Eres uno de los jugadores más queridos y admirados del balonmano español, y aunque sabemos que una de tus virtudes es la humildad, notas ese cariño del aficionado y ese respeto de los jugadores, entrenadores y árbitros. ¿Qué se siente? ¿Cómo vives esa admiración?
Muchas gracias. Sí, siento el respeto y cariño que el balonmano español me tiene. Lo he notado especialmente en los últimos años de mi carrera y me hace sentir que el esfuerzo realizado en todos los años en los que estuve en activo mereció la pena. Es algo que no se puede buscar si no que te lo han de otorgar y a lo que estoy muy agradecido lógicamente.