lo que pudo haber representado conquistar un título europeo?

Fue una temporada redonda. Era nuestra segunda temporada en Asobal y teníamos una plantilla con grandes jugadores que nos hizo llegar hasta la final de la EHF, con tu equipo, en tu ciudad, con tu familia y con tu afición en  el pabellón Príncipe Felipe, fue algo único.

La semana pasada me pasó el enlace del partido Mariano Ortega y lo estuve viendo con mi hijo. Para mi ha sido el partido más importante que he jugado. Por supuesto que hubiera sido bonito conquistar el Copa EHF y poder levantar el título como capitán. Pero tengo tan buenos recuerdos, que para los que lo vivimos, fue como una victoria.

El Bm Aragón terminó por desaparecer y Zaragoza no ha vuelto a tener un equipo en Liga Asobal. ¿Cómo viviste aquella fase final del club y su desaparición? ¿Qué hace falta para que Zaragoza vuelva a tener un proyecto serio, profesional y ambicioso que devuelva a la capital del Ebro a la élite del balonmano español?

Fue una situación muy dura. Éramos conscientes de que el club atravesaba momentos complicados en lo referente al tema económico, pero nos sorprendió, como a todos, que un día se dijera, hasta aquí. Recuerdo que era una tarde cuando nos comunica el club la decisión de retirarnos de la competición y acto seguido lo comunicaron a la prensa. No había vuelta atrás. Estuve unas horas que era incapaz de digerir la noticia. En esos momentos fue muy importante el apoyo de mi mujer, mis padres y hermano, de la familia, de mis amigos, de mi hijo y el goteo continuo de mensajes de ánimo de los aficionados. Me dio mucha rabia por los chavales que tenían un futuro prometedor de Zaragoza y la gente que había venido de fuera. Y sobre todo de no poder despedirnos de nuestra afición, familias y amigos en la pista.

Para que haya un proyecto serio en Zaragoza con miras a un futuro equipo en la máxima categoría falta lo más importante, y es un respaldo económico para garantizar el proyecto. Creo que Zaragoza tiene clubes y cantera que está trabajando cada vez mejor para poder volver a poner a  Zaragoza en el lugar que merece estar.

Viviste, siendo protagonist además, grandes años de nuestra Liga Asobal. ¿Cómo ves el actual estado de nuestro deporte? ¿Qué crees que hace falta para que un deporte tan espectacular, vibrante y emocionante como el balonmano goce de mejor salud, apoyo e inversión privada en nuestro país?

La liga ha cambiado muchísimo. Antes con equipos con gran presupuesto hacían de la Asobal una liga competitiva y muy atractiva, y por ello venían grandes figuras de nivel internacional a jugar en equipos españoles. Ahora ha cambiado y son nuestras figuras nacionales las que tienen que salir fuera.

Son momentos difíciles ya que la pandemia aún ahonda más en los problemas económicos.

Siempre ha seguido vinculado al balonmano tras tu retirada, como entrenador de base e incluso como directivo en alguna ocasión. ¿Cómo de duro es poder sacar proyectos deportivos que buscan básicamente la formación de jugadores basada en los valores? ¿Cómo de gratificante es el ser una herramienta básica en la formación de personas a través del balonmano?

Tras la desaparición del club y mi retirada obligatoria, estuve como coordinador de la cantera dos años, y fue bonito por poder darle continuidad al proyecto de cantera, pero en ocasiones muy duro por las dificultades que te encuentras. Al final, tengo claro que te desvives por el deporte que amas, pero sobre todo por la calidad humana que te encuentras, en especial en los jugadores y jugadoras que se comprometen y se esfuerzan por mejorar día a día.

Por eso como entrenador, valoro mucho más a las personas que coordinan proyectos serios y trabajan para poner al balonmano donde le corresponde.

Tu hijo Daniel anda siguiendo un poco tus pasos, y ya juega al balonmano… ¿Habrá saga Sorli en un futuro cercano? ¿Qué cosas le resaltas como positivas y no tan positivas del balonmano? ¿Te gustaría que llegara también a ser jugador profesional?

Yo estoy encantado de que juegue a balonmano, aunque casi le ha tocado por obligación. Además soy su entrenador. Luego que elija si quiere continuar o cambiar de deporte. Pero ahora juega con sus amigos y disfruta mucho. Ha vivido mi etapa como jugador y aunque era pequeñito disfrutó mucho. Ahora no se pierde un partido en la tele, ya sea de la selección, de la liga Asobal o de la liga Iberdrola. E incluso me hace buscarle partidos cuando yo era jugador. Ojalá siguiera jugando pero no me obsesiona, o mejor dicho, todavía es pronto para pensar en un futuro tan lejano. Mi objetivo es que se diviertan y disfruten que con 9 años es lo que toca.

Uno de tus hobbies actuales es la carrera de larga distancia… ¿Qué similitudes y diferencias encuentras con el balonmano? ¿Has vuelto a vestirte de corto para jugar algún partido homenaje o de veteranos? ¿Cuánto de menos se echa el balonmano profesional?

En mis últimos años en activo, siempre me decía que cuando me retirara me gustaría correr una maratón. Los primeros años no encontré o no saqué el tiempo suficiente para entrenar, pero en cuanto me puse serio empecé y la verdad que fue una experiencia muy gratificante pero muy dura a la vez. Son muchas horas de entrenamiento y cuando acabé la segunda me dije no iba a ver una tercera. Aunque ya no me cierro la opción de volver a correrla.

Ahora ya he corrido algún Trail y me parecen espectaculares. Por el entorno, los paisajes y por el buen ambiente de los corredores.

Similitudes con el balonmano, la capacidad de sacrificio. Han sido muchas horas en la pista, en el gimnasio, horas de pretemporada muy duras, y si no llega a ser por esa capacidad de sufrimiento no hubiera sido capaz de acabar las maratones.

Me daba cosa volver a jugar un partido de balonmano, quizá por el miedo a una lesión, ya que dejas de hacer gestos o desplazamientos específicos de nuestro deporte, y ya vamos teniendo una edad. Desgraciadamente para el mundo del balonmano nos dejó Oscar Mainer y no me pensé el vestirne de corto para darle el homenaje que se merecía.

En la actualidad no me da tiempo para echar de menos el balonmano profesional. Por supuesto que fue una etapa muy importante en mi vida, pero tengo la suerte de seguir vinculado al balonmano, ahora como entrenador de un equipo alevín masculino, de un equipo juvenil femenino y de colaborar con la Federación Española de Balonmano en las tecnificaciones que llevan a cabo en el CAR de Granada con categorías promesa y juvenil.

Ahora me toca aparcar las zapatillas y formar a jugadores y jugadoras desde mi conocimiento y experiencia. Me llena muchísimo y me es muy gratificante.

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